Desde Villa La Angostura y a través de la firma electrónica, Mauricio Macri designó por decreto a 5 embajadores, entre ellos el de Estados Unidos, Fernando Oris de Roa, reemplazo de Martín Lousteau.

Lo hizo pese a que sus pliegos ya ingresaron al Senado y la Comisión de Acuerdos preveía tratarlos cuanto antes.

Si el presidente quería, podía pedirlo en sesiones extraordinarias de febrero, pero no tuvo paciencia y los envió a sus destinos de un plumazo.

La excusa, plasmada en cada DNU, es que el Congreso está en receso y era urgente cubrir esas vacantes. 

Los pliegos ya habían sido enviados al Senado, pero Macri los nombró igual por decreto porque el Congreso está en receso. Ya lo había hecho en 2016.

"Ya lo había hecho en 2016, pero pensábamos que no lo repetiría", se lamentaban senadores peronistas, que esperaban tratar los pliegos en febrero.

Lo harán ni bien reabra el Congreso (si no hay extraordinarias será en marzo), pero con los diplomáticos ya ejerciendo en sus países de destino. Deberán viajar un día para la audiencia.

Además de Oris de Roa, en otros decretos fueron designados Mauricio Devoto como representante ante el Mercosur y Aladi; Héctor Lostri (Paraguay) y los ex diputados Mario Barletta (Uruguay) y Darío Giustozzi (Ecuador).Quedó pendiente el de Patricia Giménez, ex diputada radical, designada como embajadora en Costa Rica. 

Como explicó LPO, por una audaz maniobra de Emilio Monzó, Macri podrá firmar decretos tranquilo, porque la bicameral de trámite legislativo, encargada de tratarlos, tendrá al menos la mitad de sus miembros de Cambiemos.

O sea, si quieren, no se tratará ninguno y por lo tanto podrán aplicarse sin riesgo, como ocurrió en los dos últimos años, que la oposición rechazó cerca de una decena y obligó al Gobierno a negociar para que no los volteen en el recinto. Ya no tendrá ese problema.