Jair Bolsonaro tuvo la movilización que diseñó para presionar a la Corte Suprema y el Congreso, para que anulen el voto electrónico, en una movida que distintos sectores interpretan como un coqueteo con el autogolpe. Decenas de miles de personas desbordaron las calles de Brasilia, San Pablo y RÃo de Janeiro, un marco que Bolsonaro exprimió al máximo, encabezando actos en las primeras dos ciudades.
En su discurso en Brasilia, Bolsonaro pronunció un encendido discurso que tuvo como principales blancos a los jueces de la Corte Suprema , Alexandre De Moraes y Luiz Barroso, también presidente del Tribunal Superior Electoral.
Bolsonaro no anduvo con rodeos y planteó: "El que actúe fuera de la ley que se encuadre o se prepare para irse" y lanzó una amenaza contra Luiz Fux, presidente de la Corte, a quien le pidió que destituya a Alexandre Moraes por iniciar una investigación en su contra: "O el jefe de la Corte pone en caja a uno de los jueces de la Corte o ese poder puede sufrir aquello que no queremos que ocurra".
LPO consultó Creomar De Souza, CEO de la consultora Dharma, quien señaló que "el discurso no difirió en nada de lo que ha caracterizado el discurso del presidente hasta ahora. El único elemento diferenciador parece ser el hecho de que la presencia masiva de simpatizantes le dio al Presidente la percepción de que podÃa nombrar a sus rivales y decir que no cumplirÃa con las decisiones judiciales".
Sobre la masiva participación de seguidores bolsonaristas, De Souza sostuvo que "la implicación del pueblo en las manifestaciones demuestra la capacidad organizativa de la militancia y de los grupos sociales y económicos que apoyan al presidente. Fueron relativamente exitosos en términos de organización, logÃstica de transporte y generación de impulso".
"En São Paulo aún más eficazmente que en Brasilia, y eso demuestra que hay un núcleo que seguirá ligado al presidente, sea cual sea su destino", añadió, citando un elemento que acentúa aún mas el paralelismo con Donal Trump, que Bolsonaro cultiva abiertamente.
Lula le saca 16 puntos a Bolsonaro, según una nueva encuesta
Creomar De Souza también opinó sobre la capacidad de este tipo de marchas para condicionar las presidenciales del año que viene, que tienen a Lula como gran favorito."Las elecciones están bajo el signo de ser muy tumultuosas. Si construimos una matriz de posibles escenarios, incluso con diferentes probabilidades, no se puede descartar el riesgo de que esta turbulencia genere una seria agitación institucional". "Pero, hasta que se diga lo contrario, el calendario electoral está en marcha", añadió.
Finalmente, el analista dijo que "seguramente habrá una reacción de la Corte Suprema a los ataques del mandatario, la cuestión es saber de qué tipo de reacción se está hablando".
No está claro si Bolsonaro alcanzó su objetivo de movilizar dos millones de personas, pero pudo mostrar músculo polÃtico en un momento de caÃda en las encuestas y una situación económica marcada por la ralentización del crecimiento y la inflación.
Además, logró seguir alimentando la incertidumbre sobre el proceso electoral, en un coqueteo con el autogolpe que lleva a muchos actores del poder a preguntarse como reaccionará en caso de ser derrotado por Lula, en las presidenciales de octubre del año que viene. "Sólo Dios me saca de aquÃ" dijo y desafÃo con los tres escenarios sobre su futuro: "Electo, preso o muerto".
Un dato muy importante del discurso del lÃder brasileño fue la convocatoria del Consejo de la República, un espacio de articulación institucional que se reúne en momentos de emergencia, estado de sitio, una intervención federal o "estado de conmoción nacional".
El Consejo fue creado en 1990 por Fernando Collor de Melo pero se reunió una sola vez en 2018 cuando Michel Temer decidió intervenir la seguridad de RÃo de Janeiro con el entonces jefe de las Fuerzas Armadas, Walter Souza Braga Netto, hoy ministro de Defensa.
El Consejo es presidido por el presidente, el vicepresidente, los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado, los lÃderes de bloques parlamentarios y personas de la sociedad civil designadas por los jefes de los poderes.
Sin embargo, consultado por este tema, el vicepresidente Hamilton Mourao dijo no saber del tema y respondió: "Creo que el presidente se equivocó".
Fuentes de la oposición, tanto del Partido de los Trabajadores como de la tercera vÃa, consultadas por LPO caracterizaron el acto como "un gesto de desesperación", pero reconocieron la capacidad de Bolsonaro para volver ponerse en el centro y exponer su fortaleza con un núcleo duro que lo apoyo incondicionalmente.
Ahora el dilema es que harán el Congreso y la Corte Suprema luego de los ataques y frente a las presiones de los partidos polÃticos de la oposición para que analicen un nuevo pedido de juicio polÃtico al Presidente.
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