La transición presidencial entre Cardoso y Lula en el 2002 se dio bajo el paraguas del crédito del FMI más grande para Brasil en su historia: 30.000 millones de dólares con el propósito de mantener la estabilidad macroeconómica en un momento de recesión y problemas en la balanza de pagos.
Una situación que ofrece algunos puntos de contacto con el contexto en el que asumió Alberto Fernández y que llevó a la economista Marina dal Poggetto a afirmar en una entrevista con LPO, que el presidente se equivocó en no resolver de entrada el tema con el FMI, como hizo su admirado colega brasileño.
"Alberto le erró al patear el tablero con el FMI, tendrÃa que haber hecho como Lula"
Una de las figuras de relevancia de ese proceso fue ArmÃnio Fraga, por entonces presidente del Banco Central de Brasil, que tenÃa entre sus directores nada menos que a Ilan Goldfajn, próximo Director del FMI para el Hemisferio Occidental, y encargado de supervisar el acuerdo de Guzmán en remplazo del mexicano-argentino Alejandro Werner.
Cabe recordar que los interlocutores naturales del Fondo para firmar acuerdos son los banqueros centrales y los ministros de Finanzas y Fraga por ese entonces apuntó a la estabilización macroeconómica con polÃticas ortodoxas de las que Goldfajn en calidad de director de PolÃtica Económica desempeñó un papel técnico ineludible en el diseño de la estabilización macroeconómica de Brasil, con un programa de corte ortodoxo. No en vano, catorce años más tarde pasó a ser él mismo presidente de Banco Central de Brasil, cargo que ocupa actualmente hasta el 3 de enero cuando se sume al equipo de Kristalina Georgieva.
Fraga y Goldfajn comparten el esquema conceptual -no su implementación en el macrismo- de Federico Sturzenegger y aceptaron compartir con él las Jornadas Bancarias de 2016 respecto de cómo bajar la inflación con programas de metas y control de la tasa de interés. La llegada de Goldfajn al FMI lo primero que cuestiona es el apoyo a la definición de "multicausalidad" que consiguió Guzmán de Georgieva, antes que perdiera peso en el organismo por el escándalo con China.
Quienes conocen a Goldfajn señalan que es muy celoso de la seriedad de las promesas que hacen los funcionarios económicos, sobre todo en materia monetaria, donde la credibilidad es un activo invaluable. No en vano le advirtió a a Sturzeneggeren en el comienzo de su gestión que: "metas (de inflación) excesivamente audaces no son eficientes si nadie cree que los Bancos Centrales pueden alcanzarlas; una meta ambiciosa que se considera como no alcanzable erosionará la credibilidad del Banco Central y en consecuencia hará la desinflación aun más costosa".
Se trata de una advertencia que también le vale a las proyecciones de Guzmán que, hasta el momento son "voluntaristas" y pecan de optimismo en comparación con los números del FMI, como reveló LPO.
Durante el inicio del primer mandato de Lula, el futuro interlocutor de Guzmán formó parte de una estrategia polÃtica que priorizó la estabilidad económica para evitar la sangrÃa de divisas y el deterioro de los activos brasileños, radicalmente contrapuesta a la de Alberto Fernández, que desde el primer momento apuntó al default técnico de los bonos emitidos por Macri, el repudio al crédito con el FMI y el salto devaluatorio del peso.
Con ciertas similitudes a la actual situación argentina, las elecciones de 2002 en Brasil se dieron en un contexto de crisis de balanza de pagos común al conjunto de América Latina, pero el riesgo del contagio del "efecto Tango" por la crisis argentina generaba incentivos para que el FMI blindara las economÃas vecinas. Asà ese año Brasil recibió una ampliación del Stand-By que tenÃa desde 1999 por un monto de 30.000 millones de dólares, el mayor de su historia. Uruguay también recibió unos 3.000 millones de dólares ese mismo año.
En la estructuración del crédito que negoció el gobierno saliente habÃa dos grandes diferencia respecto del crédito que la Argentina pidió en 2019: la primera, el presidente saliente no iba por su reelección sino por cuidar el legado de sus dos gobiernos en materia de estabilidad monetaria y del Plan Real. La segunda, la plata fresca no era para financiar su compaña; al contrario, el 80% de los desembolsos se harÃan en el año 2003, ya sea que el candidato electo fuera Lula o José Serra, el candidato de Fernando Henrique Cardoso.
Los mercados temÃan por la llegada de una oleada socialista y hasta comunista de la mano de un presidente obrero del Partido de los Trabajadores. Sin embargo, Lula evitó la ruptura y en junio de 2002 emitió su famosa "Carta al pueblo brasileño", bajo el influjo de Cardoso, en la que aseguraba que honrarÃa los compromisos económicos del Brasil. Y aunque en un principio no convenció - al fin y al cabo hasta 2001 el PT hacÃa propaganda contra el pago de la deuda externa-, su competidor hizo lo mismo y rápidamente los mercados le respondieron al consolidar la alianza con el multimillonario José Alencar para vicepresidente.
En las antÃpodas, ya antes de las PASO Alberto Fernández fogoneaba la devaluación asegurando que el dólar debÃa rondar los $60, lo que se concretó tan pronto se supo el resultado de los comicios de agosto de 2019; y a partir de allà instaló tres conceptos que aceleraron el deterioro de los activos argentinos: que la economÃa ya estaba en virtual default con los privados porque no se les iba a poder pagar, que el acuerdo con el FMI no se iba a sostener, y que el FMI debÃa hacerse cargo de haberle dado a Macri un préstamo polÃtico, algo que funcionarios de Estados Unidos se encargaron de corroborar meses después.
En Brasil, el rescate del FMI se concretó recién en agosto con un programa de condicionamientos exigentes: una meta de superávit fiscal primario mÃnimo del 3,75% PBI en 2003 y su sostenimiento en los dos años posteriores.
Confirmado en octubre Lula como candidato electo, comenzó una transición inédita de traspaso de mando coordinada. En este proceso fue clave la rápida designación de Antonio Palocci al frente del Ministerio de Hacienda. Médico de profesión, polÃtico de vocación y tesorero del PT en los últimos años, para ejercer como ministro se rodeó de un equipo de economistas de corte ortodoxo que trabajó con el equipo de Pedro Sampaio Malan, su antecesor.
"Una observación graciosa: hacia 1994/1995 el FMI criticaba mucho el Plan Real -ideado por Cardoso- por cierta heterodoxia y, en cambio elogiaba el Plan Cavallo. Pero el Plan Real fue exitoso y le permitió a Cardoso la reelección. Sin embargo, a partir de 1998 la economÃa se deteriora y los periódicos de entonces mostraban colas de gente buscando comida y trabajo y esto hizo que el candidato del gobierno llegara muy mal parado a las presidenciales. Para 2002 en su cuarto intento por llegar a la presidencia, Lula se da cuenta de la debilidad del gobierno de Cardoso y da un giro hacia el centro, que se diferencian de sus posturas de intervencionismo estatal e izquierda dura de las campañas previas", dijo a LPO Marco Bastos, analista polÃtico y magister en Historia Económica de la UBA.
"En 2002 redacta su Carta al Pueblo Brasileño para calmar a los mercados: la deuda externa se iba a pagar y los contratos se iban a respetar, es decir, ‘acá no va a haber expropiaciones' y de hecho no las hubo. Y de vice puso a un industrial respetado del rubro textil de Minas Gerais, lo que pavimentó su camino para ganar las elecciones y destraban desconfianzas de los grandes empresarios. Asà la transición entre presidente saliente y flamante fue muy suave, inédita en la historia de la República", agrega Bastos.
El historiador recuerda que "Lula incluso contó con muchos economistas ortodoxos conducidos por Palocci que, en el primer año de Lula, implementaron un programa de ajuste para bajar la inflación, estabilizar los precios y aumentar el nivel de reservas, muy distinto a lo de Guzmán".
La mayor parte del PT apoyó a Lula en su giro al centro, trazada sin poca habilidad polÃtica. "Su estrategia catch-all, tuvo un momento representativo a fines de 2001cuando propuso en un mismo dÃa a Meirelles, un ex presidente de Bank Boston internacional, para el Banco Central y a la senadora ambientalista de izquierda Marina Silva para Medio Ambiente", concluye Bastos.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.
Su misión era sarasear y ganar tiempo y lo hizo muy bien.
Seguramente sea Redrado el encargado de hacerlo, como nuevo ministro de economía.
Kristonta ya se va, Chirola también ( es sólo un apéndice de ella).
El gobierno sigue con Manzur y Ventajita como una especie de enlace con Larry, que pretende asumir en el 2023, si la macroeconomía está mínimamente resuelta.