En la última sesión del año donde el intendente Pablo Javkin busca aprobar un polémico proyecto para levantar una torre de 60 pisos en un predio de casi dos hectáreas frente a la costa del rÃo Paraná se convirtió en un verdadero escándalo en el Concejo Municipal.
Es que el expediente para que la sociedad entre la aseguradora Sancor, la constructor Obring y el empresario de medios, Gustavo Scaglione, a través del estudio jurÃdico Casanova-Mathos-Salvatierra pueda tener luz verde no se pudo aprobar en las tres Comisiones con las que estaba caratulada y el tema se tratará sobre tablas en una sesión que se extendió por casi 30 horas.
Tal como lo habÃa anticipado LPO, los primeros en manifestar reserva sobre el proyecto fue el bloque socialista, aliado a Javkin, quienes argumentaban que el edificio no respetaba el plan urbanÃstico elaborado durante la gestión de Miguel Lifschitz cuando se impulsó el coqueto Puerto Norte.
Sin el aval de las concejales oficialistas pusieron en dudas el acompañamiento del PRO, como adelantaron a este medio, y por otro lado, puso en riesgo su aprobación en las comisiones. Fue allà que se desató una inédita crisis hacia adentro del cuerpo legislativo de la ciudad cuando la socialista Verónica Irizar tuvo que renunciar a la Comisión de Planeamiento para ser reemplazada por el concejal de Javkin, Ciro Seisas, y que el expediente que impulsa el dueño del diario La Capital pudiese ser aprobado.
"Verónica renunció a la Comisión para preservar la unidad dentro del oficialismo", dijeron fuentes del Concejo a LPO. Sin embargo, increÃblemente los ediles de Javkin no se dieron cuenta que además de la comisión de planeamiento, el proyecto necesitaba de la aprobación en Gobierno y Presupuesto.
Fue allà que advirtieron que en la Comisión de Presupuesto no contaban con los votos necesarios para que prospere. Durante toda la noche, el oficialismo trató de sacar el tema de esa comisión sin éxito y la única opción que le quedaba para aprobarse en la última sesión era su tratamiento sobre tablas.
A esa altura, Javkin consiguió que el PRO acompañe en el recinto el proyecto al igual que la concejala socialista que responde a Antonio Bonfatti, Susana Ruedas, mientras el interbloque del peronismo, Ciudad Futura y las dos concejalas socialistas se abstienen o votarán en contra.
Según pudo averiguar este medio, las presiones de empresarios y del Ejecutivo no cesaron durante la larga jornada, comentaron en off distintos concejales hasta quienes ya habÃan adelantado que iban a votar a favor. Lo cierto es que con la renuncia de Irizar a Planeamiento, el oficialismo se quedó sin concejales que entiendan sobre urbanismo.
Es que uno de los grandes déficit de Javkin en su interbloque es que no cuenta con concejales experimentados y con la picardÃa necesaria para la discusión legislativa. De hecho, se enteraron tarde, cuando la socialista Verónica Irizar ya habÃa renunciado a Planeamiento que le quedaban aún la Comisión de Presupuesto. En las próximas sesiones se darán cuenta que en la comisión donde se discutan los emprendimientos inmobiliarios quedó a merced de los hábiles concejales de la oposición.
Ya con el expediente sobre tablas, el conejal de Javkin, Ciro Seisas, fue el encargado de explicar el proyecto por el oficialismo, en ausencia del concejal Fabricio Fiatti quien atraviesa un problema de salud. A su turno, Seisas destacó que la torre iba a ser un "icono arquitectónico, el sÃmbolo de una Rosario pujante que le va a permitir a la ciudad seguir creciendo".
"El 90% del terreno va a ser un parque público con vista al rÃo y va a extender el paseo de libre circulación y recreativo". Además, señaló la compensación por seis millones de dólares al tipo de cambio MEP que se destinarán para obras en barrios populares sobre un proyecto que requerirá una inversión de 123 millones de dólares.
El proyecto fue acompañado por los concejales del gobernador Omar Perotti, Julia Irigoitia y Lisandro Cavatorta. Es que el otro inversor importante del proyecto, Sanco Seguros, estuvo vinculado al mandatario provincial desde siempre. La aseguradora surgió como un desprendimiento de la firma láctea Sancor desde Sunchales donde Perotti tiene su poder territorial.
Asimismo, Cavatorta pidió que se aplique la Ordenanza Antilavado para que se analicen los fondos que se destinarán a la construcción de la torre y recordó que las compensaciones prometidas cuando se construyeron los primeros edificios de Puerto Norte, se hicieron tarde y mal.
Estos argumentos fueron retomados por el radical MartÃn Rosúa, uno de los autores de la ordenanza antilavado quien aprovechó para chicanear al concejal peronista sobre las dificultades para que el interbloque del Frente de Todos lo aprobase. A su vez, hizo una pregunta interesante: ¿cuál es el disvalor de construir en altura determinada superficie que si se hiciese de forma extensiva su impacto serÃa mucho mayor?
Además, Rosúa expuso cierta contradicción respecto a otra ordenanza que se votó en la maratónica sesión sobre la creación de una Sociedad Anónima Estatal para que administre los fondos que surjan de las compensaciones urbanÃsticas. Ese proyecto fue elaborado por Ciudad Futura que se abstuvo. "Impulsan una ordenanza pero después se oponen a los proyectos arquitectónicos que van a financiar a la empresa estatal que se crea", sintentizó.
Por su parte, la concejala Fernanda Gigliani, del interbloque peronista, le aclaró a Seisas que el crecimiento de una ciudad no se mide en metros cuadrados de hormigón ni por lo icónica que puede ser una torre y advirtió sobre el proceso de gentrificación que está viviendo toda esa zona de la ciudad donde antes se encontraban las instalaciones del puerto rosarino.
A su turno, la socialista Verónica Irizar, quien renunció o la obligaron a renunciar a la Comisión de Planeamiento -según algunos rumores que circulaban en el Concejo Municipal- se abstuvo y recordó que el plan de Puerto Norte surgió en la época del intendente Miguel Lifschitz de un concurso público internacional de ideas y luego se fijaron indicadores urbanos en 2008 y 2013 que determinaban distintas zonas con diferentes alturas con un máximo de hasta 130 metros para algunos lugares y agregó que no estaba convencida de la demolición de un silo histórico que hay en el lugar y que tenÃa protección patrimonial.
Uno de los más ásperos al finalizar el debate fue el referente de Ciudad Futura, Juan Monteverde, quien comenzó señalando que el edificio más alto de Rosario se aprobó en tiempo récord: "ingresó el 5 de octubre y en solo cuatro sesiones lo estamos aprobando. No quiero escuchar más que se diga que el Concejo frena la inversión privada", sostuvo.
A su vez, chicaneó a quienes se opusieron a la creación de la Empresa Pública de Desarrollo Urbano: "los que no la querÃan, tres horas después aprueban una megatorrre de lujo para hacer más ricos a los ricos", cuestionó el edil. Pero la crÃtica más fuerte giró en torno a la viabilidad arquitectónica: "el proyecto se aprobó sin discusión en la Comisión de EcologÃa y después nos sacamos fotitos por el DÃa de la Tierra".
"¿Hay estudios de sustentabilidad térmica de un edificio de 200 metros, absolutamente vidriado, al cual solo dijeron que se le iba a plantar una enredadera en el frente? No resiste un trabajo práctico de arquitectura", concluyó Monteverde.
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