El presidente ucraniano Volodimir Zelenski puso al canciller alemán Olaf Scholz en el mismo nivel que al primer ministro húngaro Viktor Orbán por oponerse al boicot del gas ruso. Pero a diferencia de Orbán, que llegó a definir a Zelenski como enemigo de HungrÃa, Scholz se ha comprometido a asistir con armamento al Ejército de Ucrania. Para Kiev, ese apoyo no es suficiente y está generando fricciones dentro de la coalición de gobierno en Alemania.
Scholz anunció un paquete de 1.000 millones de euros para que Ucrania acceda a equipamiento militar, tras la presión ejercida por Los Verdes y el Partido Democrático Libre (FDP), los socios del Ejecutivo más alineados con la OTAN y comprometidos con la suerte de las tropas ucranianas. El canciller intenta compensar con estos fondos la imposibilidad de cortar abruptamente la provisión del gas proveniente de Rusia.
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El reclamo de Zelenski "responde a la posición de Alemania, que lleva la voz cantante en la UE respecto a la no interrupción del gas ruso", explica a LPO Ezequiel Bistoletti, profesor de la Universidad Alice Salomon de BerlÃn. "Alemania podrÃa abandonar la provisión de carbón y de petróleo, pero no de gas. El 45 por ciento del gas utilizado en Alemania proviene de Rusia. Eso alcanza no solo a la calefacción de los hogares, sino a la electricidad para la industria", apunta.
"Los expertos vaticinan un final para las compras de gas ruso de acá a siete años. Para Alemania, representa un excelente negocio, porque el gas ruso es barato, abundante y de buena calidad. Sin ese gas, carece de proveedores alternativos. La única alternativa es Estados Unidos, con los barcos de gas licuado, mucho más caro y sin capacidad técnica de Europa para la regasificación", dice el doctor en Ciencia PolÃtica.
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En BerlÃn son conscientes de la encerrona que representa el consumo de hidrocarburos rusos, lo que podrÃa llevar a la primera economÃa de Europa a una recesión y un desplome del PBI. Las poderosas industrias quÃmica y siderúrgica avisaron que la producción está en riesgo y, en consecuencia, miles de puestos de trabajo. En el peor escenario, una crisis en Alemania arrastrarÃa al resto de la zona euro.
La ministra de Exteriores y lÃder de Los Verdes, Annalena Baerbock, aseguró recientemente que "no es momento para las excusas", en alusión a la entrega de armamento pesado para Ucrania. La diplomacia alemana busca rebajar asà las acusaciones de Zelenski, respaldadas por Polonia, Estonia, Letonia y Lituania, que ponen en duda el liderazgo de BerlÃn en la UE. Scholz llegó a la jefatura del Ejecutivo en diciembre pasado y viene luchando por consolidar su conducción bajo la sombra de Angela Merkel y con la guerra como telón de fondo. Lo que menos necesita ahora es abrir un frente interno.
Scholz cedió después de que Zelenski negara la visita del presidente alemán Frank-Walter Steinmeier a Kiev. Para el mandatario ucraniano, Steinmeier es una figura sin poder y considerado demasiado indulgente con Rusia durante sus años al frente del Ministerio de Exteriores en la era Merkel. Scholz no solo lo vivió como una afrenta a Alemania, sino también a su partido, el Socialdemócrata, al que pertenece Steinmeier.
El embajador de Ucrania en BerlÃn, Andriy Melnyk, tampoco esconde los reclamos de su paÃs a los dirigentes alemanes. Pese a que Scholz aprobó el envÃo de armamento, otros miembros de la socialdemocracia como el exvicecanciller Sigmar Gabriel y la vicepresidenta del Bundestag (Parlamento) Aydan Ozoguz, cruzaron al diplomático ucraniano por los cuestionamientos al canciller y a Steinmeier.
Según Bistoletti, Kiev ejerce está presión porque quiere "más armas y más sanciones a través del corte de gas". Sin embargo, señala que "lo escandaloso, más que los negocios de los polÃticos de la socialdemocracia, es la puerta giratoria entre la polÃtica y las empresas. El excanciller Gerhard Schröder es la cara más visible. Pero la dependencia de Alemania del gas ruso comenzó en los años 70", sostiene.
El socialdemócrata Schröder supo aprovechar el acercamiento con Vladimir Putin mientras estuvo en el cargo para saltar más tarde al directorio de Gazprom, la empresa estatal rusa de energÃa. Steinmeier, por su parte, promovió la construcción de los gasoductos Nord Stream 1 y 2. Zelenski recurre a esos vÃnculos cada vez que exige más asistencia militar a Scholz, que ha decido correrse de la escena y privilegiar a otros interlocutores.
Scholz envió a una delegación a Kiev integrada por el diputado verde Anton Hofreiter, presidente de la comisión de Asuntos Europeos del Bundestag y la diputada Marie-Agnes Strack-Zimmermann, del FDP y titular de la comisión de Defensa. El viaje fue coordinado por Baerbock, quien tiene una mejor llegada a Zelenski, y el objetivo era asegurar la provisión de armamento pesado. Fue la jugada que Scholz tenÃa a mano para desactivar las crÃticas del presidente ucraniano.
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