Alfonso Prat Gay se apareció en Diputados para participar del debate por los cambios en Ganancias pero se apartó de la promesa de campaña de Mauricio Macri de derogarlo: Por el contrario hizo una extensa defensa ideológica del impuesto para trabajadores de ingresos altos y lo consideró el más justo del sistema tributario. "Es todo el esfuerzo que podemos hacer", aclaró, para desechar cualquier rebaja menor.
“Ganancias alcanza a alrededor del 8% de los empleados en relación de dependencia, o sea, 1.200.000 personas que están por encima del mínimo no imponible. Pero tenemos que pensar que uno de cada tres compatriotas no tiene las necesidades básicas”, se presentó el ministro de Hacienda y Finanzas.
Como si fuera un funcionario del gobierno anterior -varios comentaron que les hizo acordar a las encendidas peroratas de Axel Kicillof-, el ministro defenestró algunas críticas sobre el impuesto y en ningún momento defendió el proyecto enviado finalmente por la Casa Rosada. Casi dejó en claro que tenía uno más agresivo hasta que fue abortado por Elisa Carrió.
“Es mentira que el que empieza a pagar paga 35%. Son sólo 535 mil están atadas a esa alícuota y la mayoría está alcanzado por el 10%. Y en 2016 pagarán una alícuota efectiva de 20% y el 93% pagará menos de 35%”, desafió.
Ayudado por un Power Point, Prat Gay defendió el impuesto a las ganancias como concepto, o sea, no cree que los salarios no deban pagarlo como exige la CGT y como coincidió siempre Mauricio Macri, quien sólo justificó gravar a los obreros en el creciente déficit fiscal.
Su ministro de Hacienda consideró que de todas maneras corresponde. “El impuesto a las ganancias es el más progresivo que hay. Argentina aún tiene muchas dependencia del IVA y del impuesto al cheque, que son regresivos”, explicó.
Mostró incluso un gráfico para sostener que Argentina tiene “el mayor mínimo imponible del mundo” y que en tal caso habría que bajar las escalas.
“Más allá del reclamo de buena parte de la sociedad, el mínimo no imponible de Argentina es muy alto comparado con otros países de la región”, aseguró.
Prat Gay dejó claro que pensó en subir las escalas para los salarios más altos y en la Casa Rosada lo abortaron.
Explicó que por los topes en los aportes los sueldos más altos pagan menos ganancias “y eso para mí hay que cambiarlo, aunque no está en el proyecto”, se lamentó. Claramente no lo escucharon.
Y exigió una urgente discusión sobre las “deducciones” porque responden a otra realidad. El proyecto enviado por el Gobierno exceptúa a hijos mayores de 18 años, conyugues y padres.
“Los adultos mayores están contenidos por una política jubilatoria del Gobierno anterior. Tenemos la AUH para los menores”, se jactó.
Puso ejemplos para mostrar como un salario mayor podía lograr deducciones mayores por hijo. “No tiene lógica”, se lamentó.
Pero ninguna de esas reformas estaba en el proyecto, claramente recortado por Mauricio Macri. “Ganancias es el impuesto que más cayó. Con esta reforma cedemos 30 mil millones y una parte se coparticipa a las provincias”, explicó.
Antes había dejado otra chicana. “El 10% va al fondo del conurbano, que favorece a todos menos al conurbano. Es otro tema a rever”, sugirió, provocativo, Prat Gay.
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- 230/11/1622:15la carga de impuestos es directamente proporcional a lo inutiles e incapaces que son los politicos, en especial los de economia
- 130/11/1615:56Alfonsito mira que a Lila no le queda más crédito. Va tener que ir a buscar $$ a la embajada. Ya estás al borde de la eyección obligatoria. Un airesito interesante podes tomarte en las sierras de Mount Blanc con las comisiones que te cobraste por los créditos tomados.