Alejandro Moreno Cárdenas atraviesa su mejor momento desde que llegó a la dirigencia del PRI. Tras años de perder gubernaturas, municipios de peso y llevar el nivel de votación del tricolor a mínimos históricos, la derrota de la Reforma Eléctrica en San Lázaro es un envión para el campechano que ahora quiere aprovecharlo y convencer al Partido Verde de sumarse al frente opositor de cara al 2023.

Moreno Cárdenas tiene buena relación con el senador Manuel Velasco pero todavía mejor con Jorge Emilio González, actor determinante del Verde y cuyas acciones irán en ascenso si se confirma que Mara Lezama gana la gubernatura de Quintana Roo.  Alito ya le planteó al "Niño Verde" que quiere a su partido en el frente en las elecciones del año que viene.

El camino propuesto parece lógico sino fuera por el detalle de la relación cercana que existe entre la futura gobernadora y Andrés López Beltrán, el hijo del presidente que tiene influencia en lo referido a esa geografía.

El sustrato parece propicio para un nuevo reacomodo en el Verde. Ayer domingo horas antes de la votación el diputado federal del Verde Andrés Pintos migró hacia MC y votó contra la norma. En tanto la diputada Rocío Gamiño también votó contra la reforma pero sin abandonar al bloque. 

Mención aparte merece el desbarranco conceptual del diputado Carlos Puente, que en el sexenio anterior desde el Senado fue un defensor eufórico de la reforma energética de Enrique Peña Nieto para luego ayer domingo, ya en San Lázaro, respaldar la reforma de la 4T. "No equivocamos", argumentó Puente.