
Los 133 cardenales habilitados para votar comienzan a definir al sucesor del papa Francisco en medio de fuertes tensiones entre los que buscan continuar el legado de Jorge Bergoglio y quienes proponen un retorno a los valores tradicionales.
La votación necesita de los dos tercios para consagrar al nuevo papa y se especula con que puede durar tres dÃas. En las últimas cinco elecciones (Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedico XVI y Francisco) duraron dos y tres dÃas. Los que demoraron más fueron PÃo XI en 1922 que tardó cinco dÃas y Juan XVII en 1958 que duró cuatro.
Este cónclave marcará un debate interno signado por el espÃritu transformador del papado de Francisco y su continuidad. En ese sentido, aparecen los centristas que defienden su legado pero apuntan a una moderación para contener a todos y quienes pretenden volver a las ideas conservadoras de los tradicionalistas.
En esa lÃnea se destaca el estadounidense Raymond Leo Burke, uno de los crÃticos más firmes de Francisco, se perfila como un candidato de los sectores conservadores y se ha mostrado con el guineano Robert Sarah. A este bloque podrÃan sumarse varios africanos, que se opusieron con firmeza al documento Fiducia supplicans, sobre la bendición de parejas homosexuales.
"El principal desafÃo del próximo papa será administrar las tensiones internas"
Con los cardenales africanos ocurre que tiene una mirada conservadora desde lo moral pero cumplen un rol social y territorial muy relevante en paÃses arrasados por guerras civiles, pobreza y un estado prácticamente ausente.
El gran operador de este grupo es el cardenal Beniamino Stella, una figura influyente del esquema de poder de Roma que estarÃa dispuesto a dejar de lado nombres que dividen, como el alemán Gerhard Müller, y apoyar perfiles de consenso como el Patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa , el cardenal de Budapest, Péter Erd, el de Colombo, Albert Malcolm Ranjith, y el holandés Willem Jacobus Eijk.
Del lado progresista, el más alineado con el enfoque pastoral de Francisco es el cardenal Matteo Zuppi, como adelantó LPO.
Otro nombre que circula es el del cardenal de Malta, Mario Grech, a quien el papa encomendó el camino sinodal de la Iglesia y uno que es considerado outsiders como el francés Jean-Marc Aveline.
Por su parte, en el sector más centrista aparecen figuras como el secretario de Estado Pietro Parolin, el estadounidense Francis Prevost, misionero en Sudamérica, y el filipino Luis Antonio Tagle que es conocido como "el Francisco asiático" por su carisma y su costado social.
Estos perfiles garantizan una continuidad del perfil pastoral pero al mismo tiempo cuentan con el pragmatismo para contener a los sectores conservadores.
Con estas disyuntivas es que los cardenales comienzan esta elección cargada de misterio y hermetismo que define el futuro de una institución de 1300 millones de fieles.
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