A pesar del viaje de varios senadores a Estados Unidos para presenciar las elecciones, la cámara alta debatirá y presumiblemente aprobará este martes en comisión el proyecto de inversiones que prometió Mauricio Macri en el Mini Davos.

El proyecto, redactado por el asesor de Macri en inversión extranjera, Horacio Reyser, establece un régimen de participación público privada y fue aprobado en Diputados la semana pasada con un amplio apoyo, pero Cambiemos debió aceptar varias modificaciones al original que fueron exigidas por la oposición.

Sergio Massa había condicionado su voto a la creación de una comisión bicameral, que controle las concesiones que el Gobierno les otorgue a eventuales inversores. Esta nueva comisión tendrá acceso a toda la información (incluyendo los contratos, donde no podrá interponerse ninguna cláusula de confidencialidad), podrá monitorear la totalidad de los proyectos PPP y obligar al Gobierno a brindarle toda la información requerida.

Pero el bloque justicialista también se sumó a los pedidos y junto al Frente Renovador lograron que se eleve la participación del sector nacional a un 33 % y que, si hay paridad de ofertas, tendrán que ser consideradas pautas comparativas a favor de empresas nacionales para dar ventaja a las PYMES locales.

Mañana un plenario del Senado de Infraestructura y Asuntos Administrativos debatirá este proyecto. Podrán insistir con el que aprobaron en septiembre, con dos tercios de los votos, o aceptar las modificaciones impuestas por Diputados con una mayoría simple.

Otro de los cambios que impusieron en la cámara baja es la obligatoriedad de justificar, previo a la licitación, porque convendría un contrato de PPP. También, se limitó la facultad de ceder total o parcialmente el contrato a terceros y además se impuso un tope del 5 % del Presupuesto para destinar a contratos de PPP.

El proyecto redactado Reyser define como contratos de participación público-privada a los celebrados entre el Gobierno y sujetos privados para desarrollar proyectos en infraestructura, actividades y servicios, inversión productiva, investigación aplicada o innovación tecnológica y sería la carta de Macri para atraer a los inversores.