Panorama
Anclados en el pasado
Por Diego Genoud
Con inflación récord y sin hablarse, los Fernández construyen legitimidad para el programa de la oposición. La economía de Larreta: de Lacunza y Melconian a Cavallo, Broda y Redrado.

 A más de 10 mil kilómetros de distancia de la Casa Rosada, Alberto Fernández comprobó que sus problemas lo acompañan a donde vaya. Subido al viaje que le organizó el canciller Santiago Cafiero, el Presidente se esforzó por ofrecerle Vaca Muerta a Europa como alternativa al gas de Vladimir Putin pero volvió a enredarse en el ida y vuelta de su indefinición: tres años después de haber sido alumbrado como protagonista central de la política por Cristina Fernández, Alberto todavía no decide cómo relacionarse con ella, con sus pretensiones y con su evocación permanente a un pasado que no regresa. En apenas unas horas, el Presidente giró 180 grados y desmintió desde Francia la ruptura y voluntad de reelección que insinuó desde España.

En ese zigzagueo, Fernández defrauda a todos por igual, tanto a su vice como a los que le reclaman que rompa con ella. De regreso en Olivos, deberá convocar a CFK o profundizar un camino de encierro y distanciamiento que, se ve, tampoco está exento de costos. De a ratos, el Presidente da señales de sostener la unidad y de a ratos concluye en que, si se sienta con Cristina, sólo será para hacer concesiones. Nadie sabe cuánto puede durar la tensión pública en lo más alto, pero para las PASO falta una eternidad y los trastornos de la economía no dan tregua.

La inflación del 6% en abril elevó la interanual al 58%, la cifra más alta de los últimos 30 años, y puso una vez a Martin Guzmán en el centro de los cuestionamientos que provienen del Frente de Todos. Con alimentos que escalaron 28% en el primer cuatrimestre del año, el descontrol se potencia entre el problema argentino estructural y los precios de guerra. 

Con una inflación que está destinada a impactar de lleno en las cifras de pobreza, tal vez Juan Zabaleta, el ministro de Desarrollo Social que Máximo Kirchner propuso según Cristina, esté pensando hasta qué punto le conviene resignar su poder en Hurlingham para permanecer en un cargo que exhibe como pocos la impotencia estatal ante los aumentos permanentes. La Marcha Federal Piquetera escenificó la expansión de un continente de perdedores que desborda los límites del peronismo y contrasta con la facturación y rentabilidad de sectores que se benefician del crecimiento. 

El debate entre Alberto y Cristina confronta trayectorias y diagnósticos opuestos. La vicepresidenta advierte que el camino de Fernández la lleva a estrellarse contra un escenario en el que sus representados históricos son devorados por una espiral que consume sus ingresos mucho antes de fin de mes. El Presidente piensa que la nostalgia de CFK no aplica al presente y sostiene que sólo lo puede conducir a una crisis macroeconómica. Mientras tanto, la realidad erosiona cada día la base de adhesión de un peronismo que ve cómo su poder se escurre.

Anclados en el pasado

El acuerdo con el Fondo le ordenó al gobierno liberar los precios que Guzmán utilizó en 2021 para amortiguar la inflación: el dólar sube al ritmo del 4% mensual, las tarifas se elevan y los combustibles suben ahora al 10%. Anclados en las profundidades solo quedan las jubilaciones y los salarios -en especial informales y públicos-, que corren desde muy atrás la carrera de los precios. Eso es lo que Cristina impugna, lo que Alberto convalida y lo que ninguno de los dos sabe cómo evitar.

Los economistas que se reunieron en la casa de Sergio Massa piensan que las diferencias de hoy son el resultado de una discusión que no se dio en profundidad, pese a que los problemas estaban todos sobre la mesa, y de un plan integral que nunca se puso en marcha. Tan temerario como asumir una candidatura sin sellar un acuerdo programático de gobierno fue elegir un candidato que no ofrecía garantías mínimas sobre lo que pensaba hacer para superar una crisis prolongada. 

Como advierte uno de los economistas del Frente de Todos, vienen 90 días complicados, cuando los dólares de la cosecha empiecen a escasear. Si hubiera una estrategia coordinada, dice, el gobierno podría aprovechar para plantear que la suba de las tasas en Estados Unidos llevará a una baja de los commodities y lograr que los sojeros liquiden lo que hoy retienen en los silos. Aunque el complejo oleaginoso lleva liquidados U$S 11.000 millones en cuatro meses, en el peronismo afirman que el monto récord se debe a la suba de los precios internacionales y no a las cantidades.

La confrontación interna aumenta la incertidumbre y no beneficia a nadie. Cristina ensaya una nueva composición hacia 2023 y Alberto duda, pero entre los dos trasladan la confusión a los votantes del Frente de Todos y contribuyen sin querer con una gran campaña de legitimación de otro tipo de gobierno. Cada vez menos, los partidarios de la unidad sostienen que la batalla interna devalúa lo que el oficialismo representa en el escenario político y favorece el regreso de muchas de las ideas que se incendiaron durante el gobierno de Macri.

Apuntado por el cristinismo y desautorizado por los datos del propio INDEC, el ministro de Economía fue uno de los miembros del gobierno que animaron la jornada que la Cámara de Comercio de Estados Unidos realizó en Puerto Madero. Así, sumó un eslabón más a su cadena de apariciones en foros empresarios, una especie de sobregiro pro establishment que Guzmán parece actuar para disgusto de sus detractores internos. El jefe de La Campora lo cuestionó el viernes cuando dijo que el ministro tiene el apoyo del FMI, de Kristalina Georgieva, de los movimientos sociales, del Presidente y de Clarín. Le faltó incluir el del Grupo Techint.

El líder de Techint aplaude la decisión de avanzar con el gasoducto Néstor Kirchner y hasta invita al ministro de Economía a comer a su casa. Con eje en la energía, el agasajo de Rocca a Guzmán fue la antesala de la cena en Olivos con el Presidente, antes de su viaje a Europa. 

Muy atrás quedó el tiempo en que Paolo Rocca llamaba a Matías Kulfas para quejarse de que Alberto lo tildaba de miserable en cadena nacional y le auguraba a Guzmán una estadía pasajera en el cargo. Ahora, el líder de Techint aplaude la decisión de avanzar con el gasoducto Néstor Kirchner y hasta invita al ministro de Economía a comer a su casa, algo que no hace con cualquiera. Con eje en la energía, el agasajo de Rocca a Guzmán fue la antesala de la cena en Olivos con el Presidente, antes de su viaje a Europa. Esa sintonía fina, no garantiza ni de cerca que la multinacional siderúrgica vaya a traducir su esquema de negocios en un apoyo político, pero según piensan en Casa Rosada reduce su vocación temprana por alentar un recambio de gobierno.

Entre las distintas tribus empresarias que escuchan a Guzmán predomina la idea de que el ensayo del Frente de Todos está terminado. La mayoría apuesta a ver crecer a Horacio Rodríguez Larreta, aunque algunos piensan en Patricia Bullrich o salen del closet para expresar su respaldo a Javier Milei. Son contados los que se dicen dispuestos a abonar otra vez una aventura como la de Mauricio Macri y entre los desengañados del macrismo puro, hoy se menciona nada menos que a Federico Braun.

El lunes pasado, Larreta aprovechó el cumpleaños de su mamá y avisó temprano que no se iba a quedar a escuchar a Macri en la cena de la Fundación Libertad. Aunque se ahorró ese disgusto, las diferencias en el PRO quedaron expuestas esa noche y en el encuentro de la Amcham.

El jefe de gobierno porteño no lo anuncia de manera oficial pero está decidido a enfrentar a Macri o Bullrich en las primarias presidenciales de Juntos, con Diego Santilli en provincia y Jorge Macri o Martin Lousteau en Ciudad. Su mirada contrasta con la de los halcones, sobre todo, en relación a la ingeniería necesaria para ganar y gobernar. 

Mientras los duros están convencidos de que la moderación defrauda a una franja social que está harta del peronismo, Larreta discute hasta dónde conviene tensionar la marca de Juntos y afirma que el que rompe paga. Sin embargo, a la hora de pensar un plan económico para resolver los problemas estructurales que siguen sin solución, Larreta no se muestra tan distante de Macri. 

Larreta se diferencia de los halcones en relación a la ingeniería necesaria para ganar y gobernar. Pero a la hora de pensar un plan económico para resolver los problemas estructurales que siguen sin solución, casi no se diferencia de Macri: escucha a Lacunza, Melconian, Broda y Redrado.

En Uspallata cuentan que se reúne cada dos semanas con los equipos técnicos que conduce Hernán Lacunza, pero tiene una inmejorable relación con Carlos Melconian, ahora jefe del IERAL de la Fundación Mediterránea. Además, consulta a Domingo Cavallo cuando está en Buenos Aires y tiene entre sus economistas de cabecera al tótem ultraliberal Miguel Angel Broda y a Martin Redrado. El frustrado reemplazante de Guzmán sigue cerca de Massa pero además habla con Larreta. La influencia de esa familia de pensamiento, que el sucesor de Macri en la Ciudad reconoce por estos días, es la que lleva a pensar entre los economistas del gobierno que, cualquiera sea el candidato del PRO, su manual será el de la ortodoxia y su modalidad será la del shock.

Hace algunas semanas, en un almuerzo que Larreta compartió con Redrado y Melconian y uno de los grandes empresarios petroleros de la Argentina, le facturó la soberbia del macrismo en el gobierno y le reclamó que tuviera una estrategia energética. Pase lo que pase, el próximo presidente enfrentará una serie de problemas estructurales entre los cuales estarán los vencimientos de la deuda en pesos pero también los de la deuda en dólares de Macri que renegoció Guzmán y empiezan a activarse a partir de 2025, entre 15.000 y 20.000 millones de dólares anuales.

Mientras espera que Fernández la convoque, al lado de la vicepresidenta ya piensan en nuevas apariciones y diagraman un futuro en modo "Sinceramente". Anuncian que CFK va a visitar a todas las provincias donde la reciban y no descarta incluso viajes al exterior más cerca de 2023. Por información que recibió sobre la incursión de Macri en el Llao Llao, Cristina reafirmó su tesis de que el ex presidente irá en busca de su segundo tiempo el año que viene. Más aún, al lado suyo suponen que puesto a evaluar entre sus socios de hoy y los votos que le adjudican las encuestas a Mileir, Macri es capaz de romper con el radicalismo para avalar una oferta más dura junto a Bullrich y el economista que trabajó durante años para Eduardo Eurnekian.

 Al lado de la vicepresidenta ya piensan en nuevas apariciones y diagraman un futuro en modo "Sinceramente". Anuncian que CFK va a visitar a todas las provincias donde la reciban y no descarta incluso viajes al exterior más cerca de 2023.

En ese esquema, el cristinismo piensa hacer base en la provincia de Buenos Aires, donde La Campora apuesta a presentar 15 candidatos en el conurbano bonaerense el año que viene con el anhelo de desplazar a los intendentes. Ahí sigue estando pese a todo la base de la vicepresidenta, como lo muestra una encuesta de Circuitos, con fecha del 12 de mayo. En un contexto en el que el 65,3% de los bonaerenses califica como negativa la situación del país, el 58,8% responsabiliza al gobierno por los índices de inflación y el 55,6% piensa que su situación personal empeorará en los próximos meses, Cristina aparece por lejos como la mejor candidata para los que votaron al FDT: el 43,7% piensa que es la que está en mejores condiciones para encabezar la fórmula presidencial por el espacio, mientras el 15,5% dice que es Alberto y el 9,8% postula a Axel Kicillof.

Aun debilitada, la vicepresidenta se para en esa fortaleza para disputar el peronismo hacia 2023. A eso, le suma la presencia de Unidad Ciudadana en las provincias, una variante que obligará a los gobernadores a pensar en un esquema que vaya más allá del adelantamiento de las elecciones. Los mandatarios del PJ deberán negociar algún tipo de convivencia si no quieren que se reedite el escenario de 2017, cuando perdieron en sus provincias con Cambiemos por el peso decisivo de los votos que se fueron detrás de Cristina.

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