La integración entre México y los Estados Unidos avanza inexorablemente, y no sólo en materia comercial. La presencia de mexicanos -y segundas o terceras generaciones- que ejercen sus derechos políticos es cada vez mayor, al punto que desde hace años definen elecciones.
Mañana habrá otra prueba de este proceso en los comicios por la Alcaldía de Chicago, la tercera ciudad más poblada de EEUU. Y más allá del resultado, México volverá a estar presente como actor protagónico en el desenlace de un importante proceso electoral, a través de Jesús “Chuy” García.
"Chuy" nació en Durango y se ha convertido gracias a su larga militancia en el Estado de Illinois en un emblema de la lucha por los derechos de los inmigrantes. En rigor, se erige como un dirigente que pelea por los derechos de las minorías en general, y la de los migrantes en particular.
Mañana peleará palmo a palmo con el actual alcalde Rahm Emanuel, nada menos que el jefe de Gabinete en la Casa Blanca durante los primeros años de la Presidencia de Barack Obama.
García podría convertirse así en el primer alcalde hispano de Chicago, pero puede decirse que ya se ha anotado una gran victoria, al forzar el primer balotaje de la historia de esa ciudad, pese a todos los pronósticos de las encuestas.
En una primera vuelta que en principio parecía muy desigual, "Chuy" consiguió casi 38%, cuando los sondeos le daban apenas 22%. Emanuel, con más recursos y apoyo de la Casa Blanca, obtuvo casi 48%, quedándose a poco más de dos puntos de evitar la segunda vuelta.
El fenómeno pop
Nacido en un pueblito a orillas de la Sierra Madre en el norte de México y con un padre campesino que trabajaba en los campos de California, Kansas y Texas, bajo el programa Bracero durante la Segunda Guerra Mundial, García y toda su familia obtuvieron la residencia permanente y se mudaron a Chicago. Tenía sólo 10 años.
Desde entonces recorrió una larga carrera política en esa ciudad, siempre bajo una visión progresista, hasta su actual cargo de comisionado del Condado de Cook, desde donde impulsó la defensa de las minorías étnicas, políticas de inclusión multirracial y defensa de la educación pública, oponiéndose al cierre de 50 escuelas dispuesto por Emanuel.
Estas posturas progresistas le han valido un amplio apoyo en la comunidad artística de Chicago, con expresiones que lo convierten una figura colorida, pese a su semblante serio. Así, por ejemplo, diversos grupos de música, de los más variados estilos, le han dedicado temas.
Los medios de Chicago aseguran que en las calles también se observan graffitis y caricaturas del candidato, siempre resaltándolo como un peleador por los derechos de las minorías.
No sólo los artistas hispanos han recreado imágenes suyas, también trabajadores de otros oficios, como panaderos que venden galletas, pasteles y capuchinos con su figura o sus bigotes.
Más allá del resultado en los comicios de mañana, este dirigente de origen mexicano ha conseguido el apoyo de diversas minorías de Chicago, una base electoral nada despreciable y un logro político que seguramente podrá capitalizar en el futuro aunque el balojate le sea adverso.
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