El Gobierno aceptará subir a 6 millones de pesos el mínimo no imponible del impuesto a los bienes personales, pero a cambio de elevar la alícuota a los patrimonios altos y así equilibrar la recaudación. Esa será la propuesta este martes en la sesión pedida por la oposición en Diputados a las 14 para sancionar la ley aprobada por unanimidad en el Senado.

Alberto Fernández la criticó el sábado, pero el domingo habilitó una contrapropuesta que este martes estaba en manos del presidente de la Cámara Sergio Massa. Mantiene la suba del piso de 2 a 6 millones de pesos, pero no toca la de las casa habitación, que está en 18 y el proyecto del Senado lo lleva a 30. 

 La oposición defiende esa versión aprobada por la Cámara alta, promovida por el senador oficialista Carlos Caserio, que terminó su mandato el 10 de diciembre. Y la defenderá en la reunión de la comisión de presupuesto, que empieza a las 13 y fue convocada por la mayoría opositora en la última sesión.  

 Martín Guzmán considera un problema esta ley para reducir el déficit fiscal y por eso la propuesta que habilitó sube de 1.25% a 1,5% la alícuota sobre patrimonios mayores a 100 millones de pesos. 

Alberto rechazó la baja en bienes personales que quiere tratar la oposición 

Con ese retoque, estima recuperar la recaudación perdida por la suba del mínimo no imponible, que calculan en 0.4% del PBI. La propuesta mantiene de la media sanción la actualización anual por Índice de Precios la Consumidor (IPC) para los bienes y los tramos de las alícuotas, pero no para la casa habitación. Los valores están fijos desde 2018.

Si hubiera consenso en Diputados, los senadores oficialistas están dispuestos a viajar después de navidad y sancionar la ley con modificaciones el 28, pero como para ese entonces no habrá pasado por comisión necesitarían el respaldo de Juntos por de Cambio.

Hasta este martes, los referentes del principal frente opositor de Diputados consulados por LPO aseguraban que intentarán sancionar el proyecto tal como vino del Senado. Necesitarán volver a contar con el respaldo de los liberales y el interbloque federal. Le faltaría uno, pero le alcanzaría con la abstención de la izquierda o de la dupla del Rioja o Felipe Álvarez y el santacruceño Claudio Vidal. El poroteo está abierto. 

Cristian Ritondo habla con Emilio Monzó y dos diputados del interbloque federal: el socialista Enrique Estévez y Florencio Randazzo. 

LPOJuan Casas

Estos últimos son 8 diputados, dos socialistas santafesinos, tres cordobeses del gobernadores Juan Schiaretti y tres peronistas bonaerenses, entre ellos el presidente Alejandro Rodríguez. Resultan claves para que el Frente de Todos o Juntos por el Cambio alcancen el quórum. 

El jueves aportaron sus votos para convocar a la comisión y sus firmas para citar a sesión y este martes evaluaban las propuestas del oficialismo para definir si volvían a aliarse a la oposición. El trámite tiene un punto flojo de papeles: los proyectos impositivos deben iniciarse en Diputados y burlar esa norma sería un antecedente histórico. 

La primera pelea será en la comisión de Presupuesto, que sesionará en el recinto y es dominada por el oficialismo: tiene 24 de los 49 miembros pero además cuenta con el misionero Diego Sartori como aliado fijo, aunque el jueves pasado votó con la oposición para convocar a la comisión.

Ese número le garantiza un dictamen de mayoría, que de poco importa si el de minoría junta más votos en el recinto. El FdT podría dejar sin quórum la comisión y complicar las cosas, aunque en Juntos creen que el reglamento les permite dictaminar igual. 

Apuntan que el artículo 108 da muchas alternativas, como sesionar con una cuarta parte de los miembros pasada media hora de la citación y apelar a la figura del "dictamen de comisión en minoría". También señala que si la mayoría de una comisión no asistiera, el resto de los integrantes podrán pedir que sea integrada por otros diputados. Con la sesión convocada, todas esas alternativas son posibles.