Congreso
Fondos previsionales y obra pública, la presión de los gobernadores sobre el presupuesto
El Gobierno demora la ayuda a las cajas previsionales, comprometida por ley. Presión por el demorado plan Belgrano.

Los gobernadores esperan que el Mauricio Macri incluya en el presupuesto fondos para financiar déficit de las cajas previsionales de las provincias, tal como se comprometió en la ley de blanqueo.

En su ansiedad por tener la norma, el presidente cedió al reclamo de los mandatarios de las 13 jurisdicciones con sistema jubilatorio propio (el resto los transfirió a Nación hace 20 años), que desde 2010 no reciben compensaciones de la Nación.

Aún hay tiempo para definir el monto a pagar, pero los gobernadores quieren saber si Alfonso Prat Gay calculó esos fondos en el presupuesto, cuando el jueves lo exponga en Diputados. Mañana recibirá a legisladores de todos los bloques para adelantarle algunos detalles, revelados este mediodía por LPO. 

Hasta el 27 de octubre los gobernadores deben realizar un plan de “armonización” con Anses, que consiste en revisar los balances de las cajas y también el sistema jubilatorio implementado.

Esto es así porque Nación sólo se comprometió a financiar el déficit hasta garantizar iguales aportes que los recibidos por los beneficiarios de Anses. Por encima de esa suma, seguirán haciéndose cargo los gobiernos provinciales.

El primero en hacer los deberes fue Gildo Insfrán, de Formosa, pero aún espera por los 5 millones de pesos mensuales que pierde su caja provincial.

“No creo que el Gobierno se complique con este tema, porque es poco dinero”, consideró a LPO Juan Carlos Díaz Roig, diputado formoseño del FpV-PJ.

Aunque los recursos sean escasos para la Nación, son una opción del presidente para condicionar a los gobernadores, cuyos gastos previsionales representan buena parte de su presupuesto.

“Tenemos un déficit de 2700 millones anuales. No recibimos nada desde 2010 y el Gobierno nos extorsiona mensualmente”, denunció la diputada entrerriana Carolina Gaillard, del FpV. Su gobernador, Gustavo Bordet, también espera noticias del Anses.

Córdoba sufrió la extorsión más fuerte con sus jubilados durante el último gobierno de Cristina Kirchner y este año tuvo todas las noticias soñadas: la Corte le restableció el 15% de coparticipación que giraba a Anses y la ley de blanqueo le garantizó financiar su abultado déficit previsional.

Juan Schiaretti calcula recaudar 4170 millones de pesos por esta última vía y, aunque no sea su estilo, pronto deberá presionar a Macri para calmar a los intendentes radicales, que le reclaman repartir el 15% de coparticipación que sumó tras el fallo de la Corte. El gobernador no quiere.

La Caja de Córdoba es de la más deficitaria junto a la de Santa Fe, donde el gobernador Miguel Lifschitz acaba de recibir autorización de Nación para un crédito de 500 millones de dólares para gastos corrientes.

Hay provincias pequeñas que esperan un llamado de Anses como Chaco, cuyo gobernador Domingo Peppo dice haber cumplido todos los requisitos para recibir al menos la mitad de los 1400 millones pesos que pierde su caja jubilatoria, que por Constitución paga el 82% móvil.

El pampeano Carlos Verna calcula su déficit previsional en 1000 millones anuales entre las 3 cajas (docente, civil y policial), pero reclama además una deuda con Nación desde 1998, que era de 3000 pero Macri reconoció y redujo en 900. 

Corrientes, Chubut, Misiones, Neuquén, Santa Cruz y Tierra del Fuego también esperan mensajes de Emilio Basavilsaso. Rosana Bertone, gobernadora del territorio más austral, empezó su gestión con una dura reforma jubilatoria y espera un premio de Macri.

Obras se esperan

Si Macri sigue resistiéndose a devolver el 1.9% de la coparticipación que aún gira a la AFIP, deberá compensar a los gobernadores con obras públicas.

Pero sus funcionarios recibirán dos reproches cuando discutan el presupuesto. El primero es la demora en el inicio del plan Belgrano, una promesa de obras para el norte del país que no comenzó nunca y dejó a la espera a los mandatarios de las provincias más vulnerables.

“Esperamos acueductos, gasoductos, ferrocarriles y autopistas. Y no llegó nada”, se lamentó el formoseño Díaz Roig.

Pero además, gobernadores y legisladores no toleraron que en medio de esa parálisis de infraestructura en el norte del país, Macri haya firmado un decreto para financiar obras millonarias en Capital Federal.

El DNU no pasó el filtro de la bicameral de trámite parlamentario pero aún así dejó molestos a los legisladores, una furia similar a la generada cuando se le sumó coparticipación a la Ciudad con otro decreto.

La pauta de obras públicas presupuestada será aún más relevante que otros años si, como promete, Macri se imita los superpoderes para reasignar partidas. Ya no serán “un dibujo”, como se lo calificaba en años de kirchnerismo.

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