Como todos saben, o deberían saber, los sistemas electorales sirven para traducir votos en cargos. En ese sentido, las instituciones, reflejan procesos que muchas veces no se pueden explicar con el diario de un solo día. Las recientes elecciones de Jujuy, sitúan a Gerardo Morales como un actor político relevante y jefe de un radicalismo que desde Buenos Aires se lo presuponía muerto luego de aquel 20 de diciembre de 2001. Desde Buenos Aires también, se presupone que Javier Milei es lo único que está pasando en el país, y las elecciones hasta el momento lo ubican lejos de sus pretensiones. El Kirchnerismo por su parte, acumula fracasos junto con sus contendientes del PRO. Se suele hablar de que la casta no está en sintonía con el ciudadano de a pie. Sin embargo tampoco los medios de comunicación parecen estarlo. Ya no se escucha al ciudadano de a pie, con excepción del que transita la calle Florida. A uno y otro lado del riachuelo, los candidatos en danza. De uno y otro lado de la General Paz. Ciudad y Conurbano proveen los presidenciables de estas elecciones, y de las pasadas, y las pasadas y las tras pasadas. Hay que remontarse a Néstor Kirchner para ver a un hombre del interior protagonizando la política nacional y eso fue hace ni más ni menos que 20 años.

La consecuencia comienza a visualizarse. El descreme de los partidos políticos nacionales hacia opciones provinciales comienza a hacerse evidente. Rio Negro, Neuquén, Misiones, el Peronismo Cordobés, San Luis, Salta y seguramente de no revertirse este proceso surgirán algunos mas.

La fuerza del radicalismo dentro de Juntos por el Cambio, la del peronismo dentro del Frente de Todos, son otras dos formas de resistir a los porteños y conurbanos. Patricia Bullrich, Cristina Fernandez, Horacio Rodriguez Larreta, Mauricio Macri, Sergio Massa y Milei, son la verdadera casta. Son, quienes comercializan el producto que se fabrica con trabajo en el interior del país. Las primeras elecciones son señales claras de la perdida de cohesión interna a nivel nacional. La potencia del Interior, la de las provincias, es constantemente esterilizada por la clase política que obtura el surgimiento de todo nuevo liderazgo, y de las ideas que estos expresan para una agenda de desarrollo de producción y trabajo en los "modelos provinciales". Alambrando al Interior, como alguna vez sugirió un actual funcionario, se corre el riesgo del desmembramiento, porque no existe Nación sin ideas nacionales. Tampoco la potencia económica es reconocida. La matriz económica nacional, yace en su suelo. Los dólares que tanto se necesitan, surgen de la venta de su producción. Todas las provincias trabajan para Buenos Aires, y Buenos Aires no trabaja para ninguna.

Las elecciones hasta acá y probablemente el 14 se repita, vienen demostrando la legitimidad de los gobiernos provinciales. Dentro del peronismo, las 5 derrotas Kirchneristas en Provincia de Buenos Aires, de las ultimas 7 disputas electorales, son signos claros del agotamiento de un proceso iniciado en 2001, que fue virtuoso y que es ahora la principal causa de la imposibilidad de éxito del peronismo. La candidatura de Juan Schiaretti, tiene la misma importancia que la de Florencio Randazzo en 2017. También el mismo peso electoral. Martin Losteau y Milei por bandas diferentes, representan signos de agotamiento en el frente cambiante. La Geopolítica electoral, indica que todos podemos votar pero no todos ser votados. Es así, que los 850 mil votos que Larreta obtuvo para ser jefe de gobierno en 2019, lo ubican naturalmente como un presidenciable. El millón doscientos mil que el cordobés obtuvo el mismo año, lo transforman en un candidato testimonial y ridículo.

El Peronismo, y el Radicalismo, tienen la obligación de rescatar al país de esta lógica perversa. El radicalismo, ya no tiene tiempo, salvo que Morales finalmente se anime. El Peronismo tiene un último intento. La última reunión del PJ, fue particularmente patética. Los del AMBA, estuvieron de modo presencial, los del interior de manera remota o ausentes. La próxima reunion, la del 16, tiene que ser necesariamente diferente. La forma de rescatar al peronismo de la debacle es, cómo lo planteó el Gobernador de San Juan, Sergio Uñac, con un hombre o una mujer del interior en la formula. Una persona que necesariamente debe ocupar el primer lugar. La constantemente derrotada Buenos Aires, no puede decidir más que el nombre de quien acompañe, porque el que gana conduce y los que pierden, acompañan.