El ex presidente del Banco Central recibió ayer un premio académico de la Academia de Ciencias de Buenos Aires en el que ponderó la importancia de la comunicación en el éxito de las polÃticas. Al aceptar su puesto de Académico de Número, Federico Sturzenegger repasó su paso por la gestión pública y apuntó al jefe de Gabinete, Marcos Peña, por la pérdida de credibilidad del BCRA, el desanclaje de las expectativas de inflación y las corridas cambiarias que empujaron al paÃs a la recesión, al cierre de mercados y a pedirle un salvavidas al FMI para evitar el default.
En su discurso, Federico Sturzenegger ponderó el rol de la comunicación en todas las ciencias "sobre todo en las sociales" y lo ejemplificó con sus contribuciones en dos áreas de la teorÃa económica: la de los regÃmenes cambiarios "verdaderos" y la de las exportaciones intangibles que la disciplina denomina "materia oscura", dos teorÃas en las que la correcta difusión fue clave para su aplicación. Al respecto de la comunicación, Sturzenegger aseguró que: "Quizás esa sea la lección más importante que también me llevé de mi experiencia como Presidente en el Banco Central. Allà permanentemente de lo que se trataba era de cómo interpretar aquello que estaba ocurriendo. Comprábamos reservas contra Lebacs, y el problema era el crecimiento de las Lebacs, vendÃamos reservas cancelando Lebacs, y le problema era la caÃda de reservas. Claramente la comunicación es un aspecto central de una gestión de polÃticas públicas".
Luego de una detallada exposición de la relevancia de la comunicación para sus principales aportes académicos a la ciencia económica, el ex presidente del Banco Central, aprovechó la ocasión para defender su gestión al frente de la autoridad monetaria y le apuntó los cañones a Marcos Peña por detonar su credibilidad y encender la mecha de las corridas cambiarias que llevaron al paÃs a dos acuerdos con el FMI en menos de 3 meses.
Sturzenegger recordó que la gestión de Mauricio Macri comenzó con dos medidas "sin dificultad", el levantamiento del cepo incluso con reservas internacionales netas negativas y el pago a los holdouts. "Ambas cosas fueron pasos trascendentales para normalizar la economÃa", sostuvo y repasó que en el tercer trimestre de 2016 "la economÃa ya crecÃa (0,2%) revirtiendo la recesión que arrastraba del año anterior, y a partir de ahà comenzó a hacerlo de manera sostenida a un ritmo de aproximadamente el 1% trimestral, proceso que continuó durante los 6 trimestres siguientes".
"Para fines de 2017 la economÃa crecÃa al 4% y el mercado esperaba que el crecimiento siguiera al 3% al año siguiente y el subsiguiente. La inflación durante este perÃodo habÃa tomado un sendero decreciente. (...) El año terminarÃa con la inflación algo por debajo de 25%, aunque con un fuerte impacto de tarifas en el último mes. (...) Para el último cuatrimestre de 2017 la inflación núcleo ya viajaba a una velocidad de entre 17 y 18% anual. En ese momento, las expectativas para el año siguiente, es decir 2018, no validaban las metas del Central del 10% pero se ubicaban en alrededor del 17% hacia fines del 2017, muy por debajo del valor del año anterior y en valores cercanos de un dÃgito para 2019. En otras palabras, las expectativas de inflación validaban el proceso de desinflación aunque con un gap en todos los años de aproximadamente 5 puntos respecto de las metas del Central", aseguró el ex titular del Banco Central.
Para Sturzenegger, "también vale mencionar que algunos de estos hechos resultaron difÃciles de imponer en la comunicación. Por ejemplo, a pesar que la economÃa sumaba trimestres de crecimiento sostenido, habÃa una percepción generalizada que el crecimiento era escaso o venÃa lento. Debo decir que esa percepción también la compartÃan algunos funcionarios del propio gobierno. Por otro lado, a pesar que la inflación núcleo venÃa en sostenido descenso, habÃa una percepción que el proceso de desinflación estaba perdiendo fuerza", respecto a la evolución de las variables macroeconómicas previa al tristemente célebre 28 de diciembre de 2017.
"Fue en este contexto auspicioso en lo fáctico, pero no plenamente transmitido en lo comunicacional, que el gobierno a fin del año 2017 decidió hacer un giro abrupto de su polÃtica económica, sobre todo la monetaria, subiendo las metas de inflación para 2018. Se habÃa llegado a esa discusión después de una desgastante puja que habÃa durado 6 meses entre el BCRA y el Ejecutivo", relató el ex presidente del Banco Central que ya habÃa apuntado a Marcos Peña y sus vicejefes de Gabinete como los instigadores de crÃticas contra su polÃtica monetaria en la mesa chica de Mauricio Macri. En Harvard, el ex presidente del Banco Central, ya habÃa hecho público que el jefe de Gabinete habÃa querido digitarle las decisiones de polÃtica económica que eran de su exclusiva competencia y asà socavar la independencia institucional de la autoridad monetaria.
Cabe recordar que en aquel entonces, "crecÃa la bola de nieve de Lebacs" para lograr contener la inflación que producÃa la emisión de pesos para financiar el déficit fiscal. Pero el riesgo paÃs continuaba a la baja y se acercaba a su mÃnimo en más de una década. En aquel entonces el dólar ya habÃa comenzado a subir unos centavos luego de que circularan versiones de que el Banco Central podrÃa cambiar sus metas de inflación y de que se avecinaba un "suddden stop" porque con la asunción de Donald Trump la suba de tasas de interés en los Estados Unidos se acelerarÃa afectando a las monedas de paÃses emergentes. Sin embargo, el impacto que tuvo sobre la economÃa argentina la oleada de volatilidad externa no tuvo parangón en la región. Solo Argentina terminó acudiendo al Fondo Monetario Internacional.
Vale recordar también que una de las principales advertencias contra el cambio de metas de inflación provenÃa nada más ni nada de menos que de Gustavo Cañonero, actual vicepresidente del Banco Central, quien asumió luego en junio junto a Luis Caputo para reemplazar a la dupla Sturzenegger-Llach.
De acuerdo a Sturzenegger, "El Ejecutivo necesitaba más inflación para poder cumplir mejor su meta fiscal, además de buscar una polÃtica monetaria más laxa. Se sentÃa incómodo también con la divergencia que existÃa entre la meta de inflación y las expectativas, a pesar de los buenos números de inflación. El BCRA argumentaba que mover la meta, era un hecho inédito en la historia macroeconómica moderna: decirle a la sociedad que se buscaba más inflación corrÃa el riesgo de desanclar todo el proceso de expectativas, generando una espiral de inflación y devaluación, un riesgo que no tenia sentido incurrir. Ante la imposibilidad de convencer al Central el Ejecutivo decidió avanzar de manera unilateral, derivando dicha decisión en la conferencia de prensa del 28-D".
Aquel 28 de diciembre, el paÃs amaneció con una conferencia de prensa con la plana mayor de las decisiones económicas del paÃs desde la Casa Rosada, contrario a todas las recomendaciones de independencia institucional formuladas por el ArtÃculo IV del FMI y de la OCDE. Con Federico Sturzenegger a la izquierda de la foto, Marcos Peña -el único no economista de la mesa- presidiendo el anuncio- y a su derecha los ministros Dujovne y Caputo respaldándolo y "dándole letra" al oÃdo para responder las preguntas del auditorio, el Poder Ejecutivo anunciaba el cambio de las metas de inflación (del Banco Central). HabÃan pasado apenas horas de la sanción de la Ley de Presupuesto con la meta de inflación anterior.
La Casa Rosada obligó a Sturzenegger a relajar la meta de inflación que sube al 15 por ciento
"Lo que ocurrió después es historia conocida. Ante el debilitamiento de la polÃtica monetaria, las consecuencias se sintieron de inmediato: el tipo de cambio se disparó y se derrumbó el precio de los activos en pesos. Para fin de enero, el spread de la deuda argentina respecto del de emergentes se habÃa cuadruplicado y en el primer mes luego del cambio de metas las expectativas de inflación se deterioran más de lo que lo habÃan hecho en el conjunto de los 15 meses anteriores", relató Sturzenegger.
Sin nombrarlo, el ex presidente del Banco Central repasó la tesis que en ese entonces sostenÃa Peña respecto de que las metas ya no eran creÃbles y que no tenÃa sentido sostenerlas con altas tasas de interés, mejor era forzarlo a Sturzenegger a bajar la tasa y estimular la economÃa para poder mostrar un 2018 con más crecimiento. "Muchos leyeron eso como que dicha coordinación no estaba funcionando y que podÃan afectarse libremente las metas sin consecuencia significativa. Visto lo que ocurrió después con las expectativas, creo que esa hipótesis quedó desmentida", deslizó contra el jefe de Gabinete.
En defensa de las metas de inflación y los agregados monetarios
El ex presidente del Banco Central insistió en que "hoy con el diario del lunes podemos concluir que el régimen estaba trabajando apropiadamente en coordinar expectativas" y lamentó que hace un año no se comprendiera "la cabal necesidad de un Banco Central independiente, lección que muchos paÃses han aprendido y siguen aprendiendo, muchas veces, de la manera más difÃcil".
En este sentido, obvió mencionar que ese 28 de diciembre, a cambio de ceder unos puntos la tasa de interés, Sturzenegger consiguió que el Ejecutivo se comprometiera a no pedirle más emisión para financiar el déficit fiscal, algo que la gestión de Guido Sandleris subraya hasta el cansancio para diferenciar su estrategia de la de Sturzenegger.
Lo que sà remarcó es que las crÃticas contra Sandleris por la dureza de sus tasas de interés son inconducentes y advirtió que a si su sucesor vuelven a desautorizarlo, la economÃa recorrerá el mismo tobogán que se inició el 28-D.
"Que el Banco Central haya comenzado esta etapa con convencimiento es auspicioso. Si el gobierno acompaña el proceso la recuperación de la credibilidad será rápida, contundente y decisiva", concluyó.
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