La ultraderecha dio la sorpresa en las elecciones de Andalucía y confirmó la irrupción en España de un fenómeno que se extiende en Europa, al tiempo que puso en crisis uno de los bastiones claves del socialismo por lo que Pedro Sánchez pidió armar una coalición para "defender la Constitución y la Democracia frente al miedo".

El partido ultraderechista Vox irrumpió con fuerza en las elecciones andaluzas, donde logró 12 diputados y podría acceder al gobierno si cierra un acuerdo con los derechistas Partido Popular y Ciudadanos. Esto implicaría desalojar al Partido Socialista de uno de sus bastiones, donde gobierna de forma ininterrumpida desde hace 36 años. 

Es la primera vez en décadas que la ultraderecha entra en un parlamento español, aunque sea regional, lo que provocó un auténtico terremoto en el mapa político. Implica además la primera gran derrota para Sánchez (aunque el PSOE ganó los comicios), ya que el debate electoral estuvo marcado por la discusión nacional. El PP ya le pidió que piense en convocar a elecciones adelantadas (están previstas para el 26 de mayo).

El Partido Socialista ganó pero obtuvo su peor resultado en Andalucía con 33 diputados, lo que significa una pérdida de 14 bancas y la posibilidad concreta de ser desalojado del poder. En segundo lugar quedó el Partido Popularcon 26 escaños y una pérdida de 7, mientras que los liberales de Ciudadanos despegan con 21 diputados desde los 9 que tenían antes. La coalición izquierdista Adelante Andalucía obtuvo 17 escaños, con una pérdida de tres.

Finalmente está la fuerte entrada de Vox, que obtiene cerca del 11 % de los votos y 12 diputados. Todo ello hace que una hipotética coalición entre el PP, Ciudadanos y Vox tenga la mayoría absoluta (son necesarios 55 diputados de un total de 109), aunque las negociaciones no son tan sencillas y tampoco lo es conciliar las posturas.

La irrupción de Vox (una fuerza ultranacionalista, antiinmigrante y que rechaza la igualdad de género y de las minorías) se da después de que hasta ahora España se había librado de la emergencia en los últimos años de partidos ultraderechistas y xenófobos en países europeos como Alemania, Francia, Italia, Suecia u Holanda. 

Ante el peligro que implica el surgimiento de Vox, el Partido Socialista empezó a agitar el fantasma del "miedo" y propone el armado de una coalición al estilo de la que en Francia frenó el avance de Le Pen. El líder de Vox, Santiago Abascal, se declara fanático de Marine Le Pen, que lo felicitó por Twitter.

Al respecto, el presidente Sánchez sostuvo que "seguirá impulsando un proyecto regenerador y europeísta para España", en clara referencia al nacionalismo de Vox. "Los resultados en Andalucía refuerzan nuestro compromiso de defender la Constitución y la democracia frente al miedo", agregó.

En el mismo sentido, la presidenta regional saliente de Andalucía y candidata del PSOE, Susana Díaz, se ofreció a encabezar un frente para evitar que la extrema derecha tenga la llave del poder, a pesar de que fue la gran derrotada ayer. En Madrid, el número dos del PSOE, José Luis Ábalos, recalcó que "en Europa este tema estaría resuelto: los demócratas hacen frente a los populismos de extrema derecha" y pidió que en España se haga los mismo. En tanto, el líder del izquierdista Podemos, Pablo Iglesias, principal aliado de Sánchez proclamó una "alerta antifascista" y pidió una movilización ciudadana general contra Vox.

Pero la conjunción de Vox con los otros partidos de derecha no es tan sencilla. Por caso, el principal aliado en Europa de los liberales de Ciudadanos es el presidente francés, Emmanuel Macron, cuyo gran enemigo interno es el Frente Nacional de Marine Le Pen, socia de Vox.

Ante esto, el líder nacional de Ciudadanos, Albert Rivera, planteó la posibilidad de formar un gobierno en Andalucía con el apoyo de PP y PSOE, ya que a pesar de ser el tercer partido, los otros dos sufrieron serias pérdidas y Ciudadanos logró un fuerte aumento.