Los gobernadores ya analizan desdoblar las elecciones en sus provincias para no ir pegados a la boleta de Alberto Fernández, si el presidente insiste con su proyecto de reelección.

Luego de la derrota del Frente de Todos en las primarias la reelección pareció quedar sepultada por el cisma que se generó en la coalición gobernante con la pantomima de la renuncia de los ministros kirchneristas.

Pero el entorno presidencial se sintió fortalecido luego de la "remontada" en las generales, en donde la derrota no fue catastrófica como vaticinaban los propios dirigentes oficialistas. Impulsado por sus colaboradores, el propio presidente blanqueó en diciembre sus intenciones de ir por otro mandato.

Mientras voces del gobierno aseguran que Alberto sigue siendo el dirigente con mejor intención de voto del Frente de Todos, un sector del peronismo cree que van camino a perder el poder si repiten la fórmula.

Los gobernadores son los primeros que buscarán retener el poder en sus provincias y por eso hablan de despegarse de la boleta de Alberto. El sanjuanino Sergio Uñac fue el primero en dar una señal en ese sentido tras eliminar las PASO en su provincia para 2023.

Uñac es uno de los mandatarios con aspiraciones presidenciales, como el jefe de gabinete Juan Manzur, con licencia en la gobernación de Tucumán. Ambos están impedidos de ir por otro mandato en sus distritos, como el cordobés Juan Schiaretti. Por fuera de las provincias, las candidaturas de Sergio Massa y Eduardo "Wado" de Pedro son las que se estudian en el kirchnerismo.

Hasta en la provincia de Buenos Aires se está analizando el desdoblamiento al que no se animó María Eugenia Vidal en 2019, pese a que las encuestas le decían que retendría la gobernación si iba separada de boleta presidencial de Mauricio Macri.

Martín Insaurralde, jefe de gabinete bonaerense y cabecilla de los intendentes del Conurbano, es uno de los impulsores de la idea de desdoblar. Y encontró en Máximo Kirchner un aliado que comparte esa posición.

Esta idea está en análisis pero está lejos de concretarse porque tampoco aseguraría el triunfo en territorio bonaerense. En especial porque la jugada pierde sentido si Cristina Kirchner, que es la que tracciona votos en la provincia, es candidata a senadora nacional, lo que la obligaría a ir pegada inexorablemente a la boleta presidencial.