Poco o nada parece quedar de las postales de Andrés Manuel López Obrador comiendo con Claudio X. González en diciembre del 2021 en el Consejo Mexicano de Negocios. El titular de Kimberley Clark México no quiere sumar a sus marcas al plan anti inflacionario del Gobierno que consiste en crear una canasta de productos masivos controlados. Por estas horas la primera línea gerencial de la compañía busca convencerlo porque hay temor de un boicot oficial a los bienes producidos por el conglomerado.

Claudio X., de más de 80 años comienza a cultivar la idea de que la 4T está en una fase declinante y que ya no es necesario estrechar lazos con la actual administración. Está convencido además de que el estancamiento de la economía ya es una realidad y que si bien un triunfo opositor en 2024 no es del todo probable, Morena si estará obligado como partido a elegir entre sus alternativas más moderadas. Claudio X vuelve a estar muy cerca del pensamiento de su hijo Claudio González Guajardo.

Por cierto: sería interesante conocer hasta que punto incide en este cambio de ánimo una reunión protagonizada días atrás entre el magnate y Valentín Diez Modoro con algunos ex presidentes.

Este giro inquieta a Pablo González Guajardo y Xavier Cortéz, máximos ejecutivos de Kimberley Clark México que impulsan una relación pragmática con la 4T para evitar represalias. 

Los directivos temen que las empresas que no se sumen al plan antiinflacionario que se elabora en Palacio Nacional sufran consecuencias como la recomendación cotidiana a la población, desde la mañanaera, de no consumir sus productos.

En realidad existe un frente más delicado y tiene que ver con ciertas carpetas que aparecen en la Fiscalía General y que fueron abiertas en el sexenio anterior (Enrique Peña Nieto también detestaba al magnate). Las mismas tienen relación con el entorno directo de Claudio X. López Obrador no ha querido agitar esos asuntos para no generar nerviosismo en el público inversor.