Crisis en el Ejecutivo
La apuesta belicista de Sánchez eleva al máximo la tensión entre el PSOE y Podemos
El escenario bélico está generando una de las crisis más profunda en estos dos años de gobierno mixto. El envío de armas, la reducción de impuestos y el aumento del presupuesto de Defensa tensan mucho la cuerda.

El 10 de febrero, hace poco más de un mes, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se fundieron en un abrazo de alivio cuando Meritxell Batet, la presidenta del Congreso, anunció la aprobación de la Reforma Laboral. La foto fue la mejor síntesis de la unidad que, por aquellos días, gozaba el gobierno de coalición. "Estamos en un buen momento", repetían los voceros de Psoe y Unidas Podemos sobre el clima interno en el Palacio de la Moncloa.

Pero llegó la guerra y la invasión de Rusia a Ucrania. Y todo cambió. Los acuerdos se transformaron en desacuerdos. Los abrazos, en miradas distantes. Y las esporádicas diferencias, en una grieta enquistada y permanente.

El primer desplante del socio minoritario llegó con la decisión de enviar armas de forma bilateral a la resistencia ucraniana. Fue el 2 de marzo, tras el anuncio del presidente Pedro Sánchez en el Congreso. Los morados quedaron perplejos con la retractación del Ejecutivo, que, en las reuniones de gobierno, se había comprometido a canalizar esa posibilidad a través de la Unión Europea.

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"Estáis cediendo ante las presiones de la derecha", recriminaron esa mañana los diputados de UP a sus colegas del Psoe. El envío de material ofensivo era la principal exigencia del PP al gobierno en aquellos días iniciales del conflicto bélico.

La primera respuesta pública la dio el portavoz Pablo Echenique: "Le tengo que decir señor presidente, con la lealtad y todo el respeto que le tengo, que el envío de armas, lo haga España, o lo haga cualquier otro país, es un error. Es un error porque no es eficaz para solucionar el conflicto. Muchos militares nos han dicho en privado que armar a la población civil contra un ejército profesional no va a cambiar la correlación de fuerzas".

La tensión entre Podemos y el Psoe llegó a su pico máximo cuando Belarra habló de "partidos de la guerra" al referirse a las formaciones que apoyaban el envío de armamento 

La pértiga la tomó la secretaria general del partido y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, quien esa mañana en los pasillos del Hemiciclo dejó en claro su disgusto por la "línea roja" que había cruzado el Psoe. "Más diplomacia, menos armas", cuestionó.

La postura de UP generó también chispazos internos. La vicepresidenta segunda y figura fuerte de la formación, Yolanda Díaz, se desmarcó de Belarra y le dio "todo su apoyo" a Sánchez.

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La tensión entre Podemos y el Psoe llegó a su pico máximo cuando, a los pocos días, Belarra habló de "partidos de la guerra" al referirse a las formaciones que apoyaban el envío de armamento. La frase se tomó como una crítica velada a los socialistas. La secretaria general tuvo que salir a aclarar sus dichos para evitar una escalada sin retorno. "Hice referencia a los partidos de la derecha", se justificó.

Tras la aclaración, la cúpula de UP -Belarra, Echenique, Montero y Díaz- tomó la decisión de "rebajar las críticas" y de convivir, sin más polémicas, con "diferencias lógicas" en medio de un escenario inédito de guerra.

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La tregua, sin embargo, duró poco. Dos decisiones del Ejecutivo volvieron a evidenciar las claras diferencias sobre la hoja de ruta a seguir para afrontar la nueva coyuntura. En la Conferencia de Presidentes, celebrada el fin de semana en La Palma, el Ejecutivo se comprometió a rebajar impuestos (electricidad y gasolina) para reducir precios y aliviar los bolsillos de los consumidores.

Para Podemos y su receta de subir la carga fiscal a las empresas eléctricas (un aumento del 10% del impuesto de Sociedades para los próximos cinco años), el anuncio fue otro puñal. Aunque las críticas públicas, esta vez, fueron mucho más atenuadas. 

La tensión entre Podemos y el Psoe llegó a su pico máximo cuando, a los pocos días, Belarra habló de "partidos de la guerra" al referirse a las formaciones que apoyaban el envío de armamento. La frase se tomó como una crítica velada a los socialistas. La secretaria general tuvo que salir a aclarar sus dichos para evitar una escalada sin retorno

La valoración la hizo el portavoz Pablo Fernández, quien celebró que se tomen medidas para "aliviar la situación de la ciudadanía". Eso sí: pidió que el Ejecutivo establezca algún mecanismo para que las "grandes fortunas aporten más" y que la discusión no quede supeditada a "subir o bajar impuestos".

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Pero el lunes por la noche, el presidente volvió a cruzar "otra línea roja" en la valoración de Podemos. Sánchez aprovechó una entrevista televisiva para anunciar su intención de aumentar el presupuesto en Defensa en los próximos años. Una "subida progresiva" de ese gasto militar hasta "cumplir" con el 2% (actualmente de 1,4%) del PIB solicitado por la OTAN.

"Ese 2% es un compromiso que se va a cumplir, independientemente de la consideración de otros grupos", aclaró el martes el portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, antes de escuchar la (nueva) crítica de Podemos.

La apuesta belicista de Sánchez eleva al máximo la tensión entre el PSOE y Podemos

"No hay ninguna necesidad, en este contexto de crisis, de elevar el presupuesto militar. Lo que urge es proteger a la ciudadanía, los salarios, y que baje el precio de la factura eléctrica. España se tiene que desmarcar y ser una voz que lidere una Europa social, democrática y no militar", respondió la portavoz de En Comú Podem en el Congreso, Aina Vidal.

No hay ninguna necesidad, en este contexto de crisis, de elevar el presupuesto militar

El cuestionamiento -a diferencia del planteado por el envío de armas- contó esta vez con la venia de la vicepresidenta Yolanda Díaz. "Nuestra posición es conocida y en esta ocasión tenemos una diferencia con el Partido Socialista, que hemos manifestado al presidente del Gobierno", aclaró la ministra de Trabajo. "Para nosotros es prioritario incrementar presupuestos en investigación, educación, sanidad y otras materias que son de especial interés en este contexto", argumentó.

Belarra, por su parte, decidió confrontar con Sánchez un paquete de medidas lanzado en las últimas horas por su ministerio. El documento fue remitido este miércoles al despacho del presidente.

Podemos pide "congelar los alquileres durante este año, un cheque energético de 300 euros y la ampliación del Ingreso Mínimo Vital", entre otras políticas públicas para enfrentar la crisis. "Si hay recursos para aumentar el gasto en Defensa, tiene que haber recursos para estas cuestiones más prioritarias", dicen los morados en off.

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El Ejecutivo todavía no hizo ninguna valoración pública de la propuesta de Belarra. La decisión es seguir dando pasos "con o sin el apoyo" de Podemos. A tres semanas de la invasión rusa, ni unos ni otros disimulan lo evidente: que la guerra es un cisne negro para el gobierno de coalición.

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