Miguel Pichetto denunció ante el ministro de Justicia Germán Garavano que el proyecto de extinción de dominio, que está cajoneada en el Senado, tiene herramientas similares a las utilizadas por la dictadura.
Fue aprobado el año pasado en Diputados en un acuerdo entre Cambiemos y Sergio Massa, quien repite en los medios que el Senado es cómplice de la corrupción por no tratarla.
La ley propone expropiar los bienes originados por actos delictivos, como la corrupción, pero para el jefe del bloque peronista, como está escrito, permite hacerlo por mera presunción y no mediante un proceso judicial.
Como no logra hacerse escuchar se descargó ante el ministro, que habÃa ido a presentar la ley de responsabilidad penal empresaria y soportó un inesperado embate por este tema.
"Hay algunos que hacen ejercicio de ignorancia en materia penal. Hemos visto algunas medidas que han venido al Senado y están demoradas hasta que no haya racionalidad polÃtica", empezó el rionegrino.
Y dijo que "es muy importante distinguir el dominio de los contrabandistas y los narcotraficantes y a los que han delinquido. Hay que hacerlo dentro de un debido proceso con instancias y no por la mera sospecha".
"Tenemos el proyecto de extinción de dominio, hay dictamen de la comisión hace falta el compromiso de la otra Cámara de no insistir con una redacción consideramos peligrosa para el derecho a la propiedad de los argentinos. Y esto no significa amparar a ningún corrupto", aclaró.
Recordó que un organismo de la dictadura "tuvo que reparar los bienes que se habÃa apropiado. El Estado de derecho debe regir el derecho, no la venganza o articulación polÃtica producto de coyunturas electorales, donde todos jugamos a ver quién tira el mejor fuego artificio", disparó.
Fue una clara alusión a Cambiemos y al Frente Renovador, que el año pasado conciliaron una agenda parlamentaria en Diputados, que se rompió para siempre en diciembre cuando Massa aprobó los cambios de Ganancias con el kirchnerismo.
Según supo LPO, Pichetto citó a referentes de ambas fuerzas para acordar cambios a la ley de extinción de dominio, pero el tigrense no envió a representantes. Y lo acusa de ser funcional a la corrupción, en cada aparición televisiva.
"El Senado quiere dar un debate a fondo, definan apara dentro del Ejecutivo si van a sostener las reformas o planteos esta iniciativa, que hemos expresado que es muy importante. Hay que poner la cara en el debate", le gritó Pichetto a Garavano. El ministro prometió revisar el reclamo.
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Pichetto trata de imponer la racionalidad en medio de muchísimos disparates legislativos, que ya son tantos que se han naturalizado. Por ejemplo, ¿qué es eso del cupo femenino? ¿Así que, sí o sí, hay que poner un determinado porcentaje de mujeres en las listas, sin considerar su idoneidad para un cargo? ¿Y qué es eso del femicidio, cuando ya hay una ley general para el homicidio, que equipara a ambos sexos? Las agravantes se puede ver por historias de maltrato anterior, por acoso, etc.. pero no por el hecho mismo. Recuerdo cuando, a instancias de la propaganda de Neustadt, se llegó al colmo que el Congreso aprobara una ley donde el robo de autos tenía mayor pena que un homicidio simple.
Y ni hablar de la reforma de la Constitución del 94, que tiene un capítulo especial para los indios (¿te gusta más "originario"?) como si no fueran argentinos, o mandatos de reparación que no cuadran con una ley de leyes, sino con una en particular.
El falso progresismo, la falta de responsabilidad o la mera ignorancia de la naturaleza de las cosas hace que se termine legislando de manera absurda y que lleguemos a la conclusión de que tenemos una manga de patanes representándonos en el Congreso.