La interna entre Nicolás Posse y Guillermo Francos complica el funcionamiento del Gobierno que luego de un mes de mandato no tiene cerrado el organigrama.

El ministro del Interior abrió un canal de negociación con el peronismo a través de Gustavo Menéndez. A través del intendente de Merlo con licencia, Francos dialoga con gobernadores, intendentes y legisladores. También recibe a diario en su despacho a los gobernadores de Juntos por el Cambio.

Pero se topa con Posse, que concentra el manejo de la gestión y le traba el envío de fondos. Las transferencias a provincias y municipios están en cero, por ende el jefe de gabinete trunca todas las negociaciones políticas que encara Francos.

El obstáculo también se da en el manejo interno del ministerio. Interior no pudo terminar de nombrar a sus secretarios porque Posse no firma el nuevo organigrama. Eso complica a todo el gobierno, en especial a los cuatro superministerios en los que se convirtieron Interior, Economía, Infraestructura y Capital Humano.

Interior todavía no pudo crear la secretaría que concentrará áreas que quedaron huérfanas con la eliminación de más de una decena de ministerios. Esa situación seguirá igual hasta que Posse no firme el nuevo mapa del gobierno.

No sólo Posse bloquea a Francos. Javier y Karina Milei tampoco le dan cabida y delegan el manejo de la gestión en el jefe de gabinete. Sólo en la soledad de la Antártida el ministro del Interior consiguió hablar con Milei para detener el intento del macrismo de correrlo del gabinete.

Posse ya había tenido cortocircuitos con Sandra Pettovello. La ministra de Capital Humano debió desplazar al subsecretario de Trabajo, Horacio Pitrau, luego de que Posse lo responsabilizara por un dictamen en favor del gremio de Armando Cavalieri.