El resultado de las PASO pateó el tablero y adelantó la necesidad de una renegociación con el FMI y también con los acreedores privados, al punto tal que los desembolsos trimestrales del FMI de diciembre en adelante se den por perdidos y haya ciertas dudas sobre el desembolso del próximo giro de 5.500 millones de dólares correspondiente a la revisión del próximo 15 de septiembre.

Un informe de este viernes de Quantum Finanzas, la consultora de Daniel Marx, advierte que "esa fuente de financiamiento no estaría asegurada". Es que si bien, la evaluación de septiembre se centra en la evolución de las variables macroeconómicas hasta el 30 de junio, lo cierto es que los eventos de esta semana -la devaluación y las medidas anunciadas por Macri- jaquean los requisitos elementales para que el FMI le siga prestando a la Argentina.

En palabras de Quantum: "aún con el cumplimiento de las metas de junio, la evaluación en esa instancia también estará sujeta a un análisis de la evolución esperada del programa vigente en el futuro. Los efectos de las recientes medidas fiscales sobre el sendero previsto de convergencia fiscal y el componente "forward looking" de la evaluación del programa vigente podrían generar una discusión técnica respecto de sus posibilidades de continuidad futura (si sigue "on track" o no). En consecuencia, se podría abrir una instancia que signifique que esa fuente de financiamiento no estaría asegurada".

Sin ese dinero, el Gobierno tendrá que poner más Reservas Internacionales para hacer frente al porcentaje que no renueve de los 12.000 millones de dólares de Letras del Tesoro que vencen antes de fin de año. Y ya esta semana en la que se pagaron solo 550 millones de dólares de Letes, se perdieron más de 3.900 millones de las Reservas.

No bastó que ahora el ex ministro de Finanzas, Luis "Toto" Caputo, asegurase que "No hay fundamentos económicos" para ir a un default y que Alberto Fernández insista con que no desea incumplir con acreedores privados, la fragilidad de la situación financiera argentina no soportaba una gota más de los que los mercados denominan como "riesgo político".

El salto del dólar complica la sostenibilidad de la deuda y al FMI

Macri se encargó de difundir y sembrar en los grandes inversores internacionales que un "regreso de Cristina" era sinónimo de cepo, de default y de comunismo, el antecedente del desdoblamiento cambiario con cepo y control de capitales del segundo mandato de la ex presidenta fue el abono y la tierra fértil para que, con esa creencia, los mercados salieran huyendo del país y generaran un devaluación del 19% del peso, que por segundo año consecutivo es la moneda más vapuleada del mundo.

Las consecuencias inmediatas ya se hicieron notar: las expectativas de inflación para 2019 pasaron de 40% a, al menos, un 50%. Sin más, para la consultora Elypsis sería del 64,1% aproximadamente. El nivel de actividad también se deteriorará. Y la relación de la deuda nacional -sin contar la de las provincias- sobre el PBI se disparó hasta el 95%, de acuerdo a las estimaciones de la calificadora de deuda Fitch, quien este viernes resolvió bajarle la nota a la deuda argentina.

Fitch y S&P bajaron la calificación de la deuda porque consideran que "el default es una posibilidad real"

Por ende, aquello de que la deuda nacional era "sostenible pero con bajo grado de probabilidad" que diagnosticado el FMI debiera evolucionar al reconocimiento de que la deuda ya es "insostenible" y esto abre serias dificultades para la continuidad de los desembolsos trimestrales del FMI. Es que las normas del organismo internacional exigen que para que un país tenga "acceso extraordinario" como en el caso de la Argentina, la deuda debe ser "sostenible con alto grado de probabilidad". Como consignó LPO, el FMI de Lagarde hizo con Macri una excepción que no hay garantías que su sucesora, Kristalina Georgieva, sostenga.

Esto es independiente de que en última instancia, Trump use el poder de veto que tiene en el FMI para darle un espaldarazo adicional a Macri.

Lo dijo bien claro Fitch en los argumentos para bajarle la nota a la Argentina: "El FMI hasta ahora ha calificado a la deuda soberana argentina como sustentable aunque no con alta probabilidad, pero cualquier degradación de esta calificación podría complicar su habilidad para seguir desembolsando los fondos del Stand By sin exigir alguna forma de reestructuración con los acreedores comerciales".

Además, las medidas anunciadas por Macri con un costo fiscal de unos $50.500 millones un (0,25% del PBI) dejarían a Dujovne sin chance de cumplir con la meta del déficit fiscal cero -incluso por encima del -0,5% admitido por el uso de los ajustadores de inversión prioritaria y gasto social-, incluso si el Gobierno asegura que se hará reajustando partidas no prioritarias. Al fin y al cabo, ya con bastante optimismo sobre el crecimiento de la economía, el FMI había reconocido que Dujovne no iba a llegar al 0%.

Por estos dos motivos, Alberto Fernández insiste en que no es cumplible acuerdo con el FMI y que es necesario renegociarlo. Por el contrario, los protocolos de FMI, lo ponen a él como el primero en la lista de acreedores y hacen que el país tenga que renegociar con los acreedores privados como sucedió en 2005 y en 2010. Por eso no es extraño que dé protagonismo a nombres como Guillermo Nielsen y Martín Redrado, que ya anteriormente encararon esa tarea. 

La semana que viene, cuando lleguen los técnicos del FMI, muy probablemente los tengan por interlocutores y no solo a Nicolás Dujovne, quien no pudo esta semana hacer prevalecer su criterio y quedó desautorizado por Macri para complir el objetivo del déficit cero.