La Casa Blanca presentó un presupuesto de u$s5,79 billones al Congreso que si bien exige un gasto militar récord, aumenta los impuestos para los multimillonarios y las empresas, tiene números que parecen ser cuestionables como la inflación.
La propuesta para el año fiscal 2023 que comienza el 1 de octubre establece las prioridades de su administración, incluidas las promesas de campaña de hacer que "los ricos y las empresas paguen más impuestos".
Sin embargo, el problema es que se basa en supuestos económicos fijados el 10 de noviembre, mucho antes de la invasión rusa de Ucrania, que ha exacerbado las presiones inflacionarias que ya existÃan por la salida de la pandemia, sobre los precios de la energÃa y los alimentos.
La principal asesora económica de Biden, Cecilia Rouse, dijo que la administración aún ve una disminución de la inflación durante el próximo año. "El presupuesto envÃa un mensaje claro de que valoramos la responsabilidad fiscal, la seguridad en casa y en todo el mundo, y las inversiones necesarias para continuar con nuestro crecimiento equitativo y construir un Estados Unidos mejor", dijo Biden en un comunicado.
El dato de inflación para el año fiscal 2023 quedó en 2,3%, algo que no serÃa cumplible según las estimaciones de los bancos de inversión y consultoras económicas por la "inercia" que dejará incluso este 2022.
Por un lado, la tasa de inflación en febrero fue del 7,9% (anualizada), un máximo de 40 años. Además, una encuesta de este mes por parte de los miembros National Association for Business Economics encontró que el 78% de ellos espera que la inflación se mantenga largamente por encima del 3% hasta el final del año calendario 2023. El año pasado el Ãndice de precios creció 4,7% y la consultora Deloitte estima un 5,5% para este año. El consenso de las estimaciones de la agencia Bloomberg marcan un aumento del 5,1% para este año.
"Es probable que los impactos en los precios de la energÃa por las sanciones a Rusia conduzcan a más revisiones al alza", dice Peterson Institute for International Economics (PIIE), uno de los think tanks más respetados en Washington.
La organización afirma que hay mucho en juego cuando se trata de medir con precisión el camino de la inflación futura. "Hacerlo es fundamental para determinar qué tan rápido la polÃtica monetaria debe pasar a una posición neutral para evitar un escenario de inflación persistente, lo que requerirÃa un endurecimiento aún mayor en el futuro y el riesgo de otra recesión", señalan.
El tema de la inflación fue el eje de un ida y vuelta telefónico entre Rose, Shalanda Young (directora de la Oficina de Administración y Presupuesto) y parte de la prensa.
Según las transcripciones de esa conversación, los funcionarios de Biden no pudieron explicar el 2,3% de inflación proyectado y mucho menos una estimación "ajustada" al actual contexto bélico que disparó aún más los precios de las materias primas y la gasolina.
"Entonces, 2,3 por ciento este año y el próximo, y estable, no es realista. Bajo un supuesto de inflación más realista, ¿todavÃa puede reclamar u$s1 billón en reducción del déficit? ¿SeguirÃas defendiendo ese número?", preguntó uno de los periodistas que participó de ese call con los funcionarios de la Casa Blanca.
La asesora económica de la administración demócrata ensayó su respuesta que no convenció a quienes la escuchaban del otro lado del teléfono: "Este presupuesto estaba cerrado y nuestros pronósticos estaban cerrados antes de varios factores, lo que llevó a los pronosticadores, incluida la Fed, a elevar sus expectativas de inflación. El ejemplo más reciente es la invasión rusa de Ucrania y su impacto en los precios de la energÃa y los alimentos. Tendremos la oportunidad de actualizar nuestro pronóstico para el próximo presupuesto".
Las preguntas con respecto a si mantenÃan la estimación de IPC para los próximos años en 2,3% continuó, según la transcripción publicada por la misma Casa Blanca.
En otro pasaje de la misma, Rose tuvo que incluso admitir que si tuvieran que hacerle a lo que sucede actualmente, el número serÃa distinto. "Entonces, este pronóstico económico, si lo estuviéramos actualizando hoy, lo verÃamos de manera algo diferente", se resignó a decir ante la insistencia de la prensa.
Lo cierto es que el nivel general de inflación (6% a 7% año tras año) sigue siendo relativamente leve en comparación con la inflación de principios de la década de 1980 (aproximadamente el doble de esa tasa) o en muchos otros paÃses que han experimentado problemas inflacionarios.
"Pero lo que es más importante, la inflación parece... extraña. TodavÃa está fuertemente impulsado por algunas categorÃas inusuales, como los autos usados. Y la inflación de bienes se ha acelerado mucho más que la inflación de servicios. Eso es muy inusual, ya que la inflación de bienes ha sido más baja que la inflación de servicios durante todo el perÃodo posterior a la Segunda Guerra Mundial", acota Deloitte que aún mantiene la visión de que el incremento de precios será "transitorio" y que irá bajando la presión en los próximos años.
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