Donald Trump reconoció que durante su conversación con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, habló sobre supuestos actos de corrupción relacionados con su principal adversario electoral, el ex vicepresidente Joe Biden. La admisión del presidente cambió con velocidad los ánimos en Washington. Algunos miembros del Partido Demócrata dijeron que la única opción que quedaba era iniciar un juicio político contra el presidente desde la Asamblea de Representantes. El argumento sería que Trump directamente pidió a un líder extranjero que le proporcionara información para afectar de manera directa a su principal rival y a la elección presidencial.

La semana pasada salió a la luz que un miembro del Departamento de Inteligencia Nacional de EU interpuso una denuncia interna contra Trump relacionada con una o varias llamadas entre el presidente y el líder de otro país. De inmediato, el DNI, contra los deseos del procurador interno del departamento, decidió que la denuncia no tenía validez e impidió que llegara a manos del Congreso, como lo establece la ley.

Este lunes a su llegada al cuartel de Naciones Unidas, Trump habló ante las cámaras del asunto. Dijo que no se trataba más que de otra cacería de brujas de los demócratas. "El que tiene problemas es Biden", declaró Trump. "Biden hizo lo que ellos me acusaron de hacer, excepto que yo no lo hice. Lo que hizo Biden es una desgracia. Lo que hizo su hijo es una desgracia". Dijo que Hunter Biden recibió dinero de Ucrania y de China. Aseguró que China quiere que Biden gane la presidencia.

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Un reportero le preguntó a Trump qué es lo que le había dicho al presidente de Ucrania sobre Biden y su hijo. "Bueno, ya lo verán", respondió. "Lo que estamos haciendo es que queremos honestidad. Cuando lidiamos con un país queremos honestidad. Creo que con el nuevo presidente [de Ucrania] verán más honestidad en Ucrania. Eso queremos. Si apoyamos a un país queremos que sea un país honesto. Es muy importante hablar de corrupción. Si vas a darle dinero a un país es importante hablar de corrupción".

Los hechos se empatan de manera curiosa. Al tiempo que estas conversaciones tenían lugar, EU detuvo el envío de 250 millones de dólares en apoyo militar para Ucrania; apoyo que ya había sido aprobado por el Congreso hace meses. Después de la supuesta conversación la administración no sólo liberó los fondos, sino que agregó 150 millones adicionales, gesto que las autoridades ucranianas definieron como una agradable sorpresa.

La primera señal de que las cosas podrían escalar de manera repentina fue el cambio de postura del congresista Adam Schiff, presidente de la Comisión de Inteligencia de la Asamblea, cuerpo que ya exigió ver la denuncia interpuesta contra Trump. Schiff, quien es muy cercano a la líder demócrata Nancy Pelosi, declaró que, a pesar de que ha sido reacio a clamar por el juicio político contra el presidente, "este podría ser un remedio extraordinario".

Explicó que, en su opinión, los padres fundadores contemplaron elecciones cada cuatro años por una razón, "pero si el presidente está esencialmente reteniendo apoyo militar al tiempo que intenta extorsionar a un líder extranjero para que haga algo ilícito, es decir, que le provea suciedad contra su oponente en una campaña presidencial, entonces tal vez el único remedio deba ser igual a la maldad que su conducta representa".

El lunes, otro miembro del comité de inteligencia, el congresista de Connecticut Jim Himes, dijo en entrevista con CNN que "extorsionar a un líder extranjero con el propósito de que haga tu trabajo político, que encuentre suciedad sobre tu oponente, es extorsión. Es usar los bienes de los Estados Unidos de América y la confianza del pueblo para tus propios fines corruptos". Dijo que no esperaba que la Asamblea actuara de inmediato para enjuiciar a Trump, "pero esto sin duda eleva las posibilidades".

A estas alturas, el escándalo nacional más grande no son los actos ilegales del presidente, sino que el Partido Demócrata se niega a enjuiciarlo por ellos

La congresista del ala progresista Alexandria Ocasio-Cortez dijo el sábado que "A estas alturas, el escándalo nacional más grande no son los actos ilegales del presidente, sino que el Partido Demócrata se niega a enjuiciarlo por ellos".

Ante el debate al interior de su bancada, la líder Pelosi envío una misiva el fin de semana a todos los miembros demócratas de la Asamblea para abordar el asunto.

Pelosi dijo que esperaba que el director interino de Inteligencia Nacional Joseph Maguire "obedezca la ley y entregue la denuncia completa [contra Trump] al Comité [de Inteligencia]. También esperamos que establezca una ruta para que el denunciante hable directamente con las comisiones de Inteligencia de la Asamblea y el Senado como lo requiere la ley".

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Pelosi, quien durante meses ha resistido a la presión de abrir un juicio contra el presidente por temor a que perjudique las posibilidades de los demócratas en 2020, advirtió que, si la administración Trump "persiste en bloquear que el denunciante informe al Congreso sobre una posible usurpación de deberes constitucionales por parte del presidente, estarán entrando a un grave y nuevo capítulo de ilegalidad que nos meterá a todos en un nuevo nivel de investigación".

A diferencia del caso Rusia, que culminó con el reporte del investigador especial Robert Mueller, en este escándalo el presidente está involucrado de primera mano. El acto lo cometió él mismo y no un colaborador cercano, uno de sus hijos, o el director de su campaña.