Nuevas declaraciones de la testigo protegida Mariana Ortigala en el juicio contra el narcotraficante Esteban Alvarado desató otra crisis profunda al interior del Ministerio de Seguridad de Santa Fe que conduce Jorge Lagna cuando denunció que un alto funcionario de la cartera vendía beneficios a los líderes de las principales bandas mafiosas que están presos.

Se trata de Horacio Lucchini quien renunció este martes a la Dirección de Análisis Criminal Estratégico a la que había desembarcado hace pocos meses de la mano de Lagna y luego del corrimiento de Marcelo Saín, quien está siendo investigado por presunto espionaje ilegal en una causa que aún no ha mostrado al público demasiadas pruebas.

La testigo brindó detalles ante los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, que llevan adelante la acusación contra Alvarado, y este martes, en una entrevista que le hizo el periodista José Maggi para LT8, contó que Lucchini "me propuso cosas macabras sabiendo mi relación con Vanesa Cantero y Guille (Cantero) para que sea nexo entre ellos para que a través de un soborno tengan beneficios en la cárcel".

 Lucchini me propuso cosas macabras sabiendo mi relación con Vanesa Cantero y Guille (Cantero) para que sea nexo entre ellos para que a través de un soborno tengan beneficios en la cárcel

Ortigala ya había declarado a fines del año pasado a través del "anticipo jurisdiccional de prueba", figura que se utiliza para los casos críticos en que los testigos pueden ser asesinados como ocurrió con el mecánico Carlos Arguelles. Ambos fueron muy cercanos a Esteban Alvarado y por ello pudieron aportar datos valiosísimos sobre la cantidad de crímenes, aún indeterminados, que ordenó y sobre vínculos policiales con los que contaba el narcotraficante.

A Mariana Ortigala, un sicario le disparó más de treinta balazos en un atentado del que pudo salvarse de milagros y a partir de allí entró en el programa de testigos protegidos y ahora está cuidada por fuerzas federales. En cambio Arguelles rechazó en varias oportunidades la protección y no corrió la misma suerte, fue asesinado de dos tiros en la puerta de su taller.

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En octubre del año pasado, la testigo volvió a contactarse con los fiscales para hablar sobre Lucchini cuando se enteró que había asumido en la cartera de Seguridad y recordó que lo conoció a través de Matías Herrera, un hombre relacionado al delito y era primo hermano de Facundo "Macaco" Muñoz, procesado por el crimen de Ariel "Pájaro" Cantero el jefe de Los Monos.

Según el relato de Ortigala, Herrera le presenta a Lucchini en un hotel céntrico y le dice que trabajaba en los Tribunales Federales. En efecto, el ex funcionario fue secretario de juzgado en Venado Tuerto. En esa reunión, le propone ser nexo con los Cantero para venderles beneficios en la prisión, sabiendo que la testigo mantiene una amistad con Vanesa, la hermana de Guille Cantero:

"Lucchini me trae una minuta de sugerencias con valores. Una lista de beneficios para presos que por ejemplo, un traslado de Rawson a Rosario costaba 40 mil dólares, liberar una zona 20 mil dólares. Entregar allanamientos para la banda contraria, otra tarifa y siempre en dólares. Tener celular las 24 horas en la celda, tantos dólares, una tarifa", relató Ortigala.

 Lucchini me trae una lista de beneficios para presos que por ejemplo, un traslado de Rawson a Rosario costaba 40 mil dólares, liberar una zona 20 mil dólares. Entregar allanamientos para la banda contraria, otra tarifa y siempre en dólares.

"Tiempo después, descubro que Herrera habla con Alvarado directamente al pabellón y (el narco) le ofrece 2 millones de pesos por mi cabeza y por la de mi familia", agregó la testigo y dijo que eso fue lo que la decidió a ir contando todo esta situación a los fiscales a medida que los acontecimientos se sucedían.

"Yo iba informando a la fiscalía y lo tengo grabado y con capturas (de pantalla). Lo denuncié porque quiero demostrar que Matías Herrera es un delincuente de calle que anda con el Clan Alvarado y tiene contactos en la política y en el MPA (Ministerio Público de la Acusación)".

Horacio Lucchini, ex director de  Análisis Criminal Estratégico

Por otro lado, Lucchini se jactaba de estar relacionado a María Laura Garrigós de Rébori, interventora del Servicio Penitenciario Federal nombrada por la ex ministra de Justicia Marcela Losardo. Según Ortigala, Lucchini podía hacer gestiones ante la ex jueza para que "si vos querés, te lo acomodo a Guille para que tenga un teléfono las 24 horas".

Es que uno de los grandes dramas que persiste con las bandas narcos es que desde la prisión sus líeres siguen manejando el negocio de la droga e imparten órdenes a los soldaditos para que extorsionen, aprieten o directamente maten. En agosto del año pasado, el hallazgo de un teléfono de línea en la celda de Guille Cantero generó un escándalo importante en el área.

Otra cosa que le llamó mucho la atención a Ortigala es que Lucchini le iba anticipando sucesos que luego ocurrían como la destitución de Saín: "Decía que él estaba en inteligencia y que le iban a hacer una cama a Saín, que fue lo que le pasó curiosamente. Y me dijo que después iba a ser nombrado (en Seguridad)".

Según fuentes que conocen la interna en el Ministerio de Seguridad, Jorge Lagna lo presentaba a Lucchini como su hombre de confianza que solía acompañarlo en los viajes por las distintas localidades de Santa Fe cuando Lagna era el secretario de Gestión Institucional y al frente de la cartera estaba Saín.

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Si bien, con el ministro se conocían desde hacía años de la ciudad de Venado Tuerto, Lucchini, que en su momento sonó como funcionario de Seguridad del socialista Hermes Binner, se mostraba como el hombre con capacidad de negociar con los dos grandes bandos que se disputan a sangre y fuego el territorio para pacificar la ciudad de Rosario.

Ahora, su renuncia envuelta en un escándalo de dimensiones, puso en dudas la continuidad de Lagna que, según fuentes del oficialismo que hablaron con LPO, aún no se concretó porque el gobernador Omar Perotti aún no definió su reemplazo.