Apenas asumió, el gobernador Maximiliano Pullaro apuntó como principal origen del déficit en la provincia a la caja de jubilaciones y a la administración de las dos empresas de servicios públicos: la Empresa Provincial de la EnergÃa -EPE- y Aguas Santafesinas, ambas de propiedad estatal.
El déficit previsional se abordó la semana pasada en la Legislatura cuando se aprobó la reforma que envió el gobierno en una votación que rozó el escándalo y que algunos bloques de la oposición cuestionan su validez.
[Escándalo en la aprobación exprés de la reforma previsional de Pullaro]
Ahora, Pullaro está dispuesto a meter mano en las dos empresas de servicios. Su ministro de Gobierno, Fabián Bastia, repite en la mesa chica que están dispuestos a avanzar en la privatización. Fuentes del gobierno, consultadas por LPO, aclararon que la venta a capitales privados se activará "si no hay saneamiento y racionalidad".
"Estamos en la etapa de mejorar el servicio y ordenar las cuentas. Si nos va bien no hay razón para privatizar", dijeron desde la Casa Gris. Para ello, la administración puso en marcha una serie de reformas al interior de las empresas que levantaron algunas resistencias.
En el caso de Aguas, el gobierno dispuso un aumento tarifario desde principios de año de casi el 500%. En la empresa explicaron a este medio que el atraso en las tarifas al 15 de diciembre del año pasado era del 600%. La última actualización de tarifas se hizo en 2018 cuando se cobraba $4,5 el precio del metro cúbico cuando el costo en producirlo es de $300 el m3, dijeron desde la empresa.
Por otro lado, la presidenta de la empresa de Aguas, la socialista Anahà RodrÃguez, impulsó un plan de controles y ajuste al personal como la eliminación de horas extras, reducción de uso de vehÃculos y teléfonos instalándoles GPS a las camionetas que significaron el ahorro del 10% en gastos operativos, señalaron desde el directorio.
Lo cierto es que algunas medidas generaron crÃticas de usuarios y trabajadores a la manera en que se está abordando la reducción del déficit. Empleados de Aguas contaron a este medio que los vecinos se las agarran con las cuadrillas por los aumentos de las últimas facturas.
Además, con el recorte de las horas extras se suprimieron las guardias adicionales de los fines de semana y el mantenimiento de servicios de desagüe en muchos barrios de Rosario y la atención demorada en caso de cortes de suministro.
Como parte del déficit se advierte que en la ciudad más grande de la provincia, hay barrios que nunca lograron tener servicios sanitarios y acceden al agua potable con camiones cisternas que llegan hasta Barrio Toba de zona sudoeste que a esta altura del año, cuando el calor aún no aprieta, ya hay déficit de abastecimiento por falta de presión, contaron desde la empresa.
En el caso de la Empresa Provincial de la EnergÃa, la situación no es muy diferente. Desde hace décadas que los santafesinos pagan una tarifa muy superior a la que se abonaba en Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, la empresa acumuló un déficit millonario y una deuda de 30 mil millones cuando Pullaro se hizo cargo de la provincia.
Al igual que con Aguas, el directorio dispuso la instalación de GPS, mayores auditorÃas y controles para evitar el fraude y enganches ilegales. La decisión del gobierno de hacerles pagar a las constructoras la totalidad de la conectividad a la red formó parte de las nuevas medidas que hizo enfurecer a las empresas edilicias.
Lo cierto es que el gobierno está dispuesto a reducir el déficit y ordenar las dos empresas bajo la amenaza de avanzar en la privatización de las mismas. "Es un riesgo, no es tarea sencilla porque ¿quién se va a hacer cargo de esto?", se preguntaron en la empresa de Aguas.
Es que el caso particular de Aguas Santafesinas, fue una de las empresas que en los 90 se privatizó y se hizo cargo la multinacional Suez. En ese momento, el pliego preveÃa la privatización del servicio de aguas de varias provincias que hizo un negocio seductor para la compañÃa francesa. Ofrecer en el mercado solo Santa Fe es enfrentarse al riesgo de una licitación desierta pero si se privatizan el Agua con la EnergÃa, se preguntan en las empresas.
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Deteriorar el servicio para reducir un 10% de gastos operativos es no darse cuenta que estas empresas no pueden ser superavitarias; dan un servicio con condiciones que no dependen enteramente de ellas. Ya todas, absolutamente todas las experiencias de privatización fueron un desastre, no mejoraron en nada la calidad de vida de los usuarios y debieron revertirse por el vaciamiento y choreo generalizado.
¿ Y si empiezan a meter en la ecuación cobrar ingresos brutos o tasas diferenciales a las grandes cerealeras por el uso de los puertos, a los grandes financistas., a las grandes constructoras... porque pasan los peronistas, pasan los socialistas, pasan los radicales pero todas las decisiones giran en torno a rascar el fondo de olla, por cobardía y complicidad con los sectores más concentrados.