A las 9.30 de este miércoles en la sala 7 del anexo de la Cámara de Diputados se conformó el Grupo de Amistad con Qatar, que será presidido por el macrista pampeano Martín Maquieyra, cercano a Marcos Peña y hermano de Juan, actual titular del Instituto de Vivienda de la Ciudad y recordado por enfrentar a Cristina Kirchner en Harvard.

La urgencia en reunir la comisión también se vinculaba a la ex presidenta: el emir de Qatar, Hamad bin Jalifa Al Thani, llega este jueves al país con 140 empresarios y el único grupo legislativo con su reino estaba en el Senado, incluye a todos los países árabes y lo preside María de los Ángeles Sacnun, compañera de Cristina. 

Son comisiones que no dictaminan, pero resultan una referencia para las embajadas y Macri no podía aceptar que una kirchnerista fuera el único canal de comunicación legislativa con el emir y pudiera requerir información sensible como la importación de gas licuado a Qatar, que crece a paso firme desde 2016.

Qatar exige que el Congreso apruebe los tratados bilaterales con su país y Macri recién los envió al Congreso, antes de recibir al emir. 

Ni bien se constituyó el grupo de Diputados, el canciller Jorge Faurie envió una invitación a sus miembros para almorzar con Al Thani el viernes al mediodía. También la remitió a los senadores, pero la mayoría estaba de viaje en sus provincias y con otra agenda.

Como explicó LPO, el emir es un alter ego de Macri, prometió inversiones desde su asunción y hasta tomó sus consejos para comprar campos en la patagonia y auspiciar a Boca Juniors con Qatar Airways, su línea aérea y una de las tantas compañías que consolidó desde que se coronó en 2013.  

Su estridencia y el poder de gobernar uno de los territorios con mayor PBI pér capita de la tierra le jugaron una mala pasada con sus vecinos: el año pasado Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahrein lo declararon Estado terrorista, pero no lograron un eco internacional relevante. 

Macri firmó varios convenios bilaterales pero ninguno fue ratificado en el Congreso, motivo de un reproche del ministro de Economía y Comercio de Qatar, el sheik Ahmed bin Jassim bin Mohamed Al Tani, al flamante embajador argentino en Doha, Carlos Hernández, en una visita a la representación argentina en la capital árabe, el 18 de septiembre.

"Expresó su preocupación de que a pesar del largo tiempo transcurrido, nuestro país no haya procedido a la ratificación del tratado bilateral de inversiones ni del acuerdo para evitar doble imposición", reportó la diplomacia argentina, en un documento que esta mañana llegó al Congreso.

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Curioso: el pacto impositivo recién este martes llegó a la Cámara de Diputados para ser debatido, o sea, Macri nunca lo había enviado porque prefería sortear el debate con la oposición. 

No son acuerdos recientes. El tratado bilateral de inversiones fue firmado por Gabriela Michetti en Doha el 6 de noviembre de 2016; y el fiscal lo suscribió el último 19 de abril Nicolás Dujovne en Washington con el supervisor de impuestos qatarí, Ahmed Eisa Al-Mohannadi.

Al Thani le explicó al presidente que en una democracia es preferible hablar con los legisladores, aunque tenga malas experiencias: este año no pudo designar a su amigo Nicolás Caputo como cónsul honorario de Singapur. 

"Si bien el panorama argentino no es sólidamente atractivo para atraer inversiones, el Estado de Qatar tiene firme voluntad e interés de invertir en Argentina, pero la falta de entrada de los mencionados constituía un freno", admitió el mismo documento de cancillería.

Hubo otro convenio que nunca se aplicó ni llegó al Congreso: el rubricado por el Fondo de Garantías de Sustentabilidad de Anses (FGS) y Qatar Investment Authority (QIA), el fondo soberano del reino, por 1300 millones de dólares que debían destinarse a obra pública.

Se anunció el 6 de noviembre de 2016, durante la misma gira de Gabriela Michetti, que en diciembre le aclaró en el recinto a Cristina Kirchner que no está firmado por ella. 

El fondo bilateral nunca entró en operaciones porque la oposición lo judicializó y los directivos del FGS renunciaron uno a uno hasta dejar el organismo acéfalo. En estas condiciones, Emilio Basavilbaso no consigue interesados.

En el papper diplomático el Gobierno ratifica a QIA como un potencial inversor, siempre y cuando se ratifiquen los tratados bilaterales. Y confirma el papel predominante de Qatar en la provisión de Gas Licuado, que pasó de representar 8% de las importaciones en 2015 al 42% en 2017.

Macri intentaría consolidar esa operatoria con un contrato trianual con QatarGas, recientemente fusionada con RasGas, para cubrir el 25 o 30% de las demandas de gas en el invierno. Pero sería una contratación directa para eliminar la intermediación de Enarsa.

Tiene sentido: Julio De Vido está preso acusado de supuesto cobre de comisiones irregulares en la importación de gas licuado. Y la información de las futuras compras a Qatar podría llegar al Congreso. Y a los despachos que visita Cristina.