Alberto Núñez Feijóo mira las últimas encuestas y se entusiasma con un regreso anticipado del PP a Moncloa. El líder de los populares busca activar el "efecto Feijóo" tras dos meses de cautela y de rediseñar la estrategia nacional del partido. El dirigente gallego se siente respaldado por las victorias conservadoras en Castilla y León y Andalucía y en su capacidad para pacificar a las filas populares. Feijóo ha consolidado su conducción en tiempo récord, logró contentar a Isabel Díaz Ayuso y ahora va por Pedro Sánchez.
El líder del PP aseguró "si el próximo domingo votásemos en España, el presidente Sánchez perdería la presidencia del gobierno y el PSOE perdería contundentemente", aunque descartó elecciones adelantadas en los próximos meses. Feijóo no busca unas generales antes de 2023, porque primero quiere contar con el impacto de un triunfo asegurado en las elecciones de la Comunidad de Madrid, donde Ayuso aportaría un sorpasso clave luego de la arrasadora victoria de Juanma Moreno en las andaluzas.
La resurrección del PP: de la crisis terminal a una de las mejores elecciones de su historia
Desde Génova, la orden ha sido la misma que durante la era Casado: arremeter discursivamente contra el presidente y exponer las diferencias entre el PSOE y sus socios de Unidas Podemos. La guerra en Ucrania, la cumbre de la OTAN y el decreto anticrisis vienen enfrentando a la coalición gobernante, y Feijóo entiende que el Congreso es el escenario ideal para horadar la unidad. Si bien fuentes socialistas y del espacio confederal aseguraron a LPO que el objetivo compartido es agotar la legislatura, después de los resultados en Andalucía la convivencia se ha tensando en el Ejecutivo.
Se trata, en todo caso, de imponer la narrativa sobre un gobierno debilitado, sin rumbo y atado a partidos independentistas como Bildu y ERC. Feijóo no ve con malos ojos los llamados nacionalismos regionales, como el Moreno o el que él mismo practicó en Galicia, y entiende que una buena elección del PP a nivel nacional necesita de resultados aceptables en Cataluña y el País Vasco, pero el cuestionamiento a las formaciones separatistas es un golpe velado para Vox, con el que no quiere gobernar.
Arrimadas ata el futuro de Ciudadanos al regreso del PP a Moncloa
En una entrevista con Telecinco, Feijóo señaló que pactar con el "populismo rampante" de UP y los independentistas hace que España tenga "muchas dificultades para homologarse al resto de países de la UE", además de representar "un anacronismo ideológico" y "un peligro para la economía del país". Lo que Feijóo no comentó es que en sus viajes a Bruselas las autoridades comunitarias y figuras del PPE le instaron a marginar a Vox. España es un socio influyente y la UE no quiere lidiar con un Orbán en la cuarta economía del bloque, como señaló una fuente del partido a este medio.
De hecho, el líder del PP insiste en todos lados a los que va que la única forma de destronar a Sánchez y sus socios es reunificar el voto de la derecha. Los populares frenaron a Vox en Andalucía y apuestan a que Ciudadanos, cuyo caudal de votos ha mermado de manera catastrófica, se termine convirtiendo en un apéndice de Génova. Vox tildó de "autócrata" a Sánchez y Ciudadanos calificó de "cacicada", en respuesta a la reforma del oficialismo para renovar el Tribunal Constitucional.
Feijóo emprendió una campaña para presentar la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) como un intento de Sánchez por "controlar la justicia", aunque el PP se había negado a consensuar las vacantes. "¿Cree que se puede negociar con alguien que no solo no tiene respeto por la negociación, sino que además rompe cualquier tipo de puente para seguir conversaciones y seguir negociando?", se preguntó. El problema no sería tanto el PP -desde su óptica- sino un gobierno aislado y poco respetuoso con las instituciones.
En uno de los momentos más bajos del Ejecutivo central, estas observaciones lo muestran desnortado, una tesis que no solo promueve Feijóo. Moreno afirmó que "no hay ni dirección ni liderazgo" en Moncloa y le pidió a Sánchez apoyarse en el "principal partido de la oposición", es decir, el PP. A diferencia de la estrategia de Casado y García Egea, Feijóo no va por la confrontación total, sino por una actitud paternalista, el adulto responsable ante el supuesto "desgobierno" del PSOE y UP.
Para beneficio de Feijóo, UP tampoco concuerda con la reforma al TC que persiguen los socialistas, y esta grieta entre ambos socios podría ser profundizada la próxima semana, cuando el PP someta a votación una moción sobre la cumbre de la OTAN en el Congreso. La política exterior es uno de los campos en el que más chocan los socios de coalición. Feijóo explotará todas las diferencias y las expondrá en el Congreso y en cada foro. El regreso a Moncloa puede llevar tiempo, pero la carrera ha comenzado. El líder del PP y Sánchez lo saben.
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