El futuro del subte es una de las incógnitas que abrió la pandemia. Es el medio de transporte más rápido, seguro y barato, pero también donde resulta más fácil contagiarse. Por el momento viaja un 5% del público que utilizaba subterráneos antes de la cuarentena y eso permite mantener la distancia, algo que se tornará imposible cuando regrese la "normalidad".

Antes de la irrupción de coronavirus un millón trescientas mil personas se movilizaban en subte todos los días en la Ciudad. Hoy solamente cuentan 50 mil pasajeros diarios y es el estado capitalino quien cubre el resto de los costos operativos.

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"Es cierto que la operación tiene un costo, pero hay menos estaciones y menos frecuencia. Por eso los costos son menores", explicó una fuente del sector. La pandemia llegó cuando aún no está decidida la continuidad de Metrovías como empresa concesionaria del subte. Todo indica que el Grupo Roggio quedará a cargo de los subterráneos durante los próximos años, ya que las empresas que competían en la licitación se retiraron. 

Otras ciudades del mundo también desaconsejan el uso de los subterráneos pero comenzaron a implementar estrategias para que los pasajeros mantengan la distancia. Una de ellas es colocar cruces en los asientos que deben permanecer libres y marcas en el piso donde deben situarse los pasajeros que viajan parados.

Para poder implementar esos cuidados es necesario que los pasajeros no sobrepasen la capacidad de los vagones. "El subte tiene demanda infinita en todo el mundo. El gran problema es cómo hacer que la gente entienda que tiene que respetar la capacidad máxima de los coches", explicaron a LPO desde el gobierno porteño.

La Ciudad comenzó a controlar en las estaciones que los pasajeros tengan una autorización para viajar y que cuenten con tapabocas. Además en Federico Lacroze y Constitución no permiten que los pasajeros entren a los andenes si no hay lugar en los subtes. En las paradas más transitadas Metrovías empezó a marcar en el piso los lugares para hacer fila, una modalidad similar a la que ya utilizan desde hace años los trenes.

Desde el gobierno porteño buscan que solamente aquellas personas que realizan tareas esenciales utilicen el subte. "La intención es que para ir entre dos estaciones a corta distancia la gente no tome el subte. Que los viajes de menos de 5 kilómetros se hagan en bicicleta y monopatín", dijeron desde Ciudad a LPO.

Actualmente funcionan 50 estaciones de la red, aquellas que están próximas a hospitales, bancos y las que permiten combinar con otras líneas. "Cada semana se abren nuevos rubros y no queremos comprimir el transporte público", agregaron. A partir del viernes admitirán pasajeros con monopatines y bicicletas en los vagones delantero y trasero de la línea D.

¿Cómo hacer una vez pasada la cuarentena para que la gente no se amontone en los vagones? El único método parece ser aumentar la frecuencia, aunque por el momento es algo que no sucederá. "Hay sistemas para que la frecuencia sea de un minuto y medio, pero hay que invertir y hacer grandes modificaciones en tecnología de señalización. En la C hay nuevos sistemas, pero no están los trenes. En la A están los trenes hace 8 años pero no el sistema", comentaron a LPO fuentes del sector.

La Ciudad tiene 3 millones de habitantes y 60 km de subte. Madrid con la misma cantidad de habitantes posee 360 km de subte, eso evita que se saturen las líneas.

Por el momento los trabajadores del subte se turnan para cubrir los servicios, aunque tienen un ojo puesto en Nueva York, donde ya murieron 100 trabajadores del metro y hay más de 3500 infectados.

"¿Se puede seguir viajando uno en cima del otro? No. La forma en que viajamos genera este problema. Hay que hacer grandes transformaciones, sabemos que el glisfosato mata pero lo seguimos usando. Si no cambian las prioridades en el sistema mundial estamos fritos", comentó a LPO el secretario general de los Metrodelegados, Roberto Pianelli.