La crisis venezolana llegó a tal nivel de tensión que por primera vez podría tener implicancia en el intercambio de petróleo con Estados Unidos, algo que no había sucedido en 20 años de chavismo por mutua conveniencia comercial.

Al reconocer a Juan Guaidó como presidente "encargado" de la república bolivariana, Trump podría cederle al líder anti chavista el control de los activos de Venezuela en territorio norteamericano.

Entre ellos, el más importante por amplia diferencia es la refinadora Citgo, la cual tiene 6.000 estaciones de servicio, oleoductos, 48 terminales de almacenamiento y 3 refinerías, una de las cuales es la sexta más importante de todo el país del norte.

La compañía es fundamental para el sostenimiento de Maduro, ya que recibe casi uno de cada cinco barriles que el país exporta al mundo, aportando cruciales divisas. Pero el consecuente freno al envío de crudo venezolano también afectaría a la economía norteamericana.

La mayoría de las refinerías de la Costa Este operan con petróleo pesado venezolano y al no encontrar un rápido reemplazante -por la crisis de Pemex-, afectaría su funcionamiento y provocaría un aumento en el precio de los combustibles.

Rusia y China defienden a Maduro y lanzan una advertencia contra Trump

"México no tiene la capacidad para compensar cualquier posible interrupción del suministro de petróleo venezolano. La producción mexicana está en niveles históricamente bajos con sólo 1,9 millones de barriles diarios", explicó a LPO el especialista en energía del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) de México, Arturo Carranza.

"Los negocios petroleros se han respetado hasta con los talibanes en Afganistán. No veo que Estados Unidos renuncie a ser cliente de Venezuela. Sería regalarle todo el espacio a China y Rusia, y va en contra de la doctrina estadounidense", agregó el analista energético de la Universidad de Belgrano, Andrés Di Pelino.

Sin embargo, la dependencia norteamericana al petróleo venezolano ya no es lo que era antes y sin duda el que saldría peor parado en caso de una interrupción de suministros sería el gobierno bolivariano.

"Trump estaría dispuesto a tomar decisiones comerciales para presionar la salida de Maduro y una de ellas sería quitarle Citgo. Ahora lo veo más factible sobre todo si tomamos en cuenta que en los últimos años la producción de petróleo de Venezuela ha caído de manera drástica y que, por lo mismo, el volumen que exporta a Estados Unidos se ha reducido considerablemente", aseguró Carranza.

El problema es que las consecuencias de tal medida irían mucho más allá de las fronteras del país caribeño. Como garantía de un préstamo de 1.500 millones de dólares que otorgó hace dos años, PDVSA le cedió a la petrolera rusa Rosneft el 49,9% en la participación de esta refinadora.

Por lo tanto, Trump se metería en un complejo conflicto geopolítico con una de las potencias más importantes del mundo, que además tendría todas las de ganar en el lógico accionar judicial que desencadenaría semejante atropello.

"No van a hacer nada hasta que Maduro caiga. Citgo es una corporación americana y se rige por las leyes de los Estados Unidos que indican que mientras no cometa nada ilegal o haya una guerra no pueden tocarla", indicó el analista de mercados Francisco Uriburu.