En medio de otra escalada del petróleo que impulsa inexorablemente en precio de la gasolina en el país, Joe Biden tuvo una reunión clave con Jerome Powell para planear el combate contra la inflación a seis meses de las elecciones de mitad de término. Agobiado por los bajos índices de popularidad, principalmente por el aumento de precios (el mayor en 40 años), el demócrata está intentando generar la sensación en la población de que el gobierno está haciendo todo lo posible para contrarrestar la inflación. La gran pregunta es si el votante le creerá, algo que no viene sucediendo en medio de una crisis de confianza inédita y un pesimismo con la economía no visto desde la Gran Recesión del 2008 con la crisis de las hipotecas y la caída de Lehman Brothers.

La reunión en la Casa Blanca entre Biden y Powell contó también con la presencia de Janet Yellen y el asesor económico Brian Deese. Esto se produjo un día después de una editorial publicada por el mismo presidente en The Wall Street Journal, la "biblia" para el mundo de las finanzas y los negocios. En ese artículo, Biden trazó tres líneas mediante las cuales atacará el aumento de precios: independencia de la Fed, baja del déficit fiscal y reducción de impuestos para las familias. El título del artículo fue "Mi plan para combatir la inflación".

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El mandatario busca mostrarse activo en medio de una ola de críticas no sólo por parte de la oposición, sino de varios aliados entre ex funcionarios y miembros incluso del mismo Partido Demócrata.

"Va a ser muy difícil superar esto ahora que tenemos una inflación salarial cercana al 6% y los mercados laborales más ajustados que nunca hayamos visto en nuestro país", dijo el ex secretario del Tesoro Larry Summers durante un evento organizado por The Washington Post. 

El pesimismo económico de los estadounidenses empeoró este mes, y es probable que sea el más bajo desde el final de la Gran Recesión. El año pasado, cuando la inflación comenzó a aumentar, la mayoría de los demás factores económicos se mantuvieron saludables, incluido el crecimiento económico, el valor de las acciones y el desempleo

"No veo cómo podemos lograr que la inflación se desacelere sustancialmente sin que la inflación salarial caiga sustancialmente, No creo que haya una reducción duradera de la inflación sin una reducción significativa del crecimiento de los salarios", agregó.

El economista demócrata enterró la idea primordial de Biden sobre que el aumento de los sueldos, producto de la inflación, no acelerará la inercia de los precios. La única buena noticia que tiene el presidente es precisamente que la economía está a casi pleno empleo, con la tasa de desocupación en torno al 3,5% y en baja. Pero precisamente porque abunda la oferta laboral es que los empleados ven aumentar sus ingresos.

Precisamente este viernes el presidente hará comentarios sobre el tan esperado informe de empleo de mayo, destacando "el progreso que se ha logrado con una reducción del desempleo a un ritmo históricamente rápido y más de ocho millones de empleos creados".

AP

Según POLITICO, la Casa Blanca está reclutando a funcionarios del gabinete y a los principales aliados de Biden para llevar el mensaje por televisión durante toda la semana para vender las bondades de la economía demócrata. Los voceros serán Yellen, el diputado Wally Adeyemo, la secretaria de Comercio Gina Raimondo y Deese (presidente del Consejo de Asesores Económicos), entre otros. La administración está planeando que sus funcionarios viajen y organicen eventos en todo el país para llevar su mensaje a los mercados y medios locales. 

Va a ser muy difícil ahora que tenemos una inflación salarial cercana al 6% y los mercados laborales más ajustados que nunca hayamos visto. No veo cómo podemos lograr que la inflación se desacelere sustancialmente sin que la inflación salarial caiga sustancialmente. No creo que haya una reducción duradera de la inflación sin una reducción significativa del crecimiento de los salario

Sin embargo, será tarea difícil. Sucede que el empleo en niveles elevados no alcanza para que la población tenga una percepción positiva de la economía de Biden. El índice de confianza económica de Gallup, que se publicó este mismo martes cuando Biden y Powell estaban reunidos, midió "-45" en mayo, frente a "-39" en cada uno de los dos meses anteriores. Es la lectura más baja en la tendencia de Gallup durante la pandemia de coronavirus, y probablemente la más baja desde el final de la Gran Recesión a principios de 2009.

El índice de confianza económica de Gallup es una medida resumida de las percepciones de los estadounidenses sobre las condiciones económicas actuales y sus perspectivas para la economía. Tiene un rango teórico de 100 (si todos los encuestados dicen que la economía es excelente o buena y que está mejorando) a -100 (si todos dicen que es mala y está empeorando). El dato actual indica que el pesimismo es lo que gana ampliamente. 

"El pesimismo económico de los estadounidenses empeoró este mes, y es probable que sea el más bajo desde el final de la Gran Recesión. El año pasado, cuando la inflación comenzó a aumentar, la mayoría de los demás factores económicos se mantuvieron saludables, incluido el crecimiento económico, el valor de las acciones y el desempleo. Pero el crecimiento económico se contrajo en el primer trimestre, y si el segundo trimestre muestra una disminución similar en la producción económica, el país cumplirá con la definición habitual de recesión utilizada por los economistas. Tal designación podría erosionar aún más la confianza económica", reseñó el trabajo de Gallup.