La primera noche del segundo debate de candidatos presidenciales demócratas tuvo un giro notable: varios de los candidatos centristas que se enfrentaron a Elizabeth Warren y Bernie Sanders cambiaron el tono respecto a los inmigrantes indocumentados. Advirtieron que apoyarlos demasiado podría resultar políticamente costoso en las urnas. El gobernador de Montana Steve Bullock alertó que descriminalizar el cruce de la frontera, como propone Julián Castro, sería entregarle la elección a Donald Trump.

"Tenemos cien mil personas apareciendo en la frontera en este momento. Si descriminalizamos la entrada, si le damos Seguro de salud a todos, tendremos multitudes más", dijo Bullock. "No me crean a mí. Eso lo dijo el Secretario de Seguridad Interior del presidente Obama".

Sin embargo, de acuerdo con una encuesta realizada en enero por Pew Research Center, 62% de los estadounidenses dijeron que "los inmigrantes hacen más fuerte al país", en tanto 28% opinó que eran una carga.

Otro dato interesante de la encuesta es que los estadounidenses que creen que debe elevarse el número de inmigrantes legales creció hasta el 32%, un crecimiento de 22 puntos porcentuales desde 2001. Mientras que los que opinaron que debe reducirse el número de migrantes legales bajó a 24%. Los que piensan que los números deben quedarse como están son el 38% de los encuestados. 

 Los candidatos presidenciales Julián Castro, Pete Buttigieg, Kamala Harris, John Hickenlooper y Kirsten Gillibrand visitaron en junio pasado el centro de detenciones para menores indocumentados de Homestead, en Miami. 

Sesenta y nueve por ciento dijo sentir simpatía hacia los inmigrantes indocumentados en EU. Entre los partidos la división es más dramática. El 86% de los demócratas dijo simpatizar con los inmigrantes indocumentados, mientras que entre los republicanos el número es de 48%.

Resulta irónico que el crecimiento en aceptación probablemente tenga que ver con los embates de Donald Trump contra los migrantes. Las escenas de niños separados de sus familias y encarcelados en centros de detención que incumplen los mínimos estándares de habitabilidad, o de hombres hacinados en celdas donde no tienen espacio ni para sentarse, ha puesto la causa de los indocumentados al centro del debate.

En lo que respecta a una reforma migratoria integral, algo que en la era Trump parece imposible de alcanzar, pero que podría cambiar en 2020, sólo 27% de los estadounidenses dijo que consideraban que otorgar estatus legal a inmigrantes indocumentados era como darles una recompensa por hacer algo malo. El 67% dijo que no lo veía así. Este cambio es dramático y sugiere que los votantes están listos para una reforma que normalice la vida de millones de personas.

Este ciclo electoral los Latinos tendrán una influencia enorme sobre quién será el nominado demócrata a la presidencia. Incluso, podrían inclinar la balanza para definir al triunfador de la contienda presidencial en estados como Texas y Arizona.

LPO habló con Jennifer Lee Koh, especialista en migración y profesora de leyes en la Western State University, sobre cómo tendría que verse una reforma migratoria integral y qué tan viable será que ocurra en los próximos años.

De acuerdo con Lee Koh, no sorprende que para la población latina el tema migratorio no sea la principal prioridad "porque cada comunidad de latinos tiene su propia historia con la migración". Es decir, las comunidades de cubanos-americanos y de mexicano-americanos tienen experiencias diametralmente opuestas con la migración.

También dijo que es común que "cuando una comunidad está bajo ataque, algunos miembros de ese grupo digan ?Yo no soy como esas otras personas en mi comunidad, yo soy diferente, no me ataques'". Esto podría explicar por qué no todos los latinos están a favor de proteger a los nuevos inmigrantes.

Coincidió en que la mayoría de las encuestas a nivel nacional "han mostrado que la mayoría de los estadounidenses apoyan una reforma migratoria integral. Supongo que habría una reacción similar en varias comunidades de migrantes".

Pero, respecto a qué contendría dicha reforma, aclaró que "la visión sobre la migración no es necesariamente sobre una sola comunidad. Cambia de grupo en grupo, tiene que ver con valores. No sé cómo respondería cada comunidad".

Una reforma migratoria para Trump significaría cerrar los llamados "hoyos legales" que permitían que los solicitantes de asilo se quedaran; terminar con la llamada migración en cadena; reducir el número de migrantes legales; y endurecer los requisitos para solicitar asilo.

Para Trump, reforma migratoria significa cerrar los llamados "hoyos legales" que permitían que los solicitantes de asilo se quedaran por tiempo indeterminado; terminar con la llamada migración en cadena; reducir el número de migrantes legales; y endurecer los requisitos para solicitar asilo. Lee Koh explicó que, para una especialista en temas migratorios, ese tipo de reforma luciría diferente.

"Cuando hablamos de reforma migratoria integral, el principal componente sería proveer alguna ruta, algún camino, para que la gente que está aquí sin estatus migratorio [legal] puedan aplicar y tengan forma de arreglar su residencia", apuntó.

Sin embargo, según la especialista, el desafío es que "recientemente cuando hay una conversación sobre reforma migratoria salen llamados a hacer cosas como construir un muro o gastar más dinero en seguridad fronteriza", dijo. "No queda claro por qué eso es necesario, pero se ha convertido en parte de la negociación política".

Lee Koh y otros analistas, tanto migratorios como económicos, señalan que urge elevar el número de visas de trabajo para que empate mejor con las demandas de la economía estadounidense, "y evitar crear esta necesidad de una población indocumentada y mayor militarización", enfatizó.

"No veo la necesidad de crear más prisiones y destinar más fondos para guardias fronterizos", dijo. "Si pudieras solo incrementar el número de visas, el gobierno seguiría teniendo una forma de regular quién entra al país", sugirió.

 Donald Trump y el senador republicano por Texas Ted Cruz durante una visita a la frontera en 2018 

Lee Koh explicó que los números de visas que se expiden cada año los dispuso el Congreso años atrás, por lo que no están actualizados con las necesidades de hoy. "No necesitamos ser tan estrictos con estos números. Necesitan cambiar".

En línea con lo que proponen Castro, Sanders y Warren, la abogada dijo que "algunas de las regulaciones hacen que sea muy complicado salir del país y luego regresar; eso tiene que cambiar". Y es que la consecuencia de este tipo de leyes es que incrementa la cantidad de personas que viven en EU sin permiso oficial.

"De algún modo hicimos que las penas por venir sean tan duras que la gente siente que no pueden irse aún si quisieran, porque el costo es muy severo", dijo.

Es notable que la retórica de Trump y sus nuevos lineamientos en las frontera 'han creado una atmósfera donde la gente es muy hostil con los migrantes, pero también ha causado que las personas se cuestionen cosas sobre nuestro sistema migratorio'.

Es notable que la retórica de Trump y sus nuevos lineamientos en las frontera "han creado una atmósfera donde la gente es muy hostil con los migrantes, pero también ha causado que las personas se cuestionen cosas sobre nuestro sistema migratorio", señaló.

Lee Koh no descartó que la presión de la sociedad y sus demandas sirvan para tener un sistema migratorio "más razonable y sensible". Los números de las encuestan parecen apoyar esta idea.

"Es dificil de saber", dijo Lee Koh. "Los últimos diez años los esfuerzos por una reforma no han sido productivos. Tiene que ver con el sentimiento de los votantes, lo que la gente está dispuesta a pelear, y hacer llamadas, y salir a votar para lograr. Ya veremos", sentenció.