Las acusaciones entre el radical Maximiliano Pullaro y el peronista Roberto Mirabella dieron algunos indicios por donde transitará la próxima campaña electoral en Santa Fe, una confrontación que asoma durísima con recriminaciones sobre supuestas connivencias con las mafias como las que se dispararon días atrás.

La semana pasada, en una entrevista por LN+, el ex ministro de Seguridad de Lifschitz dijo que Leonardo Peiti, el empresario que extendió por toda la provincia una red de casinos clandestinos, había nombrado 14 veces al diputado nacional Roberto Mirabella y al gobernador Perotti recibiendo dinero para la campaña a través del senador Armando Traferri

¿Sabes lo que repitió Peiti 14 veces en esa causa? que la plata que le daba a Armando Traferri era para Mirabella (entonces) senador nacional y para Perottti, para la campaña. ante el juez lo dijo, esta grabado y firmado, para Omar Perotti y para Roberto Mirabella", dijo Pullaro en la entrevista.

En rigor, el zar del juego declaró que según Traferri, ya contaba con el compromiso del ahora gobernador para entregarle las licencias del juego online, lo cual nunca ocurrió y desde allí, la relación con el senador de San Lorenzo se quebró. 

 ["Parecería que hubo un pacto con el delito cuando asumió Perotti"]

"No hay ninguna imputación y por lo tanto, lo que afirmás en TV es una mentira. ¿Y sabés que es lo más grave de esto? Que las familias santafesinas esperan de sus representantes otro nivel de discusión", escribió Mirabella en su cuenta de twitter indignado por las declaraciones de Pullaro y agregó "vos podés ir a un canal de Buenos Aires e inventar mentiras, pero lo que no podés es pedirnos a los que vivimos y defendemos a Santa Fe que dejemos pasar esas mentiras como si no nos importara".

En consecuencia, Mirabella denunció por calumnias al diputado provincial y candidato a gobernador de Juntos por el Cambio. En contrapartida, Pullaro salió a responderle al dirigente peronista; "Yo no miento" y adjuntó el video donde Peiti relata sus vínculos con Traferri y la supuesta financiación a la campaña electoral de 2019 cuando el Frente de Todos derrotó al socialismo.

Lo cierto es que  la causa del juego clandestino generó un verdadero terremoto político-institucional en Santa Fe luego de descubrirse los vínculos de Peiti con el senador Traferri y a partir de allí, influencias en el Ministerio Público de la Acusación, el organismo dedicado a investigar los delitos penales donde se comprobó que el dinero sucio llegó hasta los bolsillos de Patricio Serjal, jefe de los fiscales de Rosario, y Gustavo Ponce Asahad, ambos cobraban de Peiti para proveer de protección judicial.

 [Ahora uno de los fiscales condenados señaló a Traferri como organizador de la mafia del juego]

Ello derivó en que los fiscales quedasen afuera de la fiscalía y en prisión mientras que Traferri logró sortear la imputación protegido por los fueros extraordinarios que gozan los legisladores provinciales y por el favor de un grupo de senadores del peronismo y del radicalismo que impidieron el desafuero del sanlorencino.

Por otro lado, en el radicalismo sostienen que el gobierno de Perotti puso toda la mecánica y recursos policiales y judiciales para perseguir el juego clandestino distrayéndose del peor flagelo de inseguridad que viven los rosarinos producto del narcomenudeo y las bandas que disputan el territorio. De hecho, en diálogo con LPO, pullaro mencionó un supuesto pacto de Perotti con las organizaciones delictivas que habría salido mal; "no tengo pruebas pero tampoco dudas", dijo Pullaro evocando una famosa frase de Cristina Kirchner.