Editorial
Medidas contra el terrorismo en Internet
Por Raúl Martínez Fazzalari
Un día después de abatir al asesino que cometió el brutal ataque llevado a cabo a un colegio religioso en la Ciudad de Toulouse en Francia, el Presidente Nicolas Sarkozy anunció la adopción de diversas medidas de orden penal para combatir la violencia y el terrorismo fundamentalista religioso.
Un día después de abatir al asesino que cometió el brutal ataque llevado a cabo a un colegio religioso en la Ciudad de Toulouse en Francia, el Presidente Nicolas Sarkozy anunció la adopción de diversas medidas de orden penal para combatir la violencia y el terrorismo fundamentalista religioso.

Dentro de ellas, una se ha destacado por las implicancias que tendrá en los usuarios de Internet. Cuando no por la imposibilidad fáctica de su realización; se castigará penalmente a las personas que ingresen y consulten en forma habitual páginas que hagan apología del terrorismo o inciten a la violencia. El fundamento político de la misma fue: "La República tiene que ser implacable para defender sus valores. No tolerará ni reclutamiento ni condicionamiento ideológico en su suelo", manifestó el Presidente.

Aún no está determinada la forma y modo en que se reglamentará este anuncio, lo que seguramente se extenderá a los sitios web que instiguen a la violencia, a la toma de armas, a la discriminación y al extremismo religioso.

Una de las características principales de Internet desde su origen, ha sido la imposibilidad de efectuar cualquier tipo de control sobre sus contenidos. Los estados desde fines de la década pasada han intentado de una forma u otra el lograr este control. La multiplicación de formas de acceso y el crecimiento de conexiones han hecho que los objetivos de seguimiento, rastreo o investigación de personas o contenidos se diluyesen ante la misma realidad de la red.

El nacimiento y masificación de las denominadas redes sociales y su uso masivo por una población de alcance global, en especial por parte de los jóvenes, hace preveer a los diferentes servicios de seguridad responsables de prevenir estos ataques, una dificultada enorme a la hora de lograr sus objetivos.

El contenido de comunicación que se produce por estas redes es prácticamente anónimo y es por ello que se tienen que concentrar enormes esfuerzos para evitar nuevas acciones asesinas. El problema se plantea cuando se formulan dos cuestiones básicas y vinculadas: ¿cómo hacerlo y a que costo? La primera es posible responderla por parte de la tecnología, es decir con mecanismo que controlen y puedan interceptar comunicaciones en tiempo real, con equipos de especialistas investigando y siguiendo los planes de acciones de los grupos terroristas.

Sobre la segunda cuestión planteada, no pretendo ni busco una respuesta de tipo económica, sino que la planeo bajo el concepto “valor jurídico” en juego. Advirtiendo sobre los distintos derechos individuales que están en juego y que se pueden arriesgar para conseguir el fin buscado. Nuevamente el valor de la privacidad parece encontrarse contrapuesto al valor de la privacidad de los individuos.

Históricamente cuando la seguridad nacional está en juego, los gobiernos anteponen a los principios y libertades individuales algunas restricciones: Control de las comunicaciones, seguimientos, cámaras de seguridad, control del desplazamiento en ingresos y egresos, etc. En la actualidad, el acceso a las comunicaciones y dentro de ellas la panacea de las mismas: Internet no puede quedar al margen de este control.

Sobre estas redes mundiales es que los sistemas de información del estado, los equipos de fiscales y las divisiones especializadas de las policías están haciendo sus mayores esfuerzos en prevenir, investigar y advertir de los peligros que grupos extremistas utilizan para comunicarse, coordinarse entre ellos, entrenarse, difundir sus ideas y efectuar publicidad de sus acciones. Las medidas anunciadas por el Presidente de Francia se ubican en un estadio posterior a la acción ya consumada, buscarán determinar y penar a quienes accedan reiteradamente a direcciones de Internet con las características mencionadas.

El rastreo de la totalidad de visitas a los sitios de Internet será una tarea enorme y centralizada. Esto hace recordar la ya clásica obra de literatura de George Orwel “1984”, en donde el líder despótico controla todos los movimientos de los ciudadanos. ¿Este será el precio que debamos pagar por vivir en sociedades más inseguras y peligrosas?
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