Mientras Emmanuel Jean-Michel Frédéric Macron reconoce que su Parlamento no está listo para aprobar el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, pese a su euforia, Mauricio Macri se encuentra en una situación parecida: en estos días toda la oposición  lo rechazó  y avalarlo en el Congreso es misión imposible.

Y si bien el presidente puede confiar en una remontada que le permita ser reelecto en las elecciones de este año, no hay encuesta para soñar con una mayoría legislativa que le acelere los trámites desde diciembre.

Para acercar posiciones, la diputada macrista Cornelia Schmidt-Liermann, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, planea una serie de reuniones en el Congreso con cámaras empresariales que participaron de la negociación con la Unión Europea y habrían sido beneficiadas en la letra chica que nadie conoce. Empezará a puntear posibles invitados los próximos días junto al canciller Jorge Faurie, que programó varias citas con legisladores oficialistas en el Palacio San Martín. 

El tratado, firmado el viernes en el G20, recién se difundirá en dos meses y no empezará a regir hasta tanto no sea ratificado por los parlamentos de todos los países, que los más optimistas como el brasileño Jair Bolsonaro esperan para dentro de tres años y los menos en una década.

Argentina es de los países más peculiares, porque mientras el presidente y sus ministros viralizan festejos, la oposición que domina el Congreso y está menos fragmentada que hace un año repite que con lo difundido en Osaka ni siquiera abrirá los recintos. El lunes, Cristina Kirchner recibió a los parlamentarios del Mercosur peronistas para escuchar un rechazo a las relaciones carnales con el viejo continente.

La presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados organizará reuniones temáticas con empresarios que aceptaron el acuerdo con la UE, para acercar a la oposición, que por ahora está decidida a bloquearlo. 

"Todavía no se firmó nada", los tranquilizó la ex presidenta que, sea cual sea el resultado de la elección presidencial, en diciembre engrosará la lista de fieles en el Senado. Recibirá muchos militantes de La Cámpora, cuyo jefe Máximo Kirchner calificó el tratado como "una avivada Europea"; y su economista líder Axel Kicillof, candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, lo definió como una tragedia. 

No los conmovió el respaldo del presidente de Bolivia Evo Morales, el único sobreviviente de la era de líderes populares. "Está esperando que el Senado de Brasil apruebe su ingreso al Mercosur", quisieron interpretarlos los parlasuristas K ante su jefa. 

Macri sumó un problema a la negociación al eliminar del calendario electoral a los legisladores del mercado común, que no cobran sueldos y tramitan viáticos de la jefatura de Gabinete para viajar a Montevideo una vez al mes. Los opositores de ese grupo dieron muestra de querer tomarse revancha complicando el libre comercio con Europa. 

Cristina rechazó el acuerdo con la Unión Europea y pidió que no cierre el Parlasur

La Cámara alta es la preferida del canciller Jorge Faurie para impulsar temas diplomáticos, tal es así que el año pasado expuso su secretario de relaciones Económicas Internacionales Horacio Reyser sobre el tratado con la Unión Europea que se venía y respondió inquietudes ante pequeños empresarios. 

"Como legisladores de la oposición, pero no de la oposición a un buen acuerdo, vamos a tomar la palabra de ustedes, porque creemos que es la mejor forma de que Argentina pueda ser hacer, dentro del Mercosur, una buena negociación y una inserción inteligente", planteó a los invitados el ahora gobernador electo de Santa Fe Omar Perotti, aún vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores que preside el radical Julio Cobos, todavía inactivo en este debate. 

Perotti fue el senador del PJ que más siguió las negociaciones y este martes cenó con Alberto Fernández para pedirle un discurso moderado para el centro del país. Casualidad o no,  tras reunirse con los compañeros de bancada, el candidato presidencial fue más cauteloso que Máximo y Kicillof. "Lo importante es saber qué se firma con Europa", respondió. 

El problema de Faurie es que sin los diputados no hay convenio bilateral que quede firme y así es como esperó dos tres para nombrar cónsules honorarios y están archivados los acuerdos con Qatar y el de inversiones del Mercosur, caído en la última sesión por falta de quórum. 

Este martes, los jefes de todos los bloques opositores de la Cámara baja anticiparon que no se la harán fácil: firmaron un pedido a Emilio Monzó para citar a Faurie y al ministro de Producción Jorge Sica a exponer sobre el pacto que celebraron en Osaka, a los besos y abrazos con Reyser.

La carta no sólo fue subscrita por el jefe del kirchnerismo Agustín Rossi, sino también por Pablo Kosiner, cercano algobernador de Salta Juan Manuel Urtubey y jefe del interbloque federal, creado por los mandatarios provinciales cuando todavía no querían rozarse con Cristina Kirchner. 

Se agregó Carla Pitiot, reemplazo de Graciela Camaño en el Frente Renovador de Sergio Massa y con mandato hasta el 10 de diciembre. Seguirá en su banca hasta 2021 su compañero José Ignacio De Mendiguren, ex presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) que estampó su nombre en la carta y promete recorrer pasillos para defender a sus amigos. 

Con una polarización casi total en octubre, como presagian en la Casa Rosada y repite Miguel Pichetto cuando confían en un triunfo en primera vuelta, esté quien esté en el sillón de Rivadavia el kirchnerismo dominará una parte de la Cámara de Diputados en diciembre y si no participa de la mesa de negociaciones parlamentarias será muy difícil concluir un tratado comercial.   

Para sumarlos, por ahora Faurie sólo les envió un resumen del acuerdo con la Unión Europea, de 15 carillas, con un poco más de información que el powert point difundido el viernes, pero insuficiente para contentar a los díscolos. El documento de cancillería, al que accedió LPO, destaca entre los beneficios inmediatos la eliminación de aranceles para el 92% de las exportaciones y acceso preferencial para otro 7,5% (cuotas y otras modalidades de acceso que no implican eliminación total de aranceles).

La oposición pidió a Faurie y Sica que expliquen en el Congreso el acuerdo del Mercosur y la Unión Europea

Y hace especial hincapié en la economía de servicios, de la que Europa es importador nato con compras de hasta 800 mil millones de euros y Argentina podría beneficiarse con los beneficios impositivos renovados hace un mes.

Tendrán arancel cero de inmediato la harina de soja y poroto de soja, aceites para uso industrial, despojos comestibles de especie bovina, porcina, ovina, legumbres, productos de origen animal y algunas bebidas como cervezas y espirituosas.

Deberán esperar 4 años para quedar desgravados el biodiesel, derivados de la pesca, hortalizas, cítricos, harina de maíz, golosinas, mermeladas, arroz, hortalizas, helados y alimento para mascota entre otros.

El paper no especifica aranceles para el vino, una de las industrias más expectantes (presente en aquella exposición de Reyser en el Senado) pero señala "un reconocimiento de 140 indicaciones geográficas argentinas", con expresiones como "reserva" o "gran reserva".

Los más asustados por el tratado son los industriales y el documento intenta calmarlos prometiendo que "la desgravación inmediata del Mercosur sólo alcanza al 13% del comercio y el resto se reparte en plazos de 4, 8, 10 y 15 años".

"La desgravación más lenta y el mayor porcentaje de comercio excluido del acuerdo por parte del Mercosur son el resultado un trato especial y diferenciado que reconoce la diferencia del grado de desarrollo de las economías", destaca.

Pero algunas aclaraciones de Faurie para negar que el acuerdo los dañe no hacen más que sumar temor, como cuando destaca la eliminación de los aranceles para las autopartes pero reconoce que ya son bajas y permiten ensamblar autos y venderlos al mundo.

Sus ejecutivos deberían reconvertirse en tiempo récord para evitar que lleguen vehículos terminados mejores y más baratos, tarea para la que no han mostrado eficiencia, término muy usado en estos debates. De hecho, en marzo, el tratado de libre comercio automotriz con México (AC55) volvió a postergarse por tres años debido al fuerte lobby de la industria local.

El canciller no le teme a estas discusiones. "Hay empresas que hoy no existen y que a partir de este hecho van a nacer. Entre 2006 y 2015 dejaron de exportar 6.000 empresas. Hoy 9.000 le venden al mundo y con este acuerdo serán decenas de miles más. Todo eso significa trabajo, una Argentina integrada al mundo", destaca en su apunte.  

Sólo garantiza una protección a la industria textil, con un plazo de desgravación de 8 años; y al calzado, con un plazo de 15 años o excluido con reglas de origen que determinan que por debajo de 35 euros por unidad el producto debe estar enteramente fabricado en la región, "mientras que por encima de dicho valor se permiten importaciones de algunas partes extra zona". Detalles acordados por los cancilleres. Faltan los legisladores. De todos los países.