El mundo de la polÃtica, los mercados y los negocios están atravesando momentos de extrema sensibilidad después del contundente triunfo de la fórmula Fernández-Fernández en las PASO del 11 de agosto.
Como en tiempos del kirchnerismo, la sola idea de estatizar el comercio de granos generó una enorme polémica en el campo y más aún porque el supuesto plan provino de Felipe Solá, un hombre que conoce de cerca el sector.
"HabrÃa que volver a un sistema en el cual el Gobierno se reserva una cantidad de granos y se la vende a los molineros pactando asà el precio del pan", dijo Felipe en referencia a la Junta Nacional de Granos que funcionó en la década del '80.
"El precio del pan no puede estar atado ni al tipo de cambio ni al valor internacional del trigo", indicó Felipe que, además de ser ingeniero agrónomo, fue secretario de Agricultura durante el primer gobierno de Carlos Menem.
El primero en recoger el guante ante tales declaraciones fue el ministro de Agroindustria Luis Miguel Etchevehere. "Volver a la Junta de Granos es la peor noticia que se le puede dar al sector porque desalienta la inversión", apuntó el funcionario.
"El campo vive un desarrollo productivo único que nos llevó a una cosecha de 147 millones de toneladas a partir de una serie de polÃticas públicas pensadas para tener más productividad y competitividad", agregó Etchevehere en Twitter.
En esta lÃnea lo siguió el jefe de Gabinete del Ministerio de Agroindustria, Santiago del Solar. "Los argentinos no comemos trigo, comemos pan y el trigo explica entre el 8 y 10% del valor del pan", explicó el ex técnico de AACREA.
Un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) asegura que el precio del pan se compone por mano de obra (32%), impuestos (21%), y "otros costos" + "utilidad" (37%). El trigo, en tanto, impacta en un 10%.
En los últimos años la producción de trigo en la Argentina se incrementó de manera significativa desde el piso de 8 millones de toneladas en 2012/13 hasta el récord histórico de casi 20 millones en la campaña 2018/19.
El campo ya empieza a tantear canales de diálogo con Alberto
Como sea, según pudo saber LPO, en el bunker de Alberto en el barrio porteño de San Telmo vieron con preocupación las declaraciones de Felipe dado que se encuentran en estos momentos aceitando lÃneas de acercamiento y diálogo con el campo.
Alberto sabe que si resulta electo presidente necesitará dar un giro de 180 grados en la relación que mantuvo el kirchnerismo con el sector agropecuario porque se trata, por lejos, del mayor generador de divisas genuinas del paÃs.
Algún adelanto de lo que serÃa su relación con el sector dio el domingo en ClarÃn. "Nadie puede prescindir de un buen vÃnculo con el campo porque hay ciudades enteras del interior que viven de lo que hacen los productores", afirmó Alberto.
En la calle México algunos marcaron que la propuesta de Felipe de reflotar la Junta de Granos va en contra de la idea de Alberto de empezar a reconstruir algunos vÃnculos que el kirchnerismo rompió sobre todo en el periodo 2007/2015.
El ex ministro de Agricultura de 2009 a 2011, Julián DomÃnguez, solÃa instalar en los medios y en la polÃtica la idea de estatizar el comercio de granos cada vez que se presentaban tensiones cambiarias por la falta de dólares.
Más crÃticas
El presidente de Confederaciones Rurales (CRA), Dardo Chiesa, salió con los tapones de punta contra Felipe Solá. "Este tipo de propuestas solo generaron trabas y una burocracia que obstaculizó el desarrollo del sector agropecuario", apuntó.
El dirigente rural, que el próximo 5 de septiembre encabezará el cuarto Congreso anual de CRA en el Centro Cultural Kirchner (CCK), le exigió al Frente de Todos que aclaren si tienen en mente aumentar las retenciones a la soja.
"Confiamos en que los dichos serán aclarados", remarcó Chiesa en referencia a un posible encuentro entre la Mesa de Enlace y Alberto en los próximos dÃas. "Es tiempo de buscar y construir el camino para que el agro se desarrolle plenamente", añadió.
Las asociaciones que representan a los cuatro principales cultivos (Acsoja, Argentrigo, Maizar, y Asagir) también salieron al cruce de Felipe. "Pensar en una Junta Nacional de Granos es una idea del siglo pasado que fracasó en todo el mundo", sostuvieron.
"Debemos agrandar la torta, exportar más y generar el proceso virtuoso de mayor trabajo de calidad apuntando a convertirnos en el supermercado del mundo", dijeron Luis Zubizarreta, David Hughes, Alberto Morelli y Juan MartÃn Salas.
En este contexto, uno de los que más sabe del tema es el analista Gustavo López, actual director de la consultora Agritrend. López, que dialogó con LPO, trabajó desde 1979 hasta 1991 (durante 12 años) en la Junta Nacional de Granos.
"Estas medidas que están planteando son las mismas que se implementaron hace 55 años atrás. Es inviable porque no están dadas las condiciones en administración de red de elevadores, fiscalización y comercio interno y externo", explicó el especialista.
"Es absurdo pensar en un sistema de estas caracterÃsticas porque la producción de trigo en la época de la Junta de Granos era de 9 o 10 millones de toneladas. Hoy producimos más del doble y todos los jugadores pueden participar de la exportación", agregó López.
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Instituciones similares a lo que eran las juntas nacionales de carnes y granos existen en Australia y por los mismos motivos por los que fueron creadas aquí: el sostén de precios. La única diferencia es que allí están prácticamente en manos de los productores, con una pequeña participación del estado. En ese sentido, funcionan como funciona aquí el sistema para la vacunación contra la aftosa. La corrupción es otra cosa. Es otra discusión, que tiene que ver con la institucionalidad de cada país y sus costumbres.
Y ese mismo que me tira lo de Australia, también recita el informe de Berhongaray (el secretario de Agriultura, después ministro, de De la Rúa, que tuvo el triste papel de reintroducir la aftosa en el país) que dice que el 60 por ciento de nuestros recursos externos se lo debemos al campo y que ese sector le da trabajo al 17 por ciento de la mano de obra ocupada. Sería muy lindo si desglosa lo que es producción primaria de lo que es agroindustria. Porque la verdad es que todavía hoy lo máximo que exportamos es una especie de torta de soja... es decir, bosta.
Y el campo, querido descartes, no es como hace hace más de cien años, cuando llegaron mis abuelos de Europa. El "campo" ahora puede ser atendido hasta por robots. Y es discutible su propiedad, que a mi juicio debe ser transformada en concesión. Y le aseguro que no soy bolche, sino todo lo contrario.
Pero la gente debería saber también que en un país capitalista (de hecho, la cuna verdadera de ese sistema) como EE.UU., el acopio y la exportación está en manos de cooperativas. Sí, estoy hablando de EE.UU., no de Cuba.
Y hay uno por acá que me dice que el modelo australiano (q
Dan risa estos debates, mezcla de campaña e ignorancia supina.
La Junta compraba a precio sostén pondiendo un piso al mercado cuando la oferta estacional bajaba demansiado los precios, después vendia a lo largo del año abasteciendo a los Molinos, segun lo manejaban se complementaba bien con el mercado. Los exportadores que no tenían puertos privados (el conservador Gral Justo los había expropiado en la década del 30`´) pagaban una tarifa y embarcaban por esas instalaciones que los peronistas Menem y Sola privatizaron en los 90´. Las entidades del campo designaban sus representantes en el Consejo Directivo de la Junta. Sí que era burocrática, pesada y bastante corrupta ( a uno de sus gerentes le llamaron "medio dólar" (por tonelada, se entiende) aludiendo al modesto monto fijo que estipulaba por sus favores.