La decisión del gobierno de los Estados Unidos de revocarle la visa al ex canciller Héctor Timerman e impedirle viajar a Nueva York para continuar un tratamiento contra el cáncer, derivó en una fuerte polémica en Twitter donde algunos reconocidos usuarios celebraron o se mofaron de la medida.

Como otras veces la polémica agigantó la "grieta", aunque esta vez hubo muchos antikirchneristas que criticaron duramente a los usuarios (simpatizantes del Gobierno de Macri) que celebraron la decisión, que le impide a Timerman continuar con un tratamiento experimental contra el cáncer que sólo puede realizar en Estados Unidos, cuando enfrenta una situación de vida.

"Todo no se puede. O tenés propiedades en NY y te querés ir a tratar allá, o sos pro-iraní y chavista. Que pruebe con la medicina venezolana o iraní", escribió el escritor Federico Andahazi, furioso militante de Cambiemos. Por supuesto que no tardaron en destrozarlo y hasta el periodista Jorge Rial comparó su tuit con las pintadas de "Viva el cáncer" de principios de la década del 50.

Otro que generó críticas fue el diputado oficialista Fernando Iglesias, habitué de las declaraciones provocativas. 

"El nacionalismo populista está a favor de la medicina cubana hasta que les toca tratarse a ellos", fue uno de sus mensajes. "Dicen los kirchneristas que la conspiración judeosionista-macrigatista quiere obligar a Timerman a atenderse en los Estados Unidos en vez de gozar de los beneficios de la revolucionaria medicina cubana", insistió.

El comportamiento de destacados dirigentes o personalidades que apoyan a Macri, ante un tema tan sensible vuelve a poner en discusión el fuerte desprestigio que le causan al presidente los trolls rentados y vocacionales cuando creen defender al Gobierno.

Lo mismo pasó con el periodista Eduardo Feinmann, quien escribió que "el único lugar que le cabe (a Timerman) es la cárcel". "Puede ir a sus países amigos, Irán, Venezuela, Cuba que tiene excelente medicina. Hasta el peor criminal merece ser tratado", recalcó.

Las críticas a estos usuarios y otros desconocidos que celebraron o se burlaron de la medida de EEUU, se multiplicaron.