La creación del primer sindicato de trabajadores de Amazon en Staten Island amenaza con desatar una ola de sindicalización en Estados Unidos y pone en aprietos a las grandes compañías. Pese a que la organización gremial cuenta con el respaldo de la administración Biden, Starbucks decidió endurecer su política de recursos humanos y reponer como número 1 a Howard Schultz, el CEO que ya comandó dos largas etapas al frente de la empresa.

Schultz, que estuvo a cargo de la conducción de la gigantesca tienda de café desde 1986 hasta 2000 y desde 2008 hasta 2017, reasumió el mes pasado funciones de manera interina en lugar de Kevin Johnson y ya tomó una serie de decisiones que causaron estruendo. La primera fue suspender la recompra de acciones por 20.000 millones de dólares que tenía planeada Starbucks con el objetivo declarado de invertir más en la firma. La segunda fue alertar a los trabajadores, primero a través de una carta y después en un encuentro reservado, sobre los riesgos de la organización sindical.

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Este lunes, en una reunión con empleados de la tienda, Schultz afirmó: "no podemos ignorar lo que está sucediendo en el país en relación con las empresas de todo el país que están siendo asaltadas de diferentes maneras por la amenaza de sindicalización". 

Sus declaraciones se viralizaron rápidamente y fueron el preludio de otra decisión que elevó la tensión puertas adentro de la empresa: el despido de Laila Dalton, una activista sindical de 19 años que trabajaba como barista en la sucursal de Starbucks en Phoenix, Arizona. Dalton, que ya había denunciado maltratos y hostigamientos en marzo por parte de supervisores de la empresa, fue despedida un día antes de que se realicen las elecciones sindicales en la tienda de Phoenix donde se desempeñaba. La propia Dalton fue la encargada de difundir la noticia a través de las redes sociales. 

No podemos ignorar lo que está sucediendo en el país en relación con las empresas de todo el país que están siendo asaltadas de diferentes maneras por la amenaza de sindicalización

"Me despidieron", "Mi corazón está roto", "Mi tienda ganará de todas maneras la elección, nos sindicalizaremos", escribió la joven despedida.

El regreso de Schultz a la comandancia de un gigante que cuenta con 28.000 locales distribuidos en 77 países puso en alerta a los activistas en un momento en que en Estados Unidos se da un creciente proceso de sindicalización puertas adentro de la empresa. 

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Ese movimiento dentro de Starbucks tuvo su primer hito con la elección de delegados en Buffalo, Nueva York, en diciembre pasado, en lo que constituyó la creación de Starbucks Workers United. En marzo pasado, Dalton había sido suspendida por la compañía después de grabar con su teléfono una discusión que tuvo con uno de sus supervisores, sin su consentimiento. Ese mismo mes, la agencia National Labor Relations Board había presentado una queja formal contra Starbucks por someter a Dalton a una serie de abusos destinados a interrumpir la campaña sindical y obligarla a renunciar. Ahora, frente a su despido, distintas organizaciones comenzaron a presionar para que la firma la reincorpore en sus funciones.

Laila Dalton, trabajadora despedida de Sturbucks.  

En marzo pasado, Dalton había sido suspendida por la compañía después de grabar con su teléfono una discusión que tuvo con uno de sus supervisores, sin su consentimiento. Ese mismo mes, la agencia National Labor Relations Board había presentado una queja formal contra Starbucks por someter a Dalton a una serie de abusos destinados a interrumpir la campaña sindical y obligarla a renunciar. Ahora, frente a su despido, distintas organizaciones comenzaron a presionar para que la firma la reincorpore en sus funciones.

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El conflicto en Starbucks se desata en un contexto preciso, cuando en Estados Unidos coincide la creación de casi 8 millones de puestos de trabajo en el último año -según los números que el propio Biden difundió hace apenas unos días-y el país enfrenta la tasa de inflación más alta de los últimos 40 años.

Tal como contó LPO, la creación del sindicato en el almacén de Amazon contó con el respaldo del presidente de Estados Unidos y despertó muestras de solidaridad de gran parte de la dirigencia demócrata.