Tal como se preveía, el Relevamiento de Expectativas de Inflación (REM) que realiza el Banco Central todos los meses entre consultoras, presentó en noviembre un valor menor al estimado y de esta manera habilita a Sandleris a bajar la tasa más allá del 60%.

Según lo acordado con el FMI en el nuevo Stand By, la máxima autoridad monetaria se comprometía a mantener las tasas por encima de este nivel hasta lograr que las expectativas inflacionarias desciendan durante dos meses consecutivos.

A partir de los resultados de la nueva política monetaria, el Central considera que la variación de precios se ha desacelerado lo suficiente como para flexibilizar el corset que representa este nivel de tasas de interés que está ahogando a todo el aparato productivo.

De acuerdo al REM de noviembre, las expectativas de inflación para los próximos 12 meses se ubicaron en el 29% en promedio, lo que representa una caída de 3,1 puntos porcentuales respecto al resultado de octubre.

En cuanto a la inflación núcleo, el mercado espera un alza interanual del 27,3% en promedio que retrocede en 3,7 puntos porcentuales en relación a lo anunciado en el mes anterior.

Ya para diciembre, se proyecta un alza del Índice de Precios al Consumidor del 2,7%, que permitiría cerrar el año con un acumulado histórico de 47,5%, el mayor nivel desde 1991.

A comienzos del 2019, se estima una variación del 2,5% para enero, que baja al 2,3% en febrero y marzo. Así, el año próximo totalizaría con una inflación del 27,5%, mientras que en 2020 sería del 19,4%.

Por otro lado, los pronósticos recesivos se mantuvieron en 2,4% para 2018 y mejoraron en los años subsiguientes. Para 2019, se espera una caída del nivel de actividad económica del 1,2% (0,2 puntos porcentuales menos que lo estimado en octubre) y en 2020 se prevé una reactivación del PBI del 2,5%.