Si no hubiera sido por las circunstancias, Joe Manchin hubiera sido un político intrascendente. Pero el gobierno de Joe Biden y la paridad en el Congreso, le permitieron ocupar un lugar central, con el que posiblemente jamás haya soñado. Al senador del estado de Virginia Occidental le alcanza con decir que no, para confirmarse como un personaje clave de la política norteamericana en la que los demócratas se distinguen por una característica amarga: no pueden nada o casi nada de lo que quieren.

En ese contexto, el destino o el azar quisieron que Manchin se alzara con más poder que el que concentra la mayor parte de los ministros de la administración Biden y el resto de los senadores que lo acompañan en la Cámara. Su ascenso contrasta con los padecimientos de un presidente que no logra revertir la caída de su popularidad y con un tiempo no tan lejano, el de la presidencia de Donald Trump, cuando Manchin era uno más entre tantos.

Aunque se mantenga en las filas del partido de gobierno, el senador que acaba de contraer Covid 19 tiene posiciones que coinciden demasiadas veces con las de los republicanos y se convirtió desde principios de 2020 en el peor opositor. Para algunos un quintacolumnista de los conservadores en el corazón del gobierno, para otros un traidor o un oportunista. Para los observadores distantes, un político de origen empresario que está aprovechando al máximo el cuarto de hora que le regaló la historia.

 Para algunos un quintacolumnista conservador en el corazón del gobierno, para otros un traidor o un oportunista. Para los observadores distantes, alguien que está aprovechando al máximo el cuarto de hora que le regaló la historia.

El nombre de Manchin volvió a ser tendencia la semana pasada, cuando amargó una vez más el día del líder histórico de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer y le comunicó que no pensaba acompañar el proyecto de Biden para avanzar en la emergencia climática ni la iniciativa para aumentarle los impuestos a los ricos de los Estados Unidos. Este miércoles, después de un huracán de críticas que surgieron de su propio partido, anunció que había cambiado de parecer y finalmente acompañará el plan del Presidente para reducir las emisiones de carbono.  

Así, se consagró como el gran portador interno de las malas noticias para el presidente. Manchin es desde hace mucho un reconocido empresario de la industria del carbón en el estado de Virginia Occidental que defiende como propios los intereses de los combustibles fósiles. Fue gobernador de su estado, entre 2005 y 2010, y llegó al Congreso en 2012. Intrascendente durante los años de Trump en la Casa Blanca, comenzó a ser clave cuando Biden lanzó una serie de medidas contra el cambio climático. 

Joe Manchin, el señor NO. 

El primer gran golpe al presidente se lo dio cuando se opuso de manera terminante a uno de sus proyectos más ambiciosos y se negó a levantar la mano para aprobar la ley Build Back Better (BBB), de 1,9 billones de dólares, aprobada por la Cámara de Representantes en noviembre de 2021. Biden quería ampliar la red de seguridad social, combatir el cambio climático y regularizar a millones de indocumentados.

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Ahora se negó a respaldar la nueva ley con el argumento de que estaba preocupado por la suba de la inflación, algo que enervó a los demócratas que defendían la idea de que se trataba de una medida antiinflacionaria, pero promovía las energías verdes.

El ala izquierda del partido de Biden sostiene que la iniciativa la tasa contra las grandes fortunas iba contra el aumento de los precios: en un contexto inflacionario son los ricos quienes pueden gastar más en algunos mercados particularmente inflacionarios, como el de la vivienda, juegan un papel importante en el aumento de los costos. Además, según los enemigos internos de Manchin, los fondos adicionales que estos aumentos de impuestos en particular traerían a las arcas del gobierno reducirían el déficit federal.

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El senador Benie Sanders fue una vez más el que salió a expresar con dureza lo que Biden por alguna razón considera todavía conveniente callar. "Joe Manchin es alguien que es un importante receptor de contribuciones de combustibles fósiles. Ha recibido contribuciones de campaña de 25 multimillonarios republicanos. ¿Está interesado en representar los intereses de la clase trabajadora en este país? No creo que lo sea". El senador de izquierda aprovechó para cuestionar la representatividad de su compañero de bancada y preguntarse si era un buen representante de los habitantes de Virginia Occidental.

 "Esperemos hasta que eso [los datos del IPC] salga a la luz, para que sepamos que vamos por un camino que no será incendiario, para agregar más [leña] a la inflación", dijo Manchin después de amargar a Schumer con su nuevo NO. "¿No podemos esperar para asegurarnos de que no hacemos nada que añada [presión] a eso?  No puedo tomar ninguna decisión sobre impuestos de ningún tipo, y tampoco sobre la energía y el clima", añadió más tarde Manchin, en declaraciones recogidas por el diario The New York Times.

Aunque se haya convertido en el blanco de los demócratas, guste o no, el senador de Virginia Occidental está en la cúspide de su carrera política y es la cara que mejor expresa la impotencia del presidente Biden. En el Senado, este veterano dirigente de 74 años tiene más poder que Biden, un ex senador que llegó a vicepresidente primero y a presidente después de mucho tiempo en la Cámara. Para Biden, el voto del señor NO tiene una importancia estratégica y duele por venir de un miembro de la Cámara que el mismo integró durante muchos años. Además, porque lo desnuda en su fragilidad más que cualquier opositor.