La conformación del Congreso que recibió a Alberto Fernández en 2019 se fue este jueves con dos señales que deberían preocuparle: el oficialismo no usó su último día de mayoría en el Senado para aprobar todos sus decretos pendientes y los proyectos de ley que pidió reactivar seguirán congelados hasta nuevo aviso.

Las causas sólo se explican en la tensión que hay entre los referentes del Frente de Todos y la Casa Rosada. De mínima, reclaman un interlocutor que se involucre en las negociaciones con una oposición que, aunque esté dispersa entre los bloques de Juntos por el Cambio y los partidos provinciales, representa la mayoría en los dos recintos. 

"No pueden tirar temas y pedirlos por los medios cuando somos minoría. Tienen que participar más", explicaron a LPO desde el oficialismo de la Cámara baja, donde esperan tratamiento cuatro de los proyectos pedidos por Alberto.

Guzmán expone el presupuesto el lunes y quieren aprobarlo el jueves 

Tres ni siquiera vieron la luz en comisiones: la promoción a la industria automotriz, enviada en agosto; la de agroindustria que remitió Julián Domínguez hace un mes y el presupuesto, que llegó en tiempo y forma el 15 de septiembre pero nunca se trató. La ley de hidrocarburos sí se debatió en comisión de Energía del Senado y las provincias petroleras como Río Negro se expresaron en contra. 

Aunque Alberto prorrogó hasta el 31 de diciembre las sesiones ordinarias, al menos por ahora no está en agenda debatir en el recinto la ley de promoción de cannabis y cáñamo industrial, aún cuando fue aprobada en el Senado y tiene dictamen unánime en la Cámara baja.

Es una de las leyes promovidas por el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, que nunca logró un vínculo aceitado con el Congreso. Todas buscan sumar las divisas necesarias para cancelar en el mediano plazo la deuda con el FMI.

El presupuesto es el único proyecto confirmado para la sesión del jueves 16 en Diputados, previa visita el lunes a la Comisión de Presupuesto del ministro de Hacienda  Martín Guzmán. Según acordó en un almuerzo en el despacho de Massa este lunes, el plan es aprobarlo con las modificaciones que surjan en la rosca de la semana. 

Asistieron por el Senado el jefe del oficialismo José Mayans y Anabel Fernández Sagasti. Nadie sabe cuando llegará su prometido plan plurianual, una exigencia del FMI para renegociar la deuda que Alberto anunció para la primera semana de diciembre. Nunca la envió.

El presupuesto es el único proyecto pedido por Alberto confirmado para tratarse en diciembre. Las promociones a la industria automotriz y a la agroindustria esperan hace meses su tratamiento en comisiones de Diputados y no están en agenda. 

Guzmán tendrá el fin de semana para corregir las proyecciones del presupuesto que escribió en septiembre y hacían ruido esos días, como el crecimiento del 4%, inflación del 33% y el dólar a $131,1. 

En el oficialismo confían en aprobarlo con respaldo de los partidos provinciales, entre ellos el de Córdoba, y hay gestiones con los jefes de Juntos en el Senado para sancionarlo antes de navidad, un trámite que requiere del respaldo de dos tercios porque no habría pasado una semana de su dictamen. 

La misma mayoría sería necesaria el jueves para incorporar en Diputados proyectos sin paso previo por las comisiones, que ni siquiera están conformadas y el reparto de vocalías es complejo, porque el oficialismo y Juntos reclaman los mismos lugares en todas. 

En Diputados, el Frente de Todos conservó la primera minoría pero para llegar al quórum ni siquiera le alcanzan los partidos provinciales más proclives a negociar, como Río Negro, Misiones y Neuquén. Necesita de cordobeses y socialistas santafesinos o, más seguro, de la ayuda de Juntos por el Cambio. 

Y los que están dispuestos a aportar sus votos piden soluciones a sus provincias que sólo encuentran respuestas en la Rosada o en algunos ministerios. Por caso, recién esta semana Alberto cumplió con la gobernadora de Río Negro Arabella Carreras y declaró zona franca la ciudad de Sierra Grande. 

Misiones pide beneficios similares para sus zonas de frontera, las había conseguido en el presupuesto de este año pero Guzmán las vetó. También les molestó a sus diputados la escasa cantidad de obras a sus municipios que hay en las planillas enviadas por el ministro. Quieren más y nadie les responde. 

Desde este viernes, el presidente sabe además que le será un riesgo gobernar por decreto, porque no hay mayoría propia en ninguna cámara para refrendarlo. Y si las oposiciones se unieran en ambas, podrían anular un DNU, un riesgo que siempre es preferible evitar porque llega cuando menos se lo espera. Mauricio Macri lo subestimaba y tenía que corregir medidas de urgencia antes que se las deroguen. 

Alberto Weretilneck. 

Senado

En su último día con mayoría propia, los senadores oficialistas dejaron sin aprobar 68 de los 116 decretos de necesidad y urgencia pendientes. Sólo avalaron 48, ninguno sobre temas económicos. 

El más parecido a esa materia es el 892/20, que declaró de interés público y como objetivo prioritario la promoción de la producción del gas natural argentino. Luego se refrendaron 18 decretos vinculados a los aislamientos de la pandemia, 4 de beneficios sociales y 26 laborales, como los ATP, Repro, suspensión de despidos y promoción a pequeños productores. 

Quedaron excluidas las ampliaciones presupuestarias o la flexibilización de políticas migratorias, una omisión que no encuentra explicación lógica si no es por una bronca de estos días, porque fue el propio oficialismo el que apuró los dictámenes pocos días después de las elecciones y convocó a sesión este jueves para tratarlos.

Carlos Heller con Leandro Santoro, en la jura del martes. 

LPO / Juan Carlos Casas.

Algunas fuentes de el frente de todos hablan de un fastidio con la Casa Rosada por la falta de gratitud por los favores recibidos, de parte de un bloque que tuvo que hacer malabares para mantener la unidad. Uno de los que estuvo por irse fue el jujeño Guillermo Snopek, elegido para defender en el recinto los DNUs que se trataron e ignorar los demás. 

Otro dato fue que los decretos fueron aprobados por el rionegrino Alberto Weretilneck y la misionera Magdalena Solari Quintana, quienes desde este viernes son la llave del oficialismo para alcanzar el quórum. Si hubieran votado en contra, el mensaje para el futuro no era el mejor. 

Los DNU recibieron 41 votos a favor y 23 en contra, todos de Juntos. "Hubo 151 mil infracciones en 10 provincias, mientras que el presidente festejó en la Quinta de Olivos el cumpleaños de la primera dama. Y en su defensa alegó que 'Nadie se contagió' ¡Pero las normas las impuso el propio Poder Ejecutivo!", se quejó el radical Luis Naidenoff. 

El jefe del oficialismo José Mayans habló de las dificultades de la pandemia; mientras que Mariano Recalde y el sindicalista Daniel Lovera, en su último día de senador, defendieron los decretos laborales. De los económicos nadie habló. No se trataron.