Los contundentes resultados del referéndum del Domingo 25 de octubre, significan un acontecimiento histórico para el pueblo de Chile: el comienzo de un camino hacia una nueva Constitución que deja atrás el modelo de la Constitución redactada durante la Dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Con casi el 100% de los votos escrutados, contabilizados por el Servicio Electoral, ante la primera de las dos preguntas planteadas en el Plebiscito "Quiere Usted una Nueva Constitución?" el voto al «Apruebo» ganó con el 78,27 % (5.885.721 de votos) contra el 21,73% (1.633.932 de votos) del «Rechazo».

Pese a la pandemia del covid-19, los anhelos y las ansias de la ciudadanía por decantar este cambio de modelo fueron tan amplios, que la participación fue superior al 50%, lo que ubica al Plebiscito como la elección con mayor cantidad de votantes desde el regreso de la democracia: más de 7,5 millones de chilenos concurrieron a votar, históricamente la cifra más alta para elecciones con voto voluntario. Algo similar ocurrió en proceso de votación en las elecciones presidenciales del domingo 18 de octubre en el Estado Plurinacional de Bolivia, con el triunfo de la fórmula del Movimiento al Socialismo (MAS-IPSP) encabezada por Luis Arce y David Choquehuanca, que significó la recuperación de la democracia, luego de un proceso de resistencia popular a la feroz represión de la dictadura de Janine Áñes.

En América Latina soplan vientos de cambio, de participación popular como garantía de recuperación de los modelos democráticos, como ha quedado demostrado en los casos de Chile y Bolivia. El mensaje que emana de ambos triunfos contundentes es el de la recuperación de la dignidad, las garantías de derechos fundamentales, el respeto de la voluntad popular y la idea de construcción de una sociedad igualitaria, que esté al servicio de las necesidades de las mayorías sociales y no de las tradicionales élites políticas y económicas que son las que, en complicidad con los medios concentrados de comunicación y con corporaciones, multinacionales y poderes imperiales, pretendían profundizar y perpetuar el modelo neoliberal de endeudamiento, especulación financiera, privilegios para unos pocos, pobreza e indigencia para la mayoría de la población y saqueo de los recursos naturales.

Chile votó enterrar para siempre la Constitución de Pinochet. Y la posibilidad de llegar al histórico Plebiscito del domingo empezó con los estudiantes en las calles, con los jóvenes movilizándose en todo el país, resistiendo la feroz represión de los carabineros. No debemos olvidar las imágenes de extremada violencia que sacudieron a la opinión pública mundial, escenas que mostraban el accionar por parte de los carabineros hacia la población, intentando infringir miedo para lograr la desmovilización popular, o los informes de los organismos de derechos humanos que daban cuenta de los graves crímenes cometidos por el Estado chileno: asesinatos, disparos a la población indefensa, cientos de personas heridas que han perdido la visión completa o alguno de sus ojos, torturas, violaciones. Esa resistencia y movilización popular forjaron el proceso hacia esta Nueva Constitución y representa el ejemplo de cuando el pueblo toma protagonismo y escribe su propia historia.

Los pueblos de distintos países de América Latina se han organizado y movilizado para gestar grandes cambios que implicaron sucesivas derrotas a las expresiones del modelo neoliberal: En 2018 en México Peña Nieto fue derrotado por López Obrador; en 2019 en Argentina la fórmula de Juntos por el Cambio de Mauricio Macri y Miguel Picheto perdieron ante la candidatura de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner; en octubre de 2020 los candidatos de derecha en Bolivia fueron derrotados por Luis Arce y David Choquehuanca y ahora en Chile se dio una enorme victoria del popular, sobre el modelo conservador de Piñera. En el calendario electoral latinoamericano, de cara a las próximas elecciones presidenciales en Ecuador se va preanunciando el triunfo de la fórmula del Binomio De La Esperanza, conformada por el candidato a presidente Andrés Arauz y el candidato a vicepresidente Carlos Rabascall, que encabeza todas las encuestas.

La histórica jornada cerró con multitudinarios festejos que llenaron las calles de Santiago, Valparaíso y otras ciudades del país para celebrar el resultado. Los mensajes de acompañamiento de distintos países de América Latina y el mundo inundaron de manera virtual las redes sociales. El cambio de Constitución fue una de las principales demandas realizadas luego del estallido popular de octubre del año pasado, con gran protagonismo de las nuevas generaciones y el acompañamiento del conjunto de la ciudadanía. Ese estallido continuó con un conjunto de movilizaciones y manifestaciones que fueron las de mayor masividad desde el regreso de la democracia en 1990. Entre los diferentes mensajes y carteles de las movilizaciones se destacaba el de "borrar tu legado será Nuestro legado" en referencia a sacudirse de encima treinta años de herencia de la dictadura de Pinochet. Lo que queda por delante, es futuro.

(*) Sociólogo, ambientalista, coordinador en América Latina de la Internacional Progresista