Este lunes comienza oficialmente la campaña francesa para las presidenciales del 10 de abril, con Emmanuel Macron como favorito para ganar un segundo mandato. Para el resto de los contendientes se trata de una encrucijada: cómo cargar contra el candidato Macron sin apuntar al presidente Macron, a cargo del paÃs mientras la guerra continúa en Ucrania. Y las encuestas están mostrando que el mandatario se despega cada vez más de su competidor más próximo.
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La última encuesta de la consultora OpinionWay mantiene a Macron al frente con el 28%, seguido de la ultraderechista Marine Le Pen, con el 20%, un punto menos en relación con la mayorÃa de los sondeos publicados la semana pasada. Sin embargo, la candidata se desmarca de Jean-Luc Mélenchon, que con el 14% se ubica como el único representante de la izquierda con posibilidades. Le sigue la gaullista Valérie Pécresse, que obtiene el 11% y sube al cuarto puesto por sobre el ensayista de la derecha radical y xenófoba, Éric Zemmour, que cae al 10%.
La candidata de Reagrupamiento Nacional, que perdió la segunda vuelta contra Macron en 2017, está cambiando el tono de su campaña y centrándose en la suba de los precios del gas y el combustible, que estan empujando la inflación en toda la zona euro.
Le Pen ha vuelto a colocar el problema del poder adquisitivo de los franceses en el centro del debate. Si la guerra en Ucrania trastornó el mercado energético europeo, entonces las grandes empresas petroleras "que están haciendo muy buenos negocios" deberán pagar un impuesto especial para mitigar la crisis.
Le Pen también propone una rebaja del IVA del 20% al 5,5% para combustibles, gas y electricidad. Mientras Macron atiende el frente diplomático y una respuesta consensuada con los 27 en Bruselas, la candidata de la extrema derecha busca mostrarse partidaria de una agenda social urgente. El mismo camino ensaya Mélenchon, que dÃas atrás sugirió adelantar la edad de jubilación a los 60 años, en respuesta al plan de Macron de subirla a los 65.
"No existe partido polÃtico desde la V República que alcance el 50 por ciento más uno de los votos en primera vuelta. Por eso un candidato que obtiene entre el 25 y el 30 por ciento en primera vuelta realiza una excelente elección. Macron sacó ese porcentaje en 2017, algunos puntos más arriba que Le Pen. Desde el comienzo del año pasado, Macron se mantuvo en un piso del 25 por ciento hasta que estalla la invasión de Rusia a Ucrania (momento en el que empieza a subir)", según explica a LPO el analista internacional Marcelo Scaglione.
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Pero a diferencia de Le Pen y Mélenchon, el presidente es el único que puede tomar medidas inmediatas ante la disparada de la inflación y de los precios de las materias primas. El gobierno estudia entregar un cheque alimentario de 60 euros para las familias más vulnerables, un gesto para un sector del electorado que le ha sido esquivo y al mismo tiempo un intento por frenar el potencial repunte de Le Pen, apalancada en el descontento de los franceses ante la suba del costo de vida.
Para el integrante del Instituto para el Desarrollo Empresarial de Argentina (IDEA), Macron ha conseguido un buen balance "después de cinco años, con dos años de pandemia, la crisis de los chalecos amarillos y la situación de guerra en MalÃ". "Con la decisión de mediar entre Putin y Ucrania tomó un gran riesgo porque podÃa hacerlo caer en las encuestas, pero lo hizo pasar la barrera del 30 por ciento para la primera vuelta. En Francia lo llaman 'efecto bandera'. Aparte fue inteligente y sincero al hablarle a los franceses sobre las consecuencias de guerra", sostiene.
Macron se beneficia de un tipo de liderazgo que se sustenta en la legitimidad internacional. El lÃder de La República en Marcha es un europeÃsta que ha delegado buena parte de la polÃtica doméstica en su primer ministro Jean Castex y en el titular de Interior, Gérald Darmanin. Como hizo antes con la crisis que carcome a LÃbano, ahora se sirve de la invasión a Ucrania para impulsar su agenda de defensa común europea que, a todas luces, es una oportunidad para Francia y su poder militar en el continente.
Otra ventaja para Macron es la simpatÃa sin disimulo de Le Pen y Zemmour por Vladimir Putin. Los candidatos de la extrema derecha apenas podrán distanciarse a tiempo del hombre que decretó la invasión a Ucrania. Para Zemmour es un lastre que ya se traduce en las encuestas. Su propuesta de un "ministerio para la reemigración" parece una burla mientras casi 4 millones de ucranianos se convierten en refugiados a causa de la guerra.
Además, Zemmour defiende un programa económico más liberal que el de Macron en 2017, algo que le impide conectar con las polÃticas sociales que ahora intenta representar Le Pen. Algo similar le ocurre a Valerie Pécresse, quien se ha ido asimilando a los candidatos de la extrema derecha a costa del legado más centrista de Los Republicanos. La exministra de Nicolás Sarkozy sufre el declive de los partidos tradicionales -la contracara de los conservadores son los socialistas- y tampoco puede impostar una agenda de subvenciones cuando defiende la reducción del gasto público.
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Este escenario solo beneficia al jefe de Estado, según sostiene Scaglione. "Macron es el presidente de Francia, presidente en ejercicio de la UE y defiende no solo un programa sino un balance", afirma.
"La tasa de desempleo ha alcanzado el punto más bajo en los últimos años, incluido el desempleo juvenil. Ha tratado de avanzar con reformas importantes a pesar del descontento de los chalecos amarillos. Tiene una aprobación superior al 60 por ciento en la actuación de la guerra, lo que hace que los candidatos opositores apoyen a Macron como presidente, pero al tiempo les quita espacio para la discusión programática", asegura en referencia a esta dualidad.
La imagen no deja de ser favorable para el presidente, que viene dominando la escena. Macron se reúne con los lÃderes occidentales en el marco de la OTAN, el G7 y la Comisión Europea. Le Pen, en cambio, empezó la campaña con el pie izquierdo. En un acto en la isla de Guadalupe este fin de semana, la candidata fue agredida por un grupo que ingresó al hotel donde se alojaba y la increparon por "racista". Le Pen habÃa viajado a este territorio francés de ultramar para desplegar su programa social.
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"Macron hace campaña muy europeÃsta. Ha sido una presidencia muy activa en Europa, junto a Merkel y ahora con Scholz. Francia, uno de los dos pilares de la UE, y tiene posiciones muy fuertes en la defensa de Europa, que pone en evidencia uno de los temas más importantes de la construcción europea, que es el de la defensa y la seguridad común. Lo mismo en temas energéticos, no solo en renovables sino en la energÃa nuclear", dice el analista. El hiperpesidencialismo y la sobrexposición parecen estar dando resultados a Macron.
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