La prohibición de la 4T al maíz transgénico anunciada seis meses atrás, abrió, como era predecible, un conflicto con los agrícolas estadounidenses, que ahora reclaman al gobierno de Biden intervenir en el tema. Sin embargo, López Obrador ya deja claro que no habrá ningún revés en esta política.

Durante la conferencia matutina de Palacio Nacional de este martes se le cuestionó si habría cambios en las reglas: "¡No!", respondió contundente. "Es la misma política: procurar producir en México lo que consumimos, que no tengamos que comprar maíz, que no tengamos que comprar frijol, arroz", continuó.

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Ocurre que esta semana, alrededor de 30 asociaciones estadounidenses se unieron en respuesta a estas medidas y, a través de una carta, solicitaron al secretario del Departamento de Agricultura, Thomas Vilsack, y a la representante de Comercio, Katherine Tai para interceder sobre este decreto que entró en vigor el pasado 31 de diciembre, pues alertan que tiene "potencial" de afectar una parte significativa de las exportaciones agrícolas.

Al respecto, López Obrador se limitó a decir, "respetamos el que se hagan estos cuestionamientos", pero añadió: "Hay agroquímicos que dañan la salud de los campesinos, de los productores, consumidores y no vamos a permitir que se envenene a nuestro pueblo, no es producir por producir. No vamos a permitir el maíz transgénico. Y en el caso del glifosato, estamos regulando su ingreso porque está demostrado que causa daño, es un químico, y tenemos que cuidar la salud".

Los productores estadounidenses, por su parte, señalaron que estas medidas están "deteriorando rápidamente" la relación comercial entre ambos países, pues crea incertidumbre en este sector, de acuerdo con el documento en el que sobresalen firmantes como American Farm Bureau Federation y Biotechnology Innovation Organization, entre otras.

Las quejas de los estadounidenses también alcanzan otros temas, como el tema de la relación de producto lácteos, tras la medida de regular la identidad de quesos, lo cual afirma ya empeoró la relación en este sector, lo mismo que en el caso de productos orgánicos, pues ahora ya no se acepta la acreditación de EU, sino que requiere la mexicana, que puede demorar hasta un año.

"Estas barreras técnicas al comercio no notificadas elevarán los costos de exportación a México. Obstaculizan la competitividad de los agricultores, ganaderos y otros miembros del sector de la alimentación y la agricultura estadounidense", dijeron, acusando también que las medidas carecen de una base científica.

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Pero el presidente López Obrador minimizó el problema, pues explicó que las relaciones comerciales siguen siendo positivas, resaltando que ha crecido la exportación de los productos agrícolas mexicanos hacia el país vecino. Desde su perspectiva, sucede que no están conformes con estas nuevas medidas.

"Siempre los productores de Estados Unidos, incluso hay senadores, que tienen como política, sobre todo para sacar raja en lo electoral, el bloquear la producción de los agricultores mexicanos como es el caso del tomate y otros productos. O la argumentación con propósitos también económicos o políticos de que no se cuidan las especies, por ejemplo, casos de embarcos al atún y camarón. Son mecanismos de presión que se utilizan", señaló.