El Centro de Estudios de la consultora Orlando J. Ferreres publicó este lunes su estimador del nivel de actividad del mes de abril con un alza del 1,2% desestacionalizado respecto de marzo. Se trata de un buen dato que contrasta con la caída del 0,7% registrada el mes previo y en línea con el repunte del 1,1% de enero.

En este sentido es clave la incidencia de la actividad agropecuaria, la única que muestra variaciones interanuales positivas.

De esta forma, en la comparación con los valores de igual mes del año previo, este mes quedó 1,5% debajo del mes de abril de 2018 y en niveles similares a los de once meses atrás, es decir, como al comienzo de la corrida cambiaria.

En este sentido, es relevante tener presente que de acuerdo al Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del Indec, a principios del año pasado la economía venía en crecimiento hasta que en abril se estancó y en junio comenzó a caer. Por eso mismo, al comparar con los niveles de actividad de doce meses atrás, era previsible que a partir de abril los resultados no fueran tan negativos por un simple efecto estadístico.

Si se compara el valor del IGA de abril de 2019 con el de igual mes de 2017, se observa una caída acumulada del 2%.

De todos modos, que la recesión encuentre piso es relevante y los primeros signos de quiebre de la tendencia bajista son las mejoras mensuales en términos desestacionalizados. Y este abril mostró una mejora de 1,2% que permitió que la caída acumulada en lo que va de 2019 pasara del 6,6% en los primeros tres meses al 5,3% en abril.