El jefe del oficialismo en el Senado José Mayans evitó la fractura de su bancada pero tendrá un sub bloque de rebeldes, que reclaman más participación en la agenda y un diálogo frecuente con el Poder Ejecutivo.

El grupo, como adelantó LPO, lo lidera el entrerriano Edgardo Kueider y se sumarían algunos peronistas sin tierra como el correntino Carlos Espínola y el jujeño Guillermo Snopek.

Podrían sumarse emisarios de otros gobernadores como el sanjuanino José Uñac y el riojano Ricardo Guerra, pero al menos por ahora, no hay señales de una ruptura formal, sino más bien de un reagrupamiento interno que hará ruido en el día a día. 

Antes de asumir en reemplazo del fallecido Carlos Menem, Guerra era ministro de Economía del gobernador Ricardo Quintela, quien lidera la presión de los gobernadores del noroeste para que su vice María Florencia López sea propuesta como candidata a ocupar la vacante de la Corte Suprema de Justicia. Le enviaron una carta a Alberto Fernández y el Senado será otro ámbito de presión.  

Gestiones de Manzur para contener los bloques oficialistas en el Congreso 

Mayans impidió que la rebelión llegue más lejos con reuniones individuales y promesas de participación en el juego interno y un nexo permanente con el Gobierno. Por caso, el ministro de Hacienda Martín Guzmán le anticipará la semana próxima los detalles del plan de plurianual que pide el FMI, pero antes de darle un veredicto se lo informará a su bloque.

El funcionario que más hostigan los rebeldes es el ministro del Interior Eduardo "Wado" De Pedro, a quien le recriminan buena relación con los gobernadores opositores y poca ayuda a los propios. 

Otro de los revoltosos es el salteño Sergio Leavy, celoso del acuerdo de la Rosada y Sergio Massa con el gobernador Gustavo Sáenz que lo dejó afuera del cierre de listas. La jugada resultó exitosa, porque el Frente de Todos arriesgaba un diputado y ganó dos. 

Los rebeldes por ahora no armarán otro bloque, pero funcionarán en grupo para fijar posturas comunes y exigir diálogo directo con el Ejecutivo. Hay confianza en la ayuda de Río Negro y Misiones para alcanzar el quórum.  

Bordet no soportó que lo acusaran de un supuesto pacto con Rogelio Frigerio y Uñac nunca le perdonó haber renunciado y vuelto a asumir en unos pocos días. Si bien para Mayans evitar la ruptura es un éxito de gestión, deberá estar atento para que la escisión no se produzca tarde o temprano.

"Queremos manifestar algunos matices, como considerar los intereses provinciales y participar de la agenda política. Pero nos interesa romper para darle espacio a la oposición. Estamos seguros que estas cosas activan y movilizan", dijo uno de los rebeldes a LPO.

 Edgardo Kueider. 

LPO/ Juan Carlos Casas.

La tarea de contención se inició antes de las elecciones en la Casa Rosada, con visitas de los senadores y sus gobernadores al jefe de Gabinete Juan Manzur. El presidente Alberto Fernández les hizo saber que si querían ayudarlo en el corto plazo no necesitaba justamente exhibir ruptura, en medio de las negociaciones con el FMI. Tal vez más adelante la historia sea diferente.

Mayans, que habla a diario con Cristina Kirchner, se comprometió además a abrir la participación de todo el bloque en la definición de los temarios. En estos años fueron digitados por la vice y su círculo cercano, como Anabel Fernández Sagasti, quien de vez en cuando filtraba alguna iniciativa pedida por sus pares.

No tendría mucho sentido seguir así, porque la elección del 14 de noviembre dejó al Frente de Todos sin quórum en el Senado y para alcanzarlo necesita del rionegrino Alberto Weretilneck y la misionera Magdalena Solari Quintana, quien responde al vicegobernador y líder de su provincia Carlos Rovira. 

Anabel Fernández Sagasti salida a Carlos Espinola. 

Fotografía HCSN

La dupla armará un bloque propio y ya tuvo los primeros encuentros con referentes oficialistas interesados en saber cómo actuarán. "No van a retacear el quórum y acompañarán en los temas troncales. Aunque pedirán acelerar sus temas", explicó a LPO uno de los oficialistas que los frecuentó. 

Por eso para el Frente de Todos era necesario mantener la unidad, aunque sea con divisiones internas. Por ahora, lo estaría logrando.