Donald Trump anunció que su nuevo jefe de gabinete será Mick Mulvaney, aunque en calidad de interino y por tiempo limitado. Mulvaney ocupa actualmente la dirección de la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, así como la dirección de Buró de Protección al Consumidor Financiero. El general John Kelly permanecerá en el cargo por lo que resta del año

Mulvaney no es célebre por sus capacidades de operación política. Antes de unirse a la administración ocupó la curul por el distrito 5 de Carolina del Sur. Su paso por el Congreso no fue muy destacado. Estuvo alineado al movimiento Tea Party de los multimillonarios hermanos Koch y formó parte de la sub bancada del movimiento, el Freedom Caucus.

Su llegada al buró causó revuelo este año. Trump lo impuso después de despedir al director anterior, cuyo periodo todavía no terminaba.

Esta misma mañana el exgobernador de New Jersey Chris Christie informó al presidente que no estaba interesado en tomar el cargo de jefe de gabinete. Varios medios difundieron la carta en la que Christie rechazó a Trump. El exgobernador hubiera sido un candidato interesante al cargo dados los problemas legales que el presidente podría enfrentar el próximo año. Christie es abogado y antes fue el fiscal general de New Jersey.

El primer elegido de Trump era Nick Ayers, jefe de gabinete del vicepresidente Mike Pence. Desde el verano se rumoraba que Ivanka y Jared Kushner estuvieron cabildeando fuerte para sacar a Kelly y colocar a Ayers. Era prácticamente un hecho. Al final Ayers rechazó la oferta y anunció que él también abandonaría pronto la administración. Quizá le preocupó que los investigadores federales que persiguen al presidente echarán un vistazo en sus finanzas. Ayers, de 36 años, reportó una fortuna de entre $11 y $54 millones de dólares cuando entró a la Casa Blanca.