En la previa a la 26° Conferencia Industrial, tres directivos de la UIA adelantaron sus expectativas para la cumbre de la semana que viene y aclararon que "La UIA no está pidiendo una devaluación".

Miguel Acevedo, Daniel Funes de Rioja y Diego Coatz brindaron este viernes una conferencia de prensa en la que señalaron que lo que les preocupa en el corto plazo es la brecha cambiaria, pero que la Conferencia es para levantar la vista y apuntar a generar consensos de más largo plazo que impulsen la conectividad y el desarrollo de la industria 4.0.

Consultados por este medio, aclararon que están en desacuerdo con la Ley de Abastecimiento desde su sanción y que las amenazas de su aplicación no suman. Para los industriales, en cambio el gobierno debería utilizar los mecanismos tradicionales de Defensa de la Competencia para evaluar si hay alguna práctica abusiva en las cadenas de valor y resolver la brecha cambiaria para ordenar las expectativas y evitar la especulación en algunos nichos.

En este sentido, Funes de Rioja aseguró que "Hay que mirar las causas" de los faltantes y ejemplificó con la industria alimentaria donde la suba de costos "ha desbordado" a muchas empresas para poder cumplir con los Precios Máximos. Mientras que Coatz, aclaró que la oferta agregada está subiendo y los faltantes no son un fenómeno difundido, sino que se registran en algunos sectores en los cuales "las cuestiones micro se van a ir resolviendo en tanto que la brecha cambiaria se va a ir reduciendo".

En este sentido, Acevedo aclaró que "el tipo de cambio no está atrasado" y "la UIA no está pidiendo una devaluación", sino que están pidiendo que se tomen medidas para comprimir la brecha cambiaria para desarmar las expectativas de devaluación. Y fue más allá y aseguró que, en su opinión: "Devaluar ahora no sirve".

En cambio, pidió que haya consensos políticos respecto del rumbo económico, porque en su opinión, el origen de la brecha cambiaria no es tanto económico, "sino político".

Desde la UIA también reconocieron cierto desgaste en la relación con el Gobierno, pero apuntaron a que el mayor grado de conflicto lo tienen con el Congreso y no con el Ejecutivo, con el que consideran que tienen "un diálogo correcto". Actualmente, la pulseada con el Legislativo pasa más que nada por el Impuesto a las Grandes Fortunas, que por su formulación podría alcanzar a buena parte de las 5000 empresas de más de cien empleados que son las grandes generadoras de empleo en blanco. Esto es porque estas empresas están consideradas parte del patrimonio de las personas a las que se busca gravar y que la UIA pide que se las deje fuera del gravamen. "Es como ponerle un impuesto a las herramientas de un plomero -dijo Acevedo- y el impuesto debe ser sobre sus ganancias, no sobre sus herramientas de trabajo".

Funes de Rioja, por su parte, le apuntó a las otras dos pulseadas que dieron este año como fue la Ley de Teletrabajo y la Ley de Etiquetado Frontal, en las que hubo apuros y se terminaron poniendo trabas a la producción.

En este sentido, en la agenda de la semana que viene se van a estar abordando "las rémoras que va a dejar la pandemia" como ser las restricciones en el frente laboral que impuso el Gobierno, las cuestiones tributarias -que también impactan en la brecha cambiaria-, y la necesidad inmediata de conectividad en cada rincón del país para el desarrollo de la industria 4.0.

"Nuestra aspiración es vacunar a nuestros trabajadores antes de marzo", dijo Acevedo, como para que haya inmunización antes de una nueva ola por el regreso del frío. Así y todo reconoció que no sabe si esto será posible, y entre otras tantas incertidumbres de cómo seguirán operando abordarán el tema del transporte de los trabajadores, los inactivos y las licencias por la escolaridad de los hijos durante el receso de verano.