El secretario de Economía Social del gobierno nacional, Emilio Pérsico, se refirió a la situación del coronavirus en las villas y criticó que nunca se escuchó la idea de los movimientos sociales de "aislar" a los barrios vulnerables para evitar la propagación.

El dirigente del Movimiento Evita hizo mención a la situación de la Ciudad de Buenos Aires, donde se dispararon los casos en la villa 31 y la 1-11-14, aunque su crítica también pareció apuntar también a Nación y, en menor medida, a la Provincia.

"Nuestro planteo, junto con las organizaciones, era que había que hacer el aislamiento comunitario, es decir, tratar de que el virus no entre al barrio, y antes de que hubiese circulación", recordó el funcionario.

"Lo que había que hacer desde el primer caso era aislar y procurar que el entorno también se aísle; pero eso no se hizo, sí a la persona pero no a su entorno", cuestionó Pérsico. El dirigente sostuvo que las organizaciones porteñas "plantearon esto públicamente y no se hizo", y explicó que en "la provincia se viene haciendo, pero con dificultades en algunos lugares".

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Como explicó LPO, Pérsico tiene una situación tirante dentro con la Rosada y hace algunas semanas Alberto Fernández le pidió que defina "de qué lado del mostrador está". Lo mismo pasa con otros dirigentes sociales que reclaman al Gobierno por sus organizaciones pero tienen cargos importantes.

Al respecto, en una entrevista con El Destape Radio, Pérsico sostuvo valoró que el presidente los "escucha" pero remarcó que a veces tienen que gritar. "Creo que el gobierno ahora nos escucha, a veces tenemos que gritar más fuerte, a veces más despacio pero tenemos que expresar lo que hay que hacer para nosotros en los barrios populares y los sectores más humildes", dijo.

Por otro lado, el funcionario se volvió a quejar por la distribución de alimentos, un tema por el que los movimientos sociales tienen una interna fuerte con el ministro de Desarrollo, Daniel Arroyo, que los acusa de haber filtrado los presuntos sobreprecios que estallaron el mes pasado.

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Pérsico dijo que "está en crisis el reparto de comida", en parte por el agravamiento de la situación social y en parte por el cambio en las licitaciones que dispuso Arroyo. "Había una metodología de cartelización fuerte de las empresas que estaban en ese sector y eso todavía no se ha podido resolver", comentó.

Luego, dejó en evidencia uno de los puntos que generan fricción con Arroyo. "Se está buscando una salida que no sea que compre el Estado sino que haya una tarjeta para que las organizaciones puedan comprar", explicó. Como contó LPO, uno de los primeros roces con el ministro fue por el reparto de las tarjetas alimentarias, que el Gobierno hace con información propia de su base de datos y sin el aporte de las organizaciones, a las que además les pidió listados de quienes asisten a sus comedores para cruzarlos con los datos de los beneficiarios de la tarjeta.