El año pasado, la posible suba de las retenciones a la soja era un secreto a voces. Si las elecciones las ganaba Alberto Fernández, más temprano que tarde las alÃcuotas iban a subir. Y si ganaba Macri, seguramente también iba a necesitar aumentarlas para que le cerraran los frágiles números fiscales.
Por eso, las exportadoras de granos aprovecharon sus espaldas financieras para hacer la diferencia y minimizar el pago de retenciones. En sectores cercanos al kirchnerismo analizan en particular el caso de la multinacional Bunge, que según la información que manejan declaró exportaciones por más de 7 millones de toneladas antes de la suba de las retenciones y asà consiguieron ahorrarse casi 100 millones de dólares de impuestos o 427.500 toneladas de soja, que es lo que surge de eludir los 6 puntos de aumento de alÃcuota.
Las operaciones más complejas de Bunge Argentina dependen del gerente comercial, Adrian Chueco, que integra un equipo compacto con Guillermo Marcotegui y Ramon Fernandez Asenjo, altos directivos de la compania en el paÃs.
En enero de 2016 Macri bajó inicialmente las retenciones a la soja al 30% hasta diciembre de 2017 y a partir de ahà dispuso reducciones escalonadas. Asà en agosto de 2018 llegó al 26,5% cuando fueron elevadas nuevamente al 30% o el 18%+$4 (el que fuera menor) que devaluación mediante licuó esos $4.
En el kirchnerismo tienen la información que Macri habrÃa anticipado a las cerealeras que luego de las PASO se aumentarÃan las retenciones y fue entonces que se dispararon las declaraciones juradas de exportaciones. Más aún cuando empezó a quedar claro que el peronismo volverÃa al poder.
Por eso, según la información que manejan en el kirchnerismo, Bunge empezó a acelerar la declaración de exportaciones. Entre el 13 y el 31 de agosto fueron 1.400.000 toneladas, en septiembre 1.650.000 toneladas, en octubre 1.140.000 toneladas, en noviembre 1.135.000 toneladas y en diciembre 1.500.000 toneladas, acumulando en los meses posteriores a las PASO declaraciones por 7.125.000 toneladas, que si las hubieran tenido, no existe capacidad logÃstica en el paÃs para almacenarlas.
La reglamentación aduanera permite declarar las exportaciones con hasta 45 dÃas de antelación a la fecha de exportación y pagar las retenciones al momento de despachar la carga; o bien hacer la declaración y pagar en el momento el 90% de la retención congelando el precio y despachar la carga hasta 360 dÃas después, algo que Macri redujo a 180 dÃas.
Si en todo 2018 la empresa habÃa declarado exportaciones por 6,9 millones de toneladas (entre trigo, soja, maÃz y harinas), entre el 13 de agosto de 2019 y el 31 de diciembre logró acumular más de 7,1 millones de exportaciones gracias a engrosar artificialmente sus declaraciones de exportaciones. Solo por poner un ejemplo, en octubre de 2019 las declaraciones juradas de Bunge marcaban un incremento anual del 1500%, mientras que a enero de 2019 mostraban una caÃda del 99% respecto de las de igual mes del año anterior.
No hay capacidad instalada en la Argentina para acopiar esa cantidad de granos y derivados que Bunge declaró por adelantado. Esta maniobra, que no fue exclusiva de esta cerealera en particular, infló las arcas del Tesoro en el corto plazo para que el Gobierno saliente de Macri pudiera financiarse en los largos meses de la transición hasta el cambio de mando.
Este adelantamiento de recursos fiscales se tradujo en un perjuicio para el fisco tras el cambio de gobierno. La fuerte caÃda en la recaudación de derechos de exportación de la primera mitad del año obedece casi exclusivamente a esta maniobra. No solo por la diferencia en la alÃcuota, sino por la fuerte caÃda en las cantidades declaradas y pagadas a partir de enero.
Con un 50,3% de inflación interanual en febrero de este año y una devaluación del 60,1% acumulada en los últimos doce meses, la recaudación por derechos de exportación habÃa subido en pesos solo el 19,9%, a pesar de que el ritmo de exportaciones se sostuvo.
En el mercado se sostiene que Bunge es la mayor trianguladora de todas las multinacionales cerealeras que operan en el pais, que con operaciones vÃa Paraguay, Uruguay y Brasil, suelen eludir las altas retenciones que impone la Argentina.
Entre otras maniobras se analizan las realizadas con la pre mezcla, producida acá pero exportada por un tercero que la vendia una empresa del mismo grupo en el exterior.
No es la primera vez que Bunge enfrenta este tipo de acusaciones. Ya en octubre de 2020 sus oficinas porteñas fueron allanadas en el marco de una causa que investigaba una multimillonaria maniobra de evasión mediante la triangulación de operaciones de exportación vÃa Uruguay.
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Los de Vicentin han sido unos estafadores de la conferencia de la madre...pero los actuales gobernantes son tan delicados como barrabravas.
Qué dirigencia de m13rda que tenemos, al igual que nuestro empresariado...